Importación de gas: Bolivia pidió terminar con el contrato

Flavia Royón sostuvo que el vecino país hizo el planteo ante la pronunciada baja en la producción de sus pozos que suministran el fluido a Brasil y el norte argentino.
Flavia Royon, secretaria de Energía de la Nación, confirmó el planteo boliviano de terminar antes el contrato de venta de gas natural que tiene vigencia hasta 2026. Según sostuvo Mejor Energía, este marco refleja la «urgencia» con la que el gobierno toma la obra de reversión del Gasoducto del Norte.
«Bolivia manifiesta no estar en condiciones de cumplirlo como estaba previsto hasta el 2026», aseguró Royón. El país necesita contar con envíos en firme de gas natural al menos un año más de manera de asegurar el abastecimiento de la demanda de consumo residencial e industrial de las provincias del norte, como también para generar electricidad de las usinas térmicas.
¿Cómo se originó el conflicto?
El país vecino padece un declino de producción hace una década cuando pasó de producir un pico de 63 MMm3/d a los 40 MMm3/d del año pasado y a los 38 MMm3/d que se estiman para el presente, dejando en el camino los compromisos asumidos con la Argentina y Brasil.
En octubre de 2006, ambos países firmaron un acuerdo de venta de gas natural que contemplaba desde un volumen base de 7,7 millones de m3 diario (MMm3/d) un sendero de exportaciones incrementales hasta los 27 MMm3/d. Pocos años después, debido a sus inconvenientes y para evitar que el vecino país incurriera en penalidades por incumplimiento, se dio lugar a lo que sería una sucesión de siete adendas que desvirtuarían el entendimiento original. Esto abrió la incertidumbre sobre el nivel de abastecimiento de la demanda argentina de cada año.
En el 2023, la última adenda definió el contrato con un suministro diario de apenas 4 MMm3/d en los meses del verano y hasta 8 MMm3/día en los del invierno. Es decir, alrededor del 40% de las exportaciones alcanzadas 12 meses atrás en los meses de mayor demanda cuando las exportaciones desde el país del norte llegaron hasta 14 MMm3/día promedio.
Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) notificó en julio a la empresa Energía Argentina (Enarsa) que a partir de 2024 no estará garantizado el abastecimiento en firme de gas natural y que desde la fecha citada el servicio pasará a condición de interrumpible en su totalidad. El titular de YPFB, Armin Dorgathen, ratificó esa decisión a Royón como parte de las negociaciones que se llevan adelante para alcanzar una nueva adenda que garantice la provisión mínima de gas que requiere el norte de país para 2024.
¿Cuál es la alternativa argentina?
En ese contexto del diálogo binacional se inscribe a la obra de Reversión del Gasoducto Norte como un proyecto que constituye «una obra fundamental y estratégica para la sustitución total de las importaciones de gas natural desde el Estado Plurinacional de Bolivia y el abastecimiento de los usuarios de las provincias del centro y norte del país con gas natural de Vaca Muerta».
Buscan avanzar de inmediato en la construcción de un nuevo gasoducto de poco más de 90 kilómetros entre La Carlota y Tío Pujio que unirá los sistemas del Gasoducto Centro Oeste y el Gasoducto del Norte para generar el circuito de abastecimiento desde Vaca Muerta, y luego las obras de loops y de reversión de inyección de las Plantas Compresoras Ferreyra, Dean Funes, Lavalle y Lumbrera.
Esas obras reemplazarán las importaciones con gas natural de Vaca Muerta, lo cual se resalta su precio es en el orden del 70% menor al de importación. El proyecto tiene un costo estimado de US$ 750 millones: US$ 540 millones serán financiados por la caf y el resto lo aportará el Fondo de Estabilización del Mercado Eléctrico Mayorista (MEM).
Para ello, se instruyó días atrás a la Compañía Administradora Del Mercado Mayorista Eléctrico Sociedad Anónima (CAMMESA) que disponga la transferencia de los fondos necesarios que garanticen la disponibilidad de la totalidad de los recursos para ejecutar la obra.
Fuente: Mejor Energía