Estados Unidos pidió a las petroleras incrementar la producción doméstica de crudo y gas para hacer frente a la suba de precios
La secretaría de Energía realizó el pedido en su disertación en el CERA Week. La solicitud contrasta con la intención de la administración Biden de acelerar la transición energética. La opinión de los ejecutivos sobre el panorama de la industria y las dificultades para producir.
El gobierno de los Estados Unidos solicitó a las compañías estadounidenses incrementar la producción doméstica de petróleo y gas para hacer frente a los crecientes precios de la energía. La secretaria de Energía, Jennifer Granholm, formuló el pedido durante una disertación en el CERA Week, el mayor evento petrolero de Estados Unidos. El llamamiento a producir más hidrocarburos contrasta con la intención manifestada por la administración de Joe Biden de acelerar la transición energética, aunque desde el gobierno estadounidense sostienen que ellos no venían poniendo trabas a la producción de hidrocarburos.
Granholm tendió el miércoles “una mano compañera” a la industria del gas y petróleo para pedirles incrementar la producción cuanto antes sea posible. “Estamos en pie de guerra, en una emergencia, y tenemos que aumentar responsablemente el suministro a corto plazo y donde podamos en este momento para estabilizar el mercado y minimizar el daño a las familias estadounidenses”, dijo.
La secretaría de Energía enmarcó su pedido en la necesidad de reemplazar los hidrocarburos de Rusia para apoyar a Ucrania y contener las subas en los precios de la energía. “No vamos a financiar la guerra de Vladimir Putin”, dijo Granholm.
Transición energética e hidrocarburos
El llamado de la titular del Departamento de Energía a producir más hidrocarburos marca un contraste con la línea argumentativa sostenida hasta ahora por el gobierno. La administración Biden venía privilegiando la idea de que es posible responder a la crisis acelerando la agenda de transición energética antes que incrementando la producción de hidrocarburos.
En una de las primeras conferencias de prensa posteriores al inicio de la invasión rusa, la vocera de la Casa Blanca, Jen Psaki, dio a entender que ese era el pensamiento del gobierno. “Necesitamos reducir nuestra dependencia del petróleo extranjero, del petróleo en general, y debemos buscar otras formas de tener energía en nuestro país y en otros”, remarcó Psaki, consultada sobre los pedidos de congresistas del Partido Republicano de incrementar la producción doméstica. Con la disparada de los precios internacionales esa tesis comenzó a perder terreno político.
Los precios de los combustibles en Estados Unidos tocaron nuevos récords en los últimos días. En el CERA Week, Granholm abogó por incrementar la producción cuanto antes, pero también remarcó que la agenda de transición sigue siendo central para el gobierno. “La guerra en Ucrania no es lo único que genera ondas de choque en el sector energético. También tenemos que tener en cuenta el impacto del cambio climático y la transición de energía limpia que no acaba de llegar. Esta aquí”, dijo Granholm.
Recordó que es una agenda impulsada también por el sector privado. “Todos ustedes lo saben, ustedes mismos están luchando con eso: sus inversores exigen una acción climática. Y sus clientes exigen acción climática: el 70 % de los estadounidenses que votan apoyan la transición a la energía limpia”, dijo.
Tensión por la política energética
Por otro lado, Granholm rechazó la idea de que el gobierno pone trabas a la producción de hidrocarburos. Desde la asunción de Biden que el gobierno y la industria del petróleo y gas discuten por la política energética. La industria cuestiona que la administración Biden no facilita la producción, una noción que el gobierno rechaza de plano.
La secretaria de Energía desestimó el miércoles las versiones de que las políticas del presidente disminuyeron la producción de petróleo y gas. Dijo que el país está “realmente en niveles récord” de gas natural y gas natural licuado “y estará en niveles récord de producción de petróleo el próximo año”.
Una de las discusiones es sobre los arrendamientos para explorar y producir gas y petróleo en terrenos federales. El gobierno sostiene que hay más de 9000 arrendamientos sin utilizar y que nada impide que las empresas los utilicen. Pero la industria considera que el proceso regulatorio para producir en terrenos federales ya es complejo y se hará más costoso. El gobierno solicitó en noviembre al Departamento de Interior reformar el programa de arrendamientos para la producción de hidrocarburos en tierras federales. American Petroleum Institute, la principal asociación del sector, dijo que la reforma en carpeta consiste en “aumentar los costos del desarrollo energético estadounidense sin una hoja de ruta clara para el futuro del arrendamiento federal”.
El gobierno también introdujo a principios de 2021 una moratoria transitoria sobre el otorgamiento de nuevos permisos para perforar y producir hidrocarburos. Varios Estados demandaron su levantamiento ante la justicia federal, obteniendo un fallo favorable a mediados del año pasado, que obligó al gobierno a ejecutar en noviembre una licitación para adjudicar nuevos arrendamientos. No obstante, otro fallo federal en el mes de enero canceló los resultados de esa licitación sobre la base de reclamos ambientales.
Dificultades para incrementar la producción
En el CERA Week, distintos referentes de la industria expresaron su mirada sobre la situación que atraviesa el negocio energético y las dificultades que existen para incrementar la producción de petróleo de forma inmediata.
Occidental Petroleum, una importante empresa de exploración de hidrocarburos de Estados Unidos, no ve que sea fácil producir más en el corto plazo. Su directora ejecutiva, Vicki Hollub, apuntó contra los problemas en las cadenas de suministro. “Ahora, con los desafíos de la cadena de suministro, hace que cualquier tipo de intento de crecer ahora, y a un ritmo rápido, sea muy, muy difícil”, dijo. También señaló que las empresas mantienen mayormente la postura de repartir ganancias antes que reinvertir en el negocio.
Hollub ejemplicó que Permian, una de las principales formaciones de shale oil del país, ya esta produciendo a niveles cercanos al pico anterior a la pandemia, aunque existen desafíos para incrementar aún más la producción. “Parte de la dificultad es la necesidad de compensar las caídas de los pozos en la región que ya pasaron su punto máximo. Otros obstáculos al crecimiento están repercutiendo en toda la economía, incluida la escasez de mano de obra y los problemas para asegurar las materias primas”, señaló.
Los precios actuales tampoco parecen constituir un incentivo suficiente como para invertir y producir más. Según el director ejecutivo de Pioneer Natural Resources, Scott Sheffield, los inversores ven que el aumento del precio del petróleo es a corto plazo y no quieren que las empresas inviertan capital para una producción que podría tardar 18 meses en entrar en funcionamiento. “Nadie cree que este problema sea de largo plazo”, dijo Scott.
Por su lado, el director ejecutivo de Chesapeake, Nick Dell’Osso, dijo que no ve «un cambio estructural real para un pedido de suministro incremental» en el gas de Estados Unidos, a pesar de la demanda generada en Europa a raíz de la guerra. “Estados Unidos necesita construir instalaciones de gas natural licuado a gran escala antes de que los productores de gas respondan”, dijo.
Tim Leach, vicepresidente ejecutivo de ConocoPhillips, dijo que aumentar la producción en una situación de alta inflación de costos rara vez funciona para la industria. “Históricamente, acelerar la inversión en un entorno inflacionario nunca ha sido una buena idea”, dijo.
Fuente: iprofesional