Jaqueadas por la crisis, las empresas de biocombustibles alertan por posibles despidos
La falta de regulación y los bajos costos puso bajo amenaza la producción de combustibles ecológicos. Los empresarios solicitaron una audiencia con el ministro de Producción, Matías Kulfas.
Las productoras de bioenergía aseguran que atraviesan una situación sumamente crítica con establecimientos que han tenido que cerrar sus puertas el año pasado y muchos otros en convocatoria de acreedores. En el sector se perdieron más de 300 puestos de trabajo y en Santa Fe peligran otros tantos.
Agrupadas en la Liga Bioenergética, las firmas han solicitado públicamente una reunión con el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, para describirle el delicado momento debido a la falta de controles para la aplicación de la ley vigente durante los dos últimos años donde hubo un «marcado desinterés oficial» de parte del gobierno de Cambiemos y las indefiniciones de la actual gestión respecto a los precios regulados, señalaron desde la entidad.
En diálogo con LPO, Verónica Geese, directora de la Liga y ex secretaria de energía durante el gobierno de Miguel Lifschitz, explicó que la situación se viene arrastrando desde que Gustavo Lopetegui estuvo al frente del Ministerio de Energía durante la última etapa del macrismo.
En ese entonces, el ex ministro cargó duro contra los programas y subsidios para el desarrollo del biocombustible al considerarlos «un costo tributario» al sistema de cupos (obligados para el corte de naftas) y la fijación de precios.
En consecuencia, las empresas que producen para el mercado interno y que principalmente son pequeñas y medianas, están al borde del colapso. Además, la situación se agravó con el congelamiento del precio que también afectó al biocombustible.
Sobre todo, las que producen en base al aceite de soja que de diciembre a enero aumentó 100 dólares la tonelada. La producción de bioetano tampoco atraviesa un panorama muy diferente con la sube y baja del precio de la caña y del maíz. «El sector ya venía exhausto y ahora a muchas empresas se le hace muy difícil sostenerse con los precios de diciembre», consideró Geese.
Según relevó la Liga, ya hay cuatro plantas de bioetanol de caña y una de biodiesel paralizadas. En Santa Fe peligran 300 puestos de trabajo, según denunció el Sindicato de Gas, Petróleo y Biocombustibles de la provincia.
«La situación es terminal y habiendo agonizado en los últimos dos años del gobierno anterior, las empresas se encuentran en profunda crisis que podría derivar en el despido masivo de más de 280 trabajadores de la zona», alertó Rubén Perez, secretario general del gremio.
En total, se calcula que son 60 mil los empleos que absorbe el sector en las diez provincias bioenergéticas «pero también hay tiene relación directa con la zafra en el caso del bioetanol que insume más de 100 mil trabajadores», explicó Geese.
Por otra parte, desde la Liga recuerdan que «Argentina necesita si o si utilizar biocombustibles por razones de calidad y de capacidad refinadora, el camino en el que desaparecen las pymes sólo llevará a concentrar la producción en los mismos de siempre, un virtual monopolio energético, ilegal, que no le conviene a la gente y menos aún al sector productivo del país».
Y sostienen en un comunicado que «hoy las petroleras, mientras no compran biodiesel a las pymes, están importando gasoil con nuestros escasos dólares a $63, sin pagar impuestos, un verdadero sacrilegio económico, social y ambiental».
«El punto aquí no es bios contra petróleo, el punto es qué modelo productivo queremos, ¿queremos seguir agregando valor en origen o queremos seguir acumulando miseria en los grandes centros urbanos? ¿Queremos ser federales realmente o nos vamos a seguir rasgando las vestiduras por la pobreza de algunas provincias?», apuraron los empresarios.
Con esa preocupación, desde el sector hicieron un pedido público al ministro Matías Kulfas para que los reciba para ponerlo en autos sobre la delicada situación.
Fuente: LPO.