¿Estará el gasoducto? El presupuesto 2023 prevé una disparada en el uso de gasoil para usinas
La previsión del gasoil que se necesitará para la generación eléctrica marca un salto de más del 50% sobre el nivel de este año. Para los consultores podría tratarse de un salvavidas si el gasoducto Néstor Kirchner no logra estar listo a tiempo.
Mientras el gobierno nacional realiza anuncios un tanto apresurados sobre el inicio de la obra del gasoducto Néstor Kirchner, una línea clave para garantizar el gas que el país necesitará en el invierno por venir, los cálculos plasmados en el proyecto de presupuesto 2023 encendieron las señales de alerta dado que la estimación de un nivel de importación inusitado de gasoil para la generación eléctrica lleva a sospechar que se trata de un Plan B ante la posibilidad de que el gasoducto clave no esté listo a tiempo.
De acuerdo al proyecto de presupuesto que Nación presentó semanas atrás, el gobierno calculó una necesidad de importación de gasoil para las centrales térmicas que generan energía eléctrica de 3,8 millones de metros cúbicos.
El texto del artículo 55 del proyecto de gastos del 2023 trata sobre la eximición de los impuestos a los combustibles y al dióxido de carbono para dichas importaciones, pero marca además que se autoriza “a importar bajo el presente régimen para el año 2023, el volumen de 3.800.000 metros cúbicos, conforme la evaluación de su necesidad y autorización previa realizada por la secretaría de Energía del ministerio de Economía”.
Para tener una dimensión de qué implica este volumen previsto para el 2023 vale señalar que de acuerdo a la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa) entre enero y agosto de este año el consumo de gasoil para la generación térmica sumó 1.992.000 metros cúbicos.
Esto significa un salto del 90% sobre el nivel de consumo tenido hasta agosto, a pesar de que este año se multiplicó considerablemente el uso de este líquido en la generación.
De acuerdo al informe de Cammesa la previsión superaría por un 87% el nivel de consumo de todo el 2021 y en un 90% lo que se consumió hasta agosto de este año.
Para este año el gobierno sumó dos resoluciones que ampliaron el cupo de importación de gasoil, hasta los 2,5 millones de metros cúbicos, con lo cual el salto incluso sobre el nivel autorizado es del 52%.
En tanto que, si se compara con el total consumido en las usinas del 2021, el aumento proyectado en la quema de gasoil en las centrales térmicas llega al 87%.
“Hay que recordar que el presupuesto 2022 no se aprobó, y se trabaja con el cupo de 2021 que era de 800.000 metros cúbicos de gasoil y que se amplió dos veces por resoluciones, llegando a los 2,5 millones de metros cúbicos y esto en medio de escases del gasoil, por lo que sospecho que hubo compras en el mercado interno que se trataron de evitar con importaciones”, indicó a Energía On Julián Rojo, el director del Departamento Técnico del Instituto Argentino de la Energía “General Mosconi”.
El especialista destacó que “esto significa que es un 52% más que lo estimado este año”. Y deslizó una serie de razones por las cuales desde Economía se pudo haber optado por plantear una previsión tan elevada.
Las posibles razones del mayor uso de gasoil
“Lo primero es que se espera un año posiblemente seco que lleve a menores aportes de las hidroeléctricas, y en este caso más requerimiento de gasoil y no de gas natural porque posiblemente no esté listo el gasoducto Néstor Kirchner”, indicó el referente del Instituto Mosconi.
Rojo consideró además que “los precios del Gas Natural Licuado (GNL) están muy altos por lo cual es posible que el gobierno apueste a conseguir el gasoil más barato que el GNL”.
Pero además sumó un condimento político. “El año que viene es electoral y, esto es una observación mía, hay evitar que haya fisuras en todos los ámbitos posibles como que falte gasoil para cualquier sector”.
Para el director de Energía de la consultora Ecolatina, Daniel Dreizzen, existe otro punto que podría sumarse a las razones por las cuales la titular de Energía, Flavia Royón, apuesta a una quema tan alta de gasoil en las usinas, en lugar del uso de gas natural, y es que es posible que desde Enarsa “no se logre conseguir un segundo buque regasificador porque no hay a nivel mundial por el contexto”.
El segundo barco regasificador y el GNL
A fines de agosto el buque regasificador Exemplar, de la firma Excelerate Energy, dejó el puerto de Ingeniero White, en la zona de Bahía Blanca y se dirigió a Finlandia en donde permanecerá por largos años ante un nuevo contrato.
Es que el gobierno, a través de Enarsa, optó en este año por licitar la permanencia del buque que regasifica el gas importado solo por los meses del invierno. Una jugada que ahora podría ser difícil de repetir ante la crisis global del gas que se agudizó en los últimos días con las fallas en el gasoducto Nordstream que alimenta a gran parte de Europa.
La jugada del gobierno de tener un contrato de corto plazo en este año cuadra con la previsión de que el gasoducto Néstor Kirchner esté operativo el 20 de junio del año que viene, aportando al sistema nacional un piso de 11 millones de metros cúbicos por día de gas de producción nacional.
Sin embargo, los cálculos del consumo de gasoil siembran sospechas de que desde el mismo gobierno se estén tomando medidas ante la posibilidad de que la obra no esté lista para el invierno y se deba recurrir nuevamente a energía importada.
El precio del gasoil importado es menor al del GNL, y en este invierno se ubicó entre los 20 y 25 dólares para la equivalencia a un millón de BTU, mientras que por el GNL se llegó a pagar 40 dólares, un precio que podría sostenerse o incluso ser mayor para el invierno entrante.
Fuente: Rio Negro