Grandes inversores presionan para que los acreedores acepten la oferta de Guzmán
JP Morgan le presentó a la Argentina 500 millones de dólares que difícilmente pueda cobrar si el default se profundiza. La relevancia del capital gain en el corto plazo.
Hans Humes, director del fondo Graylock, volvió este domingo a ratificar su apoyo a la oferta argentina. Sorpresivamente, el último viernes el CEO de JP Morgan, Jamie Dimon, también entró en escena y dedicó elogios a Alberto Fernández y apuntó a que podría perder 500 millones de dólares de un préstamo para que la Argentina vuelva a crecer.
El titular de Greylock Capital Management dijo este domingo en una entrevista a Perfil que la oferta de canje de deuda presentada por Guzmán es «lo suficientemente buena» y que BlackRock les mintió al resto de los acreedores al asegurarles que tiene línea directa con Alberto Fernández y que va a conseguir una mejor propuesta económica. En su opinión, estos bonistas «no están leyendo la realidad de la situación» del país.
En ese sentido, advirtió que «lo que están haciendo puede generar un default duro y largo».
Sus declaraciones llegaron 24 horas después de que los tres grandes grupos de acreedores que se abroquelaron detrás de una contrapropuesta para la reestructuración de la deuda aseguraran en un comunicado que estaban cuidando los intereses de todos los acreedores. A lo que el ministro de Economía les respondió que había evaluado la alternativa presentada por los grupos y que no se iba a mover de los términos económicos de su propuesta, pero podría acceder a los términos legales, tal como anticipó LPO.
Similares declaraciones hizo la autoridad máxima del JP Morgan al señalar que, con la reestructuración de la deuda, «es cierto que podríamos perder 500 millones de dólares, pero si los perdemos para que ese país se vuelva a poner de pie, no creo que cometimos un error, creo que hicimos lo que hay que hacer» al tiempo que elogió la gestión de Alberto Fernández.
En el año 2018, mientras otros bancos dieron a la Argentina un crédito de corto plazo respaldado por bonos, un repo, el JP Morgan se inclinó por un crédito tradicional sin bonos de por medio -anticipando las probabilidades de default- y difícilmente en el corto plazo pueda recuperarlo.
Fuentes consultadas por este medio apuntan a que hay un punto en común en estos planteos: más allá de las cordialidades, para algunos inversores el costo de que la reestructuración de la deuda argentina termine en un default desordenado es notoriamente mayor que el aceptar un arreglo casi sin quita de capital y con una tasa de interés mayor que la que conseguirían en el resto del mercado emergente.
Además, la posibilidad de que los nuevos papeles argentinos pasen de rendir el 13% al 10%, o incluso menos, les da la posibilidad de hacerse de una ganancia de capital de corto plazo. Este «capital gain» alcanzaría también a muchas acciones y bonos corporativos de los que los grandes fondos son de los principales accionistas.
«Es preferible para todos que se cierre el acuerdo a que haya un hard default dónde la cartera de los acreedores se va a resentir más . En cambio, si hay un acuerdo sin holdouts con esta oferta, los tenedores de bonos tienen terreno para una ganancia de capital interesante en un mundo de tasas cero y liquidez», dijo a LPO el economista y director de EcoGo, Federico Furiase.
«A 40 dólares el precio de los bonos significa que el mercado estaría descontando los nuevos bonos de Guzmán a 13 de tasa de interés, si hay acuerdo exitoso de la deuda y programa macro consistente hay mucho margen de compresión de tasas y de ganancia de capital que compensaría a los acreedores,» agregó.
BlackRock, por ejemplo, como principal accionista del Banco Galicia, y segundo accionista del banco Macro fue el gran beneficiado de las subas de los ADRs de estos títulos del 28,6% y 26,9% en los últimos 30 días. También YPF y Central Puerto le propiciaron ganancias relevantes del 15,8% en el mes por la expectativa de un acuerdo del canje.
Para el analista de mercados Francisco Uriburu, los dichos de Jamie Dimon están más allá de una visión de corto plazo sino que tienen que ver con que a la banca de inversión no le sirve que los países estén en default, sino que su negocio es prestarles a países con capacidad de repago. «En este momento la banca de inversión no se está dedicando a lo suyo sino que están haciendo trading y apunta a volver a ser un banco».
Fuente: LPO.