Elon Musk, el multimillonario que se desilusionó con Neil Armstrong y sueña con morir en Marte
Cómo llegó Elon Musk, con trabajo y talento, a ser una de las personas más influyentes del mundo. No solo es el personaje real en el que se inspiraron los creadores de Iron Man para darle vida a Tony Stark. También es el cuarto hombre más rico del mundo. Fue el primer extranjero nacionalizado en Estados Unidos en incursionar desde cero con éxito en la industria aeroespacial privada.
El pasado 30 de mayo logró que la cápsula Crew Dragon llegara, luego de 19 horas de viaje, a la Estación Espacial Internacional, EEI, proeza a la que la Nasa renunció en 2011 por los altos costos de cada misión.
Pragmático, reticente a hablar de sí mismo, su lado sensible fue develado en la entrevista para el programa de informes periodísticos, 60 minutos, en el que, al borde del llanto, habló de la tristeza que sentía con la oposición que manifestaron sus héroes de infancia, Neil Armstrong y Eugene Cernan, ante su idea de comercializar los vuelos espaciales.
Pese a la decepción, manifestó que no sabe rendirse y que seguirá apostando al desarrollo de vuelos comerciales a la Luna y, por supuesto, a Marte. Se prepara para ser uno de los que financiarán el proyecto, que ya cuenta con 200 millones de dólares, aportados por Universal, para rodar la primera película en el espacio, más exactamente en la EEI, con Tom Cruise como protagonista y la dirección de Doug Liman.
El tímido que se hizo a pulso
Nació en Pretoria (Sudáfrica) el 28 de junio de 1971 y es el mayor de tres hermanos. En entrevistas ha dicho que fue objeto de bullying a manos de condiscípulos debido a que era una ‘fábrica de información’ y participaba más que todos sus compañeros en clase. Incluso, una vez fue hospitalizado cuando, en el colegio, otros niños lo arrojaron escaleras abajo. Solo, abrumado por los golpes, decidió abrir nuevos caminos leyendo la biblioteca entera del colegio, incluida la Enciclopedia Británica. Siempre fue un genio, al punto de que a los 10 años aprendió a programar y a los 12 ya había vendido su primer juego de video en 500 dólares.
Su padre, Errol Musk es un brillante ingeniero mecánico y eléctrico, pero siempre que llegaba a casa parecía estar de mal humor. Su hijo Elon lo ha descrito como un hombre malvado. En el 2018 se supo que Errol Musk habría embarazado a su hijastra, 38 años menor que él.
Maye, la madre de Elon, es modelo y nutricionista canadiense-sudafricana. Cuando Musk tenía 8 años, sus padres se divorciaron y él prefirió irse con su papá, mientras que sus hermanos permanecieron con la mamá.
Como él se mantenía pendiente de las noticias de la Nasa, un día le dijo a su papá que deberían irse a vivir a Estados Unidos. Errol, en represalia, echó a la empleada doméstica para que Elon dejara de pensar en irse a un lugar donde nadie lo iba a atender. Sin embargo, cuando se graduó del colegio, a los 17 años, se fue a Canadá, lugar de origen de Maye.
Un año después, en 1989, los hermanos menores y la mamá decidieron irse a probar suerte en Canadá. Errol, el padre, se negó inicialmente a ayudarlos económicamente. Ellos lo hubieran entendido si su padre pasara por dificultades económicas, pero para entonces ya era dueño de una mina de esmeraldas, como lo contó Musk para la revista Rolling Stone.
Para entonces, Elon había sobrevivido cortando troncos en Vancouver, cultivando hortalizas, paleando cereales en el granero de un primo y, finalmente, el mejor pago que recibió fue limpiando el cuarto de calderas en una serrería. Cuando logró algo de estabilidad, se inscribió en la Universidad de Queen, en Kingston, Ontario, donde conocería a su primera esposa, la escritora Justine Wilson.
En 1992, Elon obtuvo una beca para estudiar física y economía en la Universidad de Pensilvania (Estados Unidos). Cuando terminó, se matriculó a un doctorado en Stanford, pero abandonó para montar su primera empresa al lado de su hermano Kimbal, quien tenía el estatus de ilegal en Estados Unidos.
Si algo ha demostrado Elon en su próspera vida de empresario es que la dedicación y el empeño son la clave del éxito. No le basta con ser el mayor inversionista de sus emprendimientos. Cada uno de los desarrollos tecnológicos es comprendido totalmente por Musk, y él trabaja intensamente aportando sus conocimientos en los productos que ofrece, que van desde nanotecnología hasta cohetes aeroespaciales.
Cuando alguien le preguntó en Twitter: «¿Cuál es el número correcto de horas a la semana para cambiar el mundo?», y Musk contestó: «Varía por persona, pero alrededor de 80 sostenidas, llegando a veces a un máximo de 100. El nivel de dolor aumenta exponencialmente por encima de 80». Ante las críticas a su respuesta, agregó: «Hay lugares más fáciles para trabajar, pero nadie ha cambiado el mundo con 40 horas a la semana».
Su primera empresa, Zip2, arrancó con 28.000 dólares que finalmente accedió a darles el padre a Elon y Kimbal en 1995. Los hermanos ya habían visto el potencial y las implicaciones comerciales que tenía internet y empezaron a ofrecer sus servicios para que diferentes negocios tuvieran una página propia. Además, iniciaron un directorio donde agrupaban a los clientes a fin de que la búsqueda fuera más efectiva para el usuario. Parece sencillo, pero hasta el momento a nadie se le había ocurrido.
Según lo cuenta Ashlee Vance en la biografía autorizada de Musk, aunque al principio debieron vivir en la oficina que alquilaron, en 1999 ya gestionaban 200 sitios web. Compaq Computer vio el potencial y compró la empresa en 307 millones de dólares, de los que Elon y Kimbal recibieron 22 millones y 15 millones, respectivamente. El resto del dinero fue para los otros inversionistas que le habían apostado a la idea de los hermanos Musk.
En marzo de 1999, Musk invirtió 12 millones en un negocio que a nadie se le había ocurrido y en el que resultaba difícil confiar: crear el primer banco por internet en el que los usuarios pudieran pagar artículos de manera virtual. Inicialmente se llamó X.com y luego pasó a ser PayPal, cuando se aliaron con la competencia Confinity.
Sin embargo, cuando Elon se fue a disfrutar de su luna de miel en los Juegos Olímpicos de Sídney fue destituido de la empresa por el consejo de la administración debido a la intransigencia de Musk en muchos temas, pero especialmente frente a la elección del sistema operativo que más le convenía por seguridad a PayPal. Cuando iba en el avión, empleados leales trataron de avisarle. Tan pronto recibió la noticia se devolvió a California, pero ya no había nada que hacer. Musk no tuvo más opción que aceptar la nueva organización.
Nacen SpaceX y Tesla
En octubre de 2002, eBay compró la empresa PayPal por 1.500 millones de dólares, de los cuales 180 millones fueron para Musk. Con este dinero nacieron dos nuevas empresas: SpaceX y Tesla. La primera era su sueño de infancia: meterse en la industria aeroespacial, con un plante de 100 millones de dólares. Su primer proyecto fue comprar un cohete ruso.
En Moscú, negociando cada cohete en 8 millones, se le subieron los vodkas a la cabeza y ofreció 8 millones por dos misiles. El trato se rompió y Musk convenció a sus socios de idear una nueva tecnología que fuera más económica, y además reutilizable. Seis años después, cuando la empresa logró que sus cohetes volaran y aterrizaran con éxito, SpaceX firmó un contrato con la Nasa por 1.600 millones de dólares.
Sus primeros cohetes se llamaron Falcon 1 y Falcon 9, en honor a la nave espacial de la película Star Wars, piloteada inicialmente por Han Solo (Harrison Ford).
Una de las pruebas aeroespaciales, realizada en el 2018, fue el envío de un cohete gigantesco llamado Falcon Heavy, con capacidad para transportar hasta 64 toneladas en su interior, es decir, el equivalente a cinco buses de dos pisos.
Musk quiso dejar un recuerdo en el espacio y probar la operatividad del cohete y mandó su Tesla Roadster rojo, con un maniquí al que nombró Starman. El carro emprendió un recorrido de 400 millones de kilómetros por la órbita en dirección a Marte. Ahora Musk se concentra en hacer una colonia humana en el planeta rojo.
Este año, mientras la humanidad permanecía encerrada por la pandemia, Musk y la Nasa enviaron el cohete Falcon 9 con una misión tripulada desde el Centro Espacial Kennedy, en Cabo Cañaveral, hacia la EEI. Fue la primera vez que una empresa privada llevaba astronautas al espacio. Lo más sorprendente es que una vez el cohete se separó de la cápsula Crew Dragon, aterrizó de manera controlada para ser reutilizado. La tripulación amerizó en la Tierra de manera exitosa luego de 63 días, 23 horas y 25 minutos de misión espacial.
También llamaron la atención los trajes de los astronautas, diseñados por el mexicano José Fernández, el encargado de hacer los disfraces para películas como Batman, X-Men y Los Cuatro Fantásticos, entre otros.
La tercera empresa fue Tesla y nació un año después de SpaceX, cuando un grupo de estudiantes de Stanford, bajo la dirección de un físico llamado J. B. Straubel, buscaron a Musk para que financiara la construcción de un carro ciento por ciento eléctrico. Luego de unirse a otro grupo de empresarios que estaban haciendo pruebas con baterías de litio, Musk se convirtió en el principal accionista de Tesla.
Tras muchas pruebas, errores y horas de trabajo, en marzo de 2007 se anunció el inicio de la producción en serie del primer auto completamente eléctrico, llamado Tesla Roadster. Contra todo pronóstico, la empresa quedó a la vanguardia de los carros eléctricos y hoy el precio de un vehículo empieza en 75.000 dólares. El año pasado vendieron 95.200 carros eléctricos.
Muchos recordarán cómo Elon Musk y los autos Tesla aumentaron su reconocimiento durante el 2007, cuando el actor Robert Downey Jr. fue el elegido para protagonizar Iron Man. Los directores de la película habían alquilado los hangares que pertenecieron al millonario inversionista en aviación Howard Hughes para ser las oficinas de producción y le habían sugerido que se inspirara en un tipo como él para representar a Tony Stark.
Al actor no lo convenció el que fuera un personaje tan antiguo y pidió cita para visitar las instalaciones de SpaceX, que quedaban a 16 km del lugar de grabación. Musk se presentó para darle una visita guiada a Downey Jr. La empatía fue enorme. Al volver al lugar de grabación, Downey pidió al director Jon Favreau que incluyera un Tesla Roadster dentro de la ambientación del taller de Stark.
En efecto, el auto se ve cuando Tony está haciendo las pruebas de vuelo con el traje de Iron Man. Robert encontró a un hombre contemporáneo que lo inspirara y luego confirmó en varias entrevistas que el Tony Stark de nuestros tiempos es Elon Musk.
En Iron Man 2, Musk debutó en el cine cuando se encuentran casualmente con Stark y Pepper Potts en un restaurante elegante, se saludan e intercambian un par de frases. Luego vinieron Los Simpson, The Big Bang Theory y South Park, entre otros.
Como si no fuera suficiente, Elon también tiene la empresa de energía solar más innovadora de Estados Unidos, SolarCity, encargada de proporcionar energía para los automóviles Tesla.
Posee, así mismo, una empresa que busca desarrollar nanotecnología para integrar el cerebro humano con la inteligencia artificial. En 2017, creó una fábrica de satélites de internet para mejorar el cubrimiento del servicio con bajo costo. Pensando en su movilidad entre San Francisco y Los Ángeles, Musk empezó a trabajar en un hyperloop o sistema de transporte subterráneo a través de un tubo por donde se movilizan cápsulas sobre un colchón de aire. Por ahora, está en fase de prueba.
No todo es color de rosa
La vida amorosa de Elon no es menos intensa. Los detalles de su primer matrimonio fueron revelados por su ex, Justine Musk, en un artículo publicado por la revista Marie Claire. Contó cómo se conocieron en la Universidad de Ontario, en 1989, y algunos años después se volvieron a ver, cuando él ya era dueño de su primera empresa, Zip2, en San Francisco. En el 2000, dos meses antes del matrimonio, Elon la sorprendió con un documento que él mismo le aseguró que no era un acuerdo prenupcial.
Mientras la riqueza de Elon iba creciendo cada día, su amor por el trabajo también. Y decidió comprar un apartamento de 168 metros cuadrados en San Francisco, un MacLaren F1 de un millón de dólares y un avión pequeño.
En 2002, la familia se mudó a Los Ángeles antes de la llegada del primer hijo de la pareja: Nevada Alexander. Sin embargo, la felicidad se vio empañada luego de que el hijo, de apenas 10 semanas de nacido, dejó de respirar durante una siesta por el síndrome de muerte súbita. Los paramédicos lo resucitaron, pero el niño ya tenía muerte cerebral. Tres días después, Nevada fue desconectado. Elon jamás habla al respecto. En medio del dolor, dos meses después de la pérdida, los esposos se decidieron por una fertilización in vitro. Primero tuvieron gemelos y años más tarde, trillizos.
En el 2008, la pareja empezó a tener problemas debido a las largas jornadas de trabajo de Musk. Tras asistir a terapias de pareja, Elon le preguntó a Justine si podían solucionar de inmediato los conflictos matrimoniales. Ella no dijo nada, pero unas horas más tarde fue a realizar una transacción con su tarjeta de crédito y le anunciaron que había sido cancelada.
Así se enteró del inicio de su divorcio, que costó cuatro millones de dólares. Seis semanas después, Elon le anunció que acababa de conocer a una mujer especial y que se había comprometido. Se trataba de la actriz británica Talulah Riley, 20 años menor que él. Se casaron, se divorciaron, se volvieron a casar y otra vez se divorciaron. El proceso le costó US $ 16 millones.
Luego, Elon divulgó el nacimiento de su sexto hijo, X Æ A-12 Musk, con la cantante canadiense Grimes. A los 49, Musk dijo que mientras su espíritu siga siendo el de un conquistador, viajará a Marte cuando haya vuelos comerciales. Volverá a la Tierra, se despedirá de sus seres queridos y regresará a Marte cuando cumpla 70, para ser el primer humano en fallecer en el lejano y poco conocido planeta rojo.
Fuente: La Nación.