La importancia del Gasoducto Néstor Kirchner y el potencial paso de importar gas a exportarlo fueron discutidos por la secretaria de Energía, Flavia Royón.

La apertura del Gasoducto Néstor Kirchner el lunes marcó el comienzo de un proyecto de construcción masivo que se consideró esencial para avanzar en la independencia energética de Argentina. El trámite se inició en la comunidad neuquina de Tratayén, y se completarán los primeros 600 kilómetros hasta la comunidad bonaerense de Salliqueló.

La duración estimada del llenado es de veinte días, y responde a procedimientos operativos estándar para este tipo de sistemas, que incluyen fases de barrado y cerización progresiva. La inauguración oficial del primer tranvía está prevista para el próximo lunes 9 de julio.

Según Flavia Royón, quien se desempeña como secretaria de Energía del país, «este gasoducto es, en dos palabras, un sistema de autoabsorción energética. Es el futuro de la Argentina. Es decir, no necesitaremos hacer importaciones de energía más importantes». dijo Royón.

«Es el último año en que Argentina va a hacer una compra de grandes buques de GNL (Gas Natural Licuado). Este gasoducto no se termina en esta obra. Es el primer paso de otra red de gasoducto que va a posibilitar no necesitar más importaciones de Bolivia y en segundo tramo, garantizar un autoabastecimiento del orden del 95%» mencionó.

En relación a los costos, la secretaria dijo que «el gas de Vaca Muerta es 6 veces más barato del que estamos importando», y sobre la obra, afirmó que «es una hoja de ruta trazado para que el sector energético de Argentina pueda convertirse en el segundo sector generado de divisas de nuestro país».

Y añadió: «El primer impacto es que cuando baja el costo del gas, bajan los subsidios que el Estado Nacional pone para seguir sosteniendo los subsidios a los sectores de bajos ingresos y a la clase media».

En otro pasaje de la charla, detalló cómo sigue el proyecto: «En los próximos días, vamos a licitar lo que llamamos la reversión norte que es invertir el sentido del flujo del gasoducto, de norte a sur, y que trae el gas de Bolivia y Salta al centro del país. La reversión va a posibilitar que el gas de Vaca Muerte llegue al norte del país y no necesitar más importaciones de Bolivia, y permitir la exportación al norte de Chile y Brasil».

La obra de ingeniería del Gasoducto Néstor Kirchner es considerada la más importante de los últimos 50 años. La construcción se llevó a cabo en un período récord de 10 meses y pasó por cuatro provincias, comenzando en la planta de tratamiento de gas en Neuquina Tratayen, ubicada en el corazón de Vaca Muerta, y continuando por Ro Negro, La Pampa y Salliqueló en el provincia de Buenos Aires.

Según estimaciones, la primera fase generará un ahorro inmediato de US$2.000 millones y un ahorro posterior de US$400.000 millones con una mejora fiscal de US$4.200 millones.