¿Hay riesgo de que se inflen los costos para el Gasoducto de Vaca Muerta?
Las empresas presentarán sus ofertas hasta el 8 de julio, pero se pidieron prórrogas que el Gobierno no dió por la «urgencia» de construir la obra en menos de 10 meses desde que empiezan los trabajos.
Las constructoras que participan de la licitación de la obra civil del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GPNK), que saldrá desde Vaca Muerta hasta Buenos Aires, instaron al Gobierno a dar prórrogas en los plazos para definir sus ofertas, que deberían presentar antes del 8 de julio.
La empresa estatal Energía Argentina les informó a las compañías que «resulta imprescindible e impostergable para dar cumplimiento en tiempo y forma a lo ordenado por el Poder Ejecutivo Nacional» y no pueden conceder una extensión de los plazos.
La necesidad de contar con el gasoducto terminado y operativo para el próximo invierno representa un riesgo de que se inflen los costos, ante la incertidumbre de presupuestos técnicos y económicos y la volatilidad financiera y cambiaria que enfrenta la Argentina.
El Gobierno busca que las tareas se terminen en menos de 10 meses desde el momento que empezarían los trabajos en el campo, frente a los entre 18 y 24 meses que calculan los especialistas más optimistas.
El costo del Gasoducto sería del doble de lo previsto originalmente por el Gobierno; podría ascender al equivalente en pesos a 2500 millones de dólares. Igualmente, los técnicos que asesoran al Frente de Todos calculan que este costo se recuperará en menos de un año, debido a la posible sustitución con gas natural de producción local a un promedio de u$s 4 por millón de BTU versus los altos precios internacionales del gas licuado y los combustibles líquidos que se traen para evitar el desabastecimiento de energía, largamente por encima de los u$s 20 por millón de BTU.
Las importaciones de energía treparán este año a más de u$s 9000 millones y son la principal razón de que se refuercen las restricciones al resto de las compras en el exterior, con un cepo cada vez más ajustado. Buena parte de las importaciones energéticas se podrían sustituir si el país hubiera tenido lista hace años una red de gasoductos acorde a su potencial productivo; según un trabajo del ex ministro de Energía y actual director de Energy Consilium, Juan José Aranguren, en invierno ese «sobrecosto» equivale a más de u$s 1000 millones por mes.