Gas en el Mar Argentino: un recurso fundamental para la transición energética
La historia nos ha demostrado que las transiciones energéticas no se producen de un día para el otro, sino que son procesos largos que llevan varias décadas.
En las últimas semanas se reavivó el debate sobre la exploración en busca de hidrocarburos en el Mar Argentino. Luego de que el gobierno aprobara el pasado 30 de noviembre el estudio de impacto ambiental de la empresa Equinor en los bloques CAN 100, 108 y 114 (ubicados en la Cuenca Argentina Norte a más de 300 km de la ciudad de Mar del Plata), el juez Santiago Martín, titular del Juzgado Federal Nº 2 de Mar del Plata, hizo lugar a un amparo presentado por un abogado ambientalista con él que fue fotografiado al día siguiente. Tan solo unos días después el juez Alfredo López hizo lugar a la apelación por parte del Gobierno Nacional y posibilitó el reinicio de la actividad. Más allá de que actualmente Equinor tiene luz verde para comenzar a explorar, este es un tema que sin duda estará en la agenda durante los próximos meses. Es por eso que trataremos de remarcar la importancia que el desarrollo de esta actividad, y puntualmente el gas natural, tendría para nuestro país y para el proceso de transición energética que estamos atravesando. Los estudios preliminares realizados en los años anteriores en base a sísmica 2D hacen suponer que el subsuelo de nuestro Mar Argentino podría contener grandes reservas de gas natural. Descubrirlos y desarrollarlos es una de las asignaciones pendientes que ahora estamos tratando de revertir a partir de la puesta en marcha de los procesos de exploración.
La historia nos ha demostrado que las transiciones energéticas no se producen de un día para el otro, sino que son procesos largos que llevan varias décadas. Los combustibles fósiles (el petróleo, gas y carbón) todavía proveen el 84% de toda la energía que se consume en el mundo. En 1992, la cumbre de la Tierra de Río planteó la necesidad, por cuestiones ambientales, de ir reemplazando a los hidrocarburos. En ese momento, la participación de los combustibles fósiles era más del 87% en la matriz primaria mundial. Hoy, 30 años después, con todas las cumbres que siguieron y las políticas implementadas para tratar de reemplazarlos, los combustibles fósiles siguen participando con el 83%. Los combustibles fósiles seguirán por varias décadas más.
En este proceso de transición, el gas natural emerge como el recurso principal debido a que, es por lejos, el combustible fósil que menores emisiones genera. Además, puede ser usado en todos los sectores de la economía global para generar electricidad, proveer calor, para los procesos industriales, calefaccionar hogares y como combustible para el transporte. Todas estas características posicionan al gas natural como la fuente de energía imprescindible para afrontar el proceso de transición energética.
El offshore es una fuente fundamental en la producción de gas a nivel mundial, esta actividad aporta el 27% de los 11.000 millones de m3 por día que se producen en el mundo. En nuestro país está actividad también tiene una importancia crucial ya que de ella dependen el 16% de nuestra producción de gas total (20 millones de m3 diarios), provenientes de la Cuenca Marina Austral. El desarrollo de los recursos en el offshore se lleva adelante en nuestro país hace más de 40 años.
Argentina debe encontrar nuevas fuentes de abastecimiento de gas natural, y el offshore es una excelente oportunidad, ya que este recurso aporta el 50% de toda la energía que consume nuestro país y el 60% de la electricidad se genera en base a esta fuente. Gracias al gas natural tenemos una matriz energética avanzada en cuestión de emisiones. Esto nos permitirá encarar de la mejor manera el proceso de transición energética.
El desarrollo de los recursos gasíferos en el offshore nos permitirá, además, aislarnos de las eventuales fluctuaciones y alzas de precios que se observan en el mercado mundial de la energía. Una prueba clara de ello es el aumento exponencial que han tenido los precios del gas natural licuado en el último año. El año pasado, IEASA importó GNL a un promedio de US$7,5 por millón de BTU mientras que recientemente adquirió el primer buque del año a un precio aproximado de US $30.
Si se mantiene esta tendencia, esto generaría un gran aumento en los valores de las importaciones de energía que solo el año pasado le costaron al país US $10.900 millones. El desarrollo offshore también contribuirá a reducir estas importaciones que tanto afectan nuestro crecimiento económico y eventualmente podrían transformarnos en un exportador neto de gas natural, lo cual generaría divisas genuinas tan necesarias para nuestra economía.
El petróleo y el gas natural continuarán siendo las principales fuentes de energía durante las próximas décadas. La Agencia Internacional de Energía estima que la participación de los combustibles fósiles al ritmo actual podría ser el 70% para 2050. Desarrollar los recursos de gas natural en nuestro Mar Argentino es imprescindible para encarar el proceso de transición energética y de crecimiento económico que en definitiva mejore la calidad de vida de nuestra población.
Fuente: Política y Medios