El Gobierno creó una mesa de trabajo para monitorear el suministro. Las petroleras intentan cerrar un acuerdo sectorial para restringir temporalmente algunas exportaciones de petróleo crudo sin intervención oficial.

El Gobierno le propuso ayer al sector privado conformar una mesa de trabajo cada 15 días para monitorear el abastecimiento de gasoil, a días de que empiece la cosecha gruesa agropecuaria.

Fue en una reunión con representantes del «campo», productores de biodiésel y directivos de YPF, encabezada por el vicejefe de Gabinete, Jorge Neme; el secretario de Energía, Darío Martínez; y el presidente de la petrolera de gestión estatal, Pablo González.

La intención oficial final es que el propio sector privado alcance un acuerdo, sin intervención formal del Gobierno.

YPF quiere aprovechar al máximo su capacidad instalada y puede procesar unos 150.000 metros cúbicos (m3) por mes -unos 940.000 barriles o el equivalente a poco menos de dos días de producción interna- por encima de su refinación actual de petróleo crudo.

De esa forma se evitarían problemas «físicos» de suministro del producto y se reemplazarían importaciones

En los últimos días, los productores independientes de crudo (Vista, Tecpetrol, Pluspetrol, Sinopec, Chevron, Pampa Energía, Shell, Capsa, Capex, Exxon y Total, entre otros) acercaron posiciones con las refinadoras YPF, Raízen (que opera la marca Shell) y Trafigura (Puma Energy) para reducir voluntariamente sus exportaciones de petróleo. El crudo se volcará al mercado interno y, así, no será el Gobierno quien deba cerrar el grifo de las ventas al exterior, lo que implicaría una mala señal para las inversiones en Vaca Muerta, que se quieren estimular.

Asimismo, la refinería de Axion en Campana ya está corriendo unos 2000 m3 diarios extra de petróleo tipo «Escalante», que produce PAE en Chubut.

La crisis energética mundial se sumó al retraso de los precios internos de los combustibles y al salto de la demanda por la reactivación económica para configurar el escenario de escasez de gasoil en el país, que preocupa al Gobierno, el «campo» y las petroleras de cara a la cosecha.

Desde mediados de febrero, las ventas de gasoil grado 3 (premium) se concretan con una pérdida de 350 dólares por metro cúbico o de casi $ 40 por litro. La Argentina importa el 30% de la demanda de diésel, que estacionalmente es más alta en esta época del año.

No obstante esto, las refinadoras de petróleo aseguran que está garantizado el abastecimiento «físico» del producto. La batalla es por los precios. Las estaciones de servicio venden el gasoil premium a $ 150 por litro en el Interior del país, mientras que en el canal mayorista está entre 15% y 20% más caro e incluso puede llegar a $ 195 en algunas zonas.

Habitualmente, en un contexto de paridad de importación con los precios internacionales, el canal mayorista estaba entre 5 y 10% más barato. Ahí cargaban los camiones y tractores para el campo, la industria, la minería, transporte de carga y colectivos de pasajeros. Ahora parte de esa demanda se vuelca a las estaciones de servicio, que entregan por cupos de hasta 15 litros por cliente. Una cosechadora necesita 1000 litros por día para empezar a levantar la soja en los próximos días. En el campo señalan que solo les cargan unos 100 litros.

Por lo bajo, en el sector apuntan que «el retraso del precio del gasoil frente al resto de los precios de la economía estimula el consumo en el mercado interno y la brecha de precios con los países limítrofes ha generado una demanda extraordinaria, asociada al consumo de vehículos de patente extranjera, en especial en zonas de frontera».

Las refinadoras también señalan que hubo complicaciones en marzo porque no se entregó biodiesel, ya que el precio interno no convencía a los productores porque era menor que el del aceite de soja a nivel mundial. Eso se normalizó en abril, con un aumento del 25% para los valores locales. Las pymes de biodiesel proponen volver a la mezcla de 10% en el gasoil, en vez del 5% actual, para sustituir importaciones y dar trabajo argentino.

Por otro lado, frente al paro de transportistas de granos organizado por la federación FETRA para el lunes 11 de abril y por tiempo indeterminado, los empresarios le pidieron al Gobierno un aumento en el costo de la tarifa, ya que argumentan que pierden un 40%.

Fuente: Cronista