Hidrocarburos offshore: ¿puede la Argentina pasar a exportar petróleo?
El Gobierno sostiene que desarrollar este tipo de exploraciones en la cuenca marítima norte permitiría alcanzar un superávit comercial de US $30.000 millones.
Argentina es importadora de petróleo. El contexto internacional derivado de la guerra entre Rusia y Ucrania la deja en un mal lugar porque la suba del precio acentúa las distorsiones que ya hay en el mercado local. Las refinerías están pagando el barril criollo (Medanito) entre los US$55 y US$56 y el Brent, al cierre de esta edición, rozaba los US$130. Vaca Muerta es la expectativa de importar menos y, a eso se le suma la potencialidad que se supone tiene el off shore.
Aunque la Argentina cuenta con plataformas de exploración y producción offshore desde los ‘70 en la cuenca austral (frente a las costas de Tierra del Fuego y Santa Cruz), la judicialización de la autorización para iniciar la exploración en la cuenca norte (costas de Buenos Aires y Río Negro) puso al sector en el centro de la escena. Hay quienes se entusiasman con que el país pueda seguir el camino de Noruega, que paso de ser uno de los países más pobres de Europa a tener una calidad de vida altísima. Encontrar petróleo en sus mares le cambió la historia. ¿Puede la Argentina ser un referente para la región y pasar a exportar?
Hace unas semanas, cuando surgió el conflicto por la exploración autorizada en la cuenca norte -la autorización de exploración fue frenada por la Justicia- trascendió un documento reservado de empresas petroleras que plantea que se podrían generar ingresos por US$ 35.000 millones con el proyecto Argerich, como se llama el de esa zona.
El Gobierno habilitó la exploración sísmica de hidrocarburos en tres bloques ubicados a entre 307 y 443 kilómetros de la costa de Mar del Plata. En esta área se entregaron siete concesiones a las empresas YPF, Equinor, Shell, Qatar Petroleum, Total Austral y BP Exploration.
Las autoridades plantean que la autorización se dio tras una audiencia de consulta pública y asegura que verificará que las operaciones se desarrollen con las “más exigentes” normas internacionales de cuidado ambiental. Actualmente hay 280 pozos costas afuera y no se registraron incidentes.
El ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, calculó que si la Argentina pudiera desarrollar la exploración offshore de petróleo que está frenada por la Justicia, podría alcanzar un superávit comercial de US$ 30.000 millones.
La Argentina tiene, según estimaciones oficiales, un potencial exploratorio de hidrocarburos sobre superficie mayor a 1,2 millones de kilómetros cuadrados, de los cuales son prospectables unos 590.000. Se trata de una extensión similar a las cuencas del Mar del Norte y cinco veces superior a la Cuenca Neuquina.
Ernesto López Anadon, presidente del Instituto Argentino del Petróleo y del Gas (IAPG), señala que la cuenca norte podría tener similitud con las costas de África -no con las de Brasil y Noruega, que son diferentes- en donde las operaciones avanzan bien. A su entender, un hecho “significativo” es que cuando se abrió la licitación en la Argentina hubo interesados y se “comprometieron” a invertir cerca de US$700 millones en exploración y varias empresas están “dispuestas a perforar”.
“Evidentemente están buscando yacimientos significativos -agrega-. De ahí que se hable de descubrimientos de relevancia al estilo de los de Brasil, aunque la cuenca en la que trabaja Petrobras es diferente”. En ese contexto, apunta que en la actualidad el referente de la región en offshore es Brasil y que, de ser exitosa la Argentina, podría ser uno “adicional”.
López Anadon insiste en que son proyectos de “largo aliento”. Las exploraciones llevan meses y, si se descubren reservas, empieza otro proceso para poder perforar. “Es una oportunidad para la Argentina que ya tiene Vaca Muerta, que cada vez produce más. Si se avanzara en off shore tendríamos saldos exportables. Son iniciativas que generan empleo y crecimiento”, describe.
El año pasado la producción de petróleo offshore de la Argentina alcanzó los 71.281,1 metros cúbicos y la de gas, 758.709 metros cúbicos. Fueron las más bajas de la última década. Desde enero de 2011 a diciembre de 2021 según datos del Sistema de Información de Petróleo y Gas, se produjeron 3.519.928 metros cúbicos de petróleo y 424.242.086,7 de gas.
En la actualidad, el 17% del gas que se produce el país proviene de la actividad offshore; en cambio en el caso del petróleo, la participación es menor.
Proyecciones
Desde la Cámara Argentina de la Energía (Cade) -entidad de nivel ejecutivo, integrada por presidentes y CEOs de compañías con presencia en la cadena energética- apuntan que la industria de hidrocarburos constituye una actividad de alto impacto para la dinámica de las inversiones, el empleo y las exportaciones. La definen como “determinante” tanto para lograr equilibrios macroeconómicos como por su impacto regional y social.
Plantean que el rol de la exploración y explotación offshore constituye, no solo una fuente importante en la actual producción de petróleo y gas, sino que también, “permite lograr descubrimientos de hidrocarburos convencionales para fortalecer la matriz energética, indispensable para el desarrollo económico y social del país”.
Julián Rojo, experto en petróleo del Instituto Argentino de la Energía “General Mosconi”, subraya que hay que diferenciar la explotación de gas y petróleo. En el primer caso el off shore “tiene un peso importante” mientras que en petróleo es “menos” aunque sean los mismos yacimientos y operadoras. Las empresas que, hasta ahora, extraen hidrocarburo en el mar son la francesa Total Austral y la chilena ENAP.
“Claro que podría ser más el volumen, pero sino se explora no lo podremos saber”, ratifica y señala que otro factor a considerar es que cuando se comprueben las reservas sean económicamente viables para la extracción “no solo por el precio sino por la tecnología actual”. “Todo eso dependerá de la exploración y de los pozos pilotos; es siempre más cara que la convencional y no comparable con Vaca Muerta que tiene otra lógica de mercado y también física -dice-. En el caso de que el off shore sea convencional la declinación es mucho menor que el no convencional, es decir que sigue muchos años aportando y las inversiones son a largo plazo”.
Un documento que circula entre las empresas petroleras estima que si el país lograra explotar todas las cuencas que hay en el mar, el potencial de empleos es de 65.000 y el de producción superaría a Vaca Muerta. Ese mismo paper señala el proyecto Argerich tiene una posibilidad de ocurrencia del 20%. Si logra alcanzar la fase de explotación, podría sumar unos 200.000 barriles diarios. En total, añade, esa cuenca podría albergar una decena de proyectos similares y producir por US$100.000 millones
Rojo admite que una experiencia que genera interés entre los argentinos es la de Noruega que “pasó de ser uno de los países más pobres de Europa a tener un nivel de vida que es el aspiracional de muchos”. La historia en ese país comenzó a fines de 1969 con el pozo Ekofisk, uno de los petroleros y gasíferos offshore más grandes del mundo. Hasta 2015 exportaba alrededor del 45% de lo producido y, desde entonces, el 35%.
Pablo González, presidente de YPF, estimó que la Argentina tiene un “potencial enorme en su cuenca offshore con recursos que podrían equiparar a los que hay en Vaca Muerta. Su desarrollo podría generar un cambio profundo en el país, transformándolo en un país exportador de energía al mundo”. La petrolera entiende que el proyecto tiene el potencial de generar 200.000 barriles de petróleo diarios, una producción similar a la que actualmente tiene la empresa.
Según Kulfas, se podrían llegar a exportar por la explotación offshore unos U$S 25.000 millones por año. “Podríamos ir a una balanza comercial superavitaria en cerca de u$s 30.000 millones de dólares”, dijo y mencionó el caso de Brasil como ejemplo de “cómo se logró este camino de compatibilizar desarrollo económico y sustentabilidad ambiental”.
Primero lo primero
Luego de varios años sin actividad, la Argentina volvió a poner en marcha la búsqueda de hidrocarburos en el mar en 2018 y en 2019, el Gobierno adjudicó 18 áreas exploratorias a nueve consorcios de empresas que comprometieron inversiones por un total de US$ 724 millones de dólares para cubrir una superficie cercana a los 95.000 km2.
Los expertos consultados por este diario coinciden en que el Mar Argentino es uno de los más extensos sin explorar en el mundo. En las diversas experiencias exploratorias, se han identificado recursos por 6 billones de BOE (Barril equivalente de petróleo) y se cree que ascenderían a 31 billones.
La relación geológica, insisten los especialistas, no es con Brasil ni con Noruega; es entre la costa Argentina y la costa de África. Según las autoridades de YPF en 2019, los análisis permiten deducir la existencia de roca madre en las cuencas Salado, Colorado y Argentina que estaría asociada a la apertura oceánica. “No hay pozos para certificar la existencia de la roca madre, solo hay evidencia del lado africano que dio indicios de la calidad y extensión”, sostuvo entonces Néstor Darwin Bolatti, director de Exploración Off Shore de YPF.
El consultor Daniel Gerold es cauto sobre las proyecciones: “No hay indicios de la existencia de petróleo o de gas en la cuenca norte; es diferente a la que está en explotación. El indicador es el interés generado entre las empresas y el número que se presentó a la convocatoria. Son proyectos de ciclos largos y muy costosos por la profundidad en la que hay que trabajar. Hasta que no se hagan exploraciones no se sabremos; cualquier novedad sería fabulosa”.
“Son inversiones de alto riesgo; nadie puede descartar la existencia de reservas; hay varias empresas de primera línea interesadas -añade-. No me adelantaría a decir que si se encuentran reservas seremos como Dubai; hay que tener en cuenta que las tareas de exploración pueden involucrar unos tres años”.
Fuente: La Nación