Gas: Los planes de TGN para incrementar la capacidad del Gasoducto Norte y llegar a Brasil
La transportista prevé obras modulares por hasta US$ 700 millones que permitirían incrementar los volúmenes del ducto de reciente reversión en unos 14 MMm3/d adicionales.
Las exportaciones de petróleo tienen en el país el camino más allanado por las características del mercado y por la infraestructura existente que le permite a las empresas que operan en Vaca Muerta una rápida monetización del recurso, pero en el caso del gas requiere una ingeniería más compleja que es necesario resolver en función de los objetivos y los cuellos de botella existentes actualmente.
El mercado primario de exportación para el shale gas de la Cuenca Neuquina es Chile, por cercanía e inmediatez de infraestructura existente, pero por volúmenes, sin dudas, el mercado brasileño es el peldaño siguiente para el desarrollo de la industria.
En este sentido, ya en junio, el ministro de Minas y Energía del Brasil, Alexandre Silveira, hablaba del interés del gobierno de Inacio Lula Da Silva de avanzar en un memorandum de trabajo con la Argentina, reconociendo que de las tres alternativas en estudio “la mejor ruta es a través de Bolivia”.
En esa dirección, la empresa TGN, que tiene a su cargo la operación del Gasoducto Norte que recientemente acaba de concluir las obras de reversión, analiza las nuevas obras e inversiones necesarias para poder incrementar la capacidad en el corto plazo del sistema de manera de poder cumplir con esas expectativas de ambos países de un abastecimiento en firme y de menor capex posible, más allá de las otras alternativas de la extensión de un gasoducto vía Uruguayana (Brasil) o de la terminal flotante de licuefacción que Pan American Energy (PAE) tendrá en marcha para 2027.
Brasil tiene una demanda insatisfecha para su sector industrial radicado en los estados del sur del país, afectada por el declino de producción de los yacimientos de Bolivia, lo que abre una oportunidad de llegar desde Vaca Muerta hasta ese mercado a través de la red existente en el tercer país que formaría parte de esta articulación.
Sin embargo, la industria local tiene puertas adentro algunos cuellos de botella pendientes para sacar el gas de Neuquén. El primero es la limitación dada por el volumen de 21 MMm3/d del renombrado Gasoducto Perito Moreno (ex GPNK) que está a la espera de la continuidad de su Tramo II o de una alternativa de ampliación propuesta al gobierno meses atrás como iniciativa privada por la empresa TGS para llevarla a sus 40 MMm3/d previstos originalmente.
De acuerdo a los estudios de TGN, hay otra alternativa de expandir la salida del gas desde Neuquén que no es excluyente que implica aumentar la capacidad de transporte del ‘ex Néstor Kirchner’ con algunas plantas nuevas y construyendo un ducto y una planta compresora desde el punto intermedio a la altura de la localidad pampeana de Chacharramendi hasta la vinculación con al estación La Carlota, en Córdoba, del Gasoducto del Centro Oeste y de ahí al sistema norte.
Con la segunda etapa del Gasoducto Néstor Kirchner -renombrado Perito Moreno- se podría llevar shale neuquino a Brasil.
El segundo desafío es cómo seguir incrementando la capacidad de transporte de ese Gasoducto del Norte que en su reversión inicial alcanza un volumen diario de 15 MMm3/d y que recién el año próximo llegará a los 19 MMm3/ previstos con el alza de producción en Neuquén.
Para TGN el movimiento adicional de gas permitirá a las provincias de esa región del país abastecer la demanda actual y futura del usuario doméstico, el industrial y el de generación eléctrica con pequeños saldos exportables estacionales.
Para una visión exportadora en firme hacia el norte de Chile a través del Gasoducto NorAndino actualmente operativo, y del sur de Brasil vía Bolivia, es necesario seguir expandiendo la capacidad del sistema por encima de los valores previstos.
Para ellos, las estimaciones de la empresa es que un incremento modular permitiría regular el flujo de inversiones necesario a medida que se va consolidando la demanda pero a la vez se va incrementando la producción de los operadores en Vaca Muerta de ese saldo de exportación que se requerirá.
En ese esquema, TGN propone un primer salto de 6 MMm3/d que requerirá alcanzar 450.000 hp de potencia total en las plantas compresoras existentes y las nuevas a construir, por un monto de US$ 300 millones de inversión, y en una siguiente etapa se podría llegar a los 10 MMm3/d adicionales disponibles de exportación por unos US$ 500 millones totales.
En cuentas simples: en 2025 el Gasoducto del Norte alcanzará una capacidad de 19 MMm3/d, lo cual es 100% demanda de las provincias con excedentes estacionales. Aportar otros 10 MMm3/d permitiría destinar dos de cada diez moléculas a los proyectos de litio en La Puna a través del futuro gasoducto Vicuñas; otras dos a Chile, y 6 a Brasil. Pero aún en el caso de que la industria de ese país fortaleciera su demanda se podrían derivar unos 10MMm3/d con lo cual el incremento del gasoducto ascendería a 14 MMm3 diarios, con una inversión modular de US$ 700 millones.
Estos volúmenes no contemplan la demanda eventual que Brasil tiene para alimentar sus centrales termoeléctricas, en especial en los ciclos de bajante del caudal de las represas, las cuales podrían ser abastecidas vía GNL a través de cualquiera de las siete terminales regasificadoras ya existentes.
En los primeros días de noviembre quedó inaugurada la obra que cambió el sentido del flujo en el ducto que importaba gas de Bolivia, permitiendo que la producción de gas de Vaca Muerta llegue a siete provincias del norte argentino. El costo completo del proyecto de reversión totalizó US$ 740 millones, de los que US$ 540 millones forman parte de un crédito del Banco de Desarrollo para América Latina y el Caribe (CAF) y, el resto, financiamiento de la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (CAMMESA).
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Fuente: Mejor Energía