IDEA y Fundar buscan consensos para sortear la crisis y avanzar cuanto antes con la exportación de GNL desde Vaca Muerta
Nicolás Arceo, Daniel González y Guido Zack realizaron un análisis en donde detallaron los aspectos necesarios para establecer un marco regulatorio a fin de exportar Gas Natural Licuado, teniendo en cuenta la ventana de oportunidad que se le presenta a Argentina frente al contexto geopolítico actual.
IDEA, la entidad que nuclea a de las mayores mayores empresas de la Argentina, y Fundar, el centro de estudios que promueve políticas públicas para fomentar el crecimiento del país, unieron esfuerzos para visibilizar una de las grandes apuestas que tiene por delante la Argentina en materia de energía: la exportación de gas natural licuado (GNL) a partir de los ingentes reservas del fluido que existen en Vaca Muerta.
En esa clave, las organizaciones prepararon un trabajo conjunto que define una serie de lineamientos que deberían tenerse en cuenta como condición sine qua non a la hora de diseñar y llevar a cabo un proyecto de Ley que impulse la construcción de terminales de licuefacción para poder exportar gas proveniente desde los yacimientos no convencionales de la cuenca Neuquina. El paper fue redactado por Nicolás Arceo, titular de la consultora Economía y Energía; Daniel González, ex CEO de YPF y actual director ejecutivo de IDEA; y Guido Zack, director del área económica de Fundar.
«La transición energética y el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania suponen una oportunidad para el desarrollo y aprovechamiento de los recursos gasíferos con los que cuenta Argentina», explica en su introducción el trabajo difundido este miércoles, antes de asegurar que “para alcanzar un salto sustantivo en los niveles de producción que posibilite constituirnos en un exportador relevante en el mercado global, se requieren incrementos en la inversión de Upstream e infraestructura y un nuevo marco regulatorio”.
En ese sentido, se considera clave que ese marco “se adapte a las características de un país exportador y que deje atrás un esquema normativo diseñado para garantizar el abastecimiento del mercado local”.
Además, lo que se plantea es que la política gasífera debería contemplar las especificidades de la exportación de GNL. Así como también, brindar las condiciones necesarias para la realización de las inversiones requeridas tanto para la radicación de las plantas licuefactoras como para la construcción de los gasoductos que se precisen en el transporte de la producción desde la cuenca neuquina. Y que al mismo tiempo garantice las inversiones en el upstream que sean necesarias para abastecer a las terminales de GNL y a la demanda local.
No obstante, en el análisis se expone que para lograr ese objetivo “se requieren condiciones regulatorias que blinden a la cadena de la volatilidad que experimentó la macroeconomía local a lo largo de las últimas décadas”. Lo cual debería realizarse mediante “el implemento de mecanismos que garanticen la estabilidad fiscal, el pago de deuda, la remisión de utilidades y el acceso al mercado único y libre de cambios (MULC) para la adquisición de insumos y pago a proveedores”.
De igual manera, se destaca el volumen de los recursos gasíferos que presenta Vaca Muerta y se subraya que “su desarrollo permitiría el abastecimiento pleno de la demanda local (segmento residencial, comercial, industrial y usinas) a precios razonables y sin cortes”.
Sin embargo, se advierte la estacionalidad de la demanda y el desafío que presenta esa situación en términos de abastecimiento. Por esto, Arceo, González y Zack explicaron que “la instalación de plantas licuefactoras es una solución ya que posibilitará su utilización evitando la necesidad de importaciones”. “Incluso podría pautarse el redireccionamiento de ciertos volúmenes excedentes no contractualizados para la exportación con el fin de satisfacer la demanda local durante el pico del consumo invernal”, precisaron.
También, remarcaron que en simultáneo con el debate de la Ley de GNL, será preciso “avanzar en una contractualización de largo plazo de la demanda local a fin de incentivar un aumento de la producción y la construcción de la infraestructura de transporte y tratamiento requerida para su abastecimiento”.
La necesidad de un marco regulatorio
El contexto geopolítico actual se presenta como un escenario óptimo para que Argentina se convierta en un país exportador de gas natural. Aún así, el análisis realizado marca que la coyuntura económica y los cambios en las reglas de juego no generan la confianza suficiente para el desarrollo de la nueva plataforma de exportación. En razón de esto, los autores aseguraron que “se requiere de la conformación de normativas de que incentiven la inversión y potencien la participación activa tanto de proveedores de financiamiento como de las principales compañías del sector, las cuales deberán celebrar contratos de abastecimiento de largo plazo”.
Además, exhibieron que los recursos gasíferos de Argentina permitirían desarrollar proyectos de exportación de aproximadamente 25 MTPA, lo que equivale a licuar de 100 a 125 MMm3/d, implicando inversiones en el orden de los USD 15.000 millones solo en la planta de licuefacción y en las instalaciones asociadas, pero sin las inversiones requeridas en el desarrollo en el upstream y midstream.
Al tratarse de un nivel de inversiones nunca antes visto en Argentina, explicaron que “se requiere de la conformación de una política de estado que se plasme en una ley específica que defina con claridad los requisitos necesarios para desarrollar la producción de gas natural y, con ello, la exportación de GNL”. “La ley deberá contar con amplios consensos a fin de despejar dudas sobre su sostenibilidad ante cambios de Gobierno”, remarcaron.
A su entender, el proyecto de Ley debería abordar los siguientes aspectos:
Estabilidad fiscal: para que aquellos proyectos que hayan sido aprobados para ser beneficiarios de la ley de GNL por la autoridad de aplicación no sean alcanzados por eventuales modificaciones en los impuestos nacionales, provinciales y municipales que afecten a la cadena de valor. Respecto a la aplicación de impuestos, las alícuotas del impuesto a las Ganancias e IVA debieran ser las mismas vigentes para el resto del sector privado en Argentina. Además, deberían analizarse mejoras que impacten positivamente en la tasa efectiva del proyecto, como la amortización acelerada de inversiones en exploración y desarrollo y en obras de infraestructura, la deducción de quebrantos impositivos y el reintegro o compensación de créditos fiscales generados en la construcción, compra o importación de plantas, ductos y otras obras dentro del Acuerdo de Inversión. El nivel de retenciones a las exportaciones no debería interferir con la rentabilidad razonable de las inversiones de este tipo en todos los eslabones de la cadena productiva. Las importaciones necesarias para la realización de las obras, deberían estar exentas de derechos de importación a fin de disminuir los costos del proyecto.
Libre disponibilidad de divisas y acceso al mercado de cambios: En este sentido se plantea que será necesario determinar un porcentaje de los ingresos provenientes de las exportaciones de GNL que sean de libre disponibilidad del exportador y no requiera su liquidación en el mercado de cambios local. A su vez, ese porcentaje debiera ser lo suficientemente alto para asegurar que el proyecto pueda tener las divisas necesarias para el pago de todos los insumos y servicios importados, para el servicio de capital e intereses de la deuda incurrida para financiar el proyecto y para la remisión de dividendos razonables a los accionistas.
Estabilidad regulatoria: a fin de que el proyecto logre financiarse será necesario que una parte sustancial de la producción de GNL pueda exportarse bajo contratos en firme de largo plazo. Asimismo, los servicios de transporte, separación, almacenamiento, logística y otros necesarios para la actividad de licuefacción también tendrán que ser en firme y por los mismos plazos. Por esto, los Acuerdos de Inversión para la cadena de valor del GNL deben limitar la posibilidad de redireccionamiento de la producción ya que la planta de licuefacción tiene que estar operando todo el año para que pueda sostener la rentabilidad mínima necesaria. Todo esto sin perjuicio de que al mismo tiempo de la discusión de la ley de GNL deban tomarse las medidas necesarias para asegurar el aprovisionamiento de gas natural en el mercado local en cantidades y precios razonables para permitir el desarrollo de la industria nacional y el bienestar de nuestros ciudadanos.
Sustentabilidad: como el desarrollo del GNL se basa en que el gas se va a convertir en el combustible de transición que acompañe el crecimiento de otras fuentes de energía de menor intensidad de emisiones de CO2, los Acuerdos de Inversión en la cadena del GNL tienen que adaptarse a los estándares internacionales de reducción de emisiones de CO2 y ausencia de emisiones de metano.
Fuente: Econo Journal