Éxodo empresario: Los inversores locales son los únicos que pujan por quedarse con las empresas que buscan irse del país
Muchos factores demuestran que no solo hay salida de capitales productivos de inversión extranjera directa, sino también de inversores locales al mismo tiempo que el valor de las empresas argentinas se encuentra a precio de remate.
Sinopec se va del país: Los chinos vendieron a CGC (Compañía General de Combustibles) del grupo Eurnekian por un valor, cercano a U$S400 millones. Unos U$S2000 millones más barata de el precio que le pagaron a la estadounidense Occidental Petroleum (Oxy) hace 11 años.
Edenor, fue comprada por el grupo Vila-Manzano a Pampa Energía por US$100 millones, cuyo dueño aceptó el mismo monto por el que la había comprado 15 años atrás a EDF International, subsidiaria de Electricité de France, así como también la deuda millonaria que mantenía con la distribuidora habría sido estatizada.
El gobierno argentino y el de la provincia de Mendoza capitalizaron con recursos estatales a la empresa argentina Impsa con un aporte de cerca de US$20 millones, lo que los convierte en los principales accionistas de la firma metalúrgica permitiendo rescatarla de una posible quiebra inminente. Asimismo, la reciente estatización de trenes de carga y ahora Hidrovía SA implican también un importante cargo al presupuesto del Estado Nacional.
YPF: se privatizó cuando el barril de petróleo estaba en mínimos históricos y se estatizó cuando estaba en máximos históricos. La empresa trata de reducir su déficit mediante permanentes aumentos del precio de los combustibles que a su vez permite más impuestos (ITF), mejores salarios para los directivos y poder afrontar la deuda externa millonaria de la empresa
Seguramente y habiendo mostrado estos sobrados ejemplos será la hora de arremangarse los pantalones y cuestionarse realmente de donde surge el problema y solucionarlo de la manera que cause menos daño a la economía regional y de todos los argentinos.