Hidrógeno verde, un diamante en bruto
Chile, principal productor de cobre del mundo, apunta ahora a convertirse en líder de la creciente industria del hidrógeno verde, un “diamante en bruto” que todavía debe pulirse con el desarrollo de una regulación adecuada y políticas para atraer inversiones, según expertos.
Su ventajosa posición geográfica, las condiciones climatológicas y la competitiva producción de energía solar y eólica para obtener el hidrógeno son los ingredientes que podrían llevar a Chile a ser el mayor exportador de esta fuente energética, que se perfila como una de las más importantes del futuro.
La Agencia Internacional de Energía estimó que Chile podría llegar a convertirse en el productor de hidrógeno verde más barato del mundo antes de 2030 y Bloomberg auguró que su valor podría bajar de los 6 dólares el litro a menos de 2 dólares en una década.
Para lograrlo, agregó Jobet, falta aumentar la demanda nacional, conseguir financiamiento y ultimar la regulación para que cumpla con los estándares internacionales.
Para la investigadora del Centro de Energía de la Universidad de Chile Paulina Ramírez, el país cuenta con dos ventajas “distintivas”: su posición geográfica y un mercado “estable y desarrollado” de energías renovables.
En el norte de Chile, se extiende el Desierto de Atacama, la zona más árida y con mayor radiación del mundo, un escenario perfecto para la energía solar. En el sur, los vientos australes que agitan el largo borde costero también han llevado a la construcción de decenas de parques eólicos.
Ya existen varios proyectos piloto, entre los que destaca el de Enel Green Power y la chilena AME en la sureña región de Magallanes, que busca impulsar la construcción de una de las plantas de producción más grandes en la región.
El hidrógeno verde, que en contacto con el aire produce electricidad, es considerado una de las fuentes de energía sostenible mejor valoradas, puesto que su combustión solo libera vapor de agua y no gases de efecto invernadero, explicó Nicole Parra, química investigadora de la Universidad de Chile.
Hasta hace poco no había surgido como una alternativa 100 por ciento verde puesto que para poder producirse se utilizaban hidrocarburos, lo que daba lugar al denominado “hidrógeno marrón”.
El hidrógeno verde es para muchos expertos la opción más eficaz para “limpiar” el humo de las carreteras y entrar de lleno en la llamada “descarbonización”.
Actualmente el 40 por ciento de la electricidad utilizada en Chile proviene del carbón y se estima que el uso doméstico de hidrógeno verde podría disminuir al 10 por ciento esta cifra antes de 2024 y lograr la neutralidad en carbono en 2050.
Una de las aplicaciones más esperadas del hidrógeno es su uso en la minería, actividad fundamental para la economía del país, pero que actualmente es señalada por su importante huella de carbono.
Fuente: El Día.