Gas importado: el Gobierno pagará el doble de lo que acordó por el nacional
Abonará más de US$ 7,50, mientras que a los productores locales les reconoce US$ 3,94, y pesificados.
El país seleccionó el miércoles 24 cargamentos de gas natural licuado (GNL) que comprará durante el invierno. IEASA -la ex Enarsa- pagará por el gas extranjero casi el doble de lo que cobrarán los productores locales de gas.
El precio promedio que consiguió IEASA es US$ 6,50 por cada millón de BTU (la unidad de medida del sector). “Debe considerarse que a este componente debe adicionarse un costo fijo y variable de la regasificación, que se estima entre US$ 1 y US$ 1,3 por millón de BTU”, especificó la secretaría de Energía en una presentación reciente. De esta forma, el importe final estará en torno a los US$ 7,50/7,80. IEASA realizó una compulsa para adquirir 24 buques de gas natural licuado para el consumo invernal.
Los productores locales que abastecerán de gas al sistema cobrarán menos. El promedio de lo que obtendrán será de US$ 3,94 por millón de BTU, según la secretaría de Energía. De ese total, el 55,7% (aproximadamente US$ 2,20) lo “absorbe con costo fiscal el Estado Nacional” y el 44,3% restante (US$ 1,75) lo pagan los usuarios” a través de las tarifas, según los documentos que Energía presentó en la audiencia pública de las tarifas de gas, del lunes pasado.
La parte del gas que pagarán los usuarios llegará a través de las facturas que cobran las distribuidoras (Metrogas, Naturgy, Camuzzi). Estas, a su vez, les pagan a los productores en pesos. En este supuesto, deberían saldar US$ 1,75 por cada millón de BTU al tipo de cambio oficial. Las compañías productoras tendrán que esperar que los clientes paguen y luego cobrarles a las distribuidoras.
British Petroleum, que le venderá 15 bancos a IEASA, correrá con más suerte: cobrará un mínimo de US$ 6,50 por esa misma unidad del gas, pero sin que se pesifique en ningún momento.
“El precio promedio ponderado ofertado fue cercano a los US$ 6,50 por millón de BTU, y el total de la licitación alcanzó los US$ 330 millones”, informó el miércoles a la noche la secretaría de Energía. En el presupuesto hay previstos US$ 250 millones para la importación de gas. Pero la compra que hace IEASA también incluye a Cammesa -que requiere gas para la generación eléctrica.-, y cuyo presupuesto responde a otra asignación de partidas (la eléctrica).
“Entre las empresas que ofertaron, BP obtuvo 15 cargamentos; Gunvor, 5; Total, 2; mientras que Trafigura y Naturgy, 1 cada una, completando los 24 barcos”, detalló Energía en un comunicado. Se presentaron 14 empresas a la licitación.
Durante el invierno, el país no puede autoabastecerse de gas. Bolivia le aporta un 9% del gas que consume y las importaciones, un 17%.
Este invierno volverá un buque importador a Bahía Blanca, que se había ido en 2018. En 2019 funcionó un buque regasificador que exportaba, en una operación decidida por YPF durante la administración anterior. La actual gestión de la petrolera prefirió deshacer ese contrato.
A través de estímulos estatales, la producción de gas creció entre 2016 y 2019. La administración anterior sondeó la idea de realizar gasoductos desde Vaca Muerta hacia otros rincones del país. Allí se buscaba que la formación neuquina pudiera despachar gas en forma permanente hacia lugares donde se lo pudiera almacenar, y reducir la dependencia de las importaciones.
El país puede producir en verano más gas del que necesita y exportarlo. Pero el almacenaje interno -que implicaría guardar en verano, para usar en invierno- todavía no es una posibilidad con la infraestructura actual.
La actual gestión no retomó la idea de esos gasoductos.
En 2020, por la pandemia, el país importó GNL a un promedio de US$ 2,50 a US$ 3,30 por millón de BTU. En ese escenario, podía resultar más conveniente para el fisco importar que tener que afrontar planes de estímulo.
Pero los precios de la energía empezaron a subir nuevamente. Y ahora el precio de importación supera al de producción local. Las compañías que operan en el país contratan mano de obra, pagan impuestos y regalías, todo un círculo de actividad económica que está ausente cuando se importa.