Jorge Lapeña: «Hay que acelerar la producción de Vaca Muerta y venderla a todo el mundo»
El ex secretario de Energía de la Nación, que lidera un think tank vinculado al tema, el Instituto Mosconi, junto a muchos de los mayores expertos en la materia del país, refutó la idea de «morigerar» Vaca Muerta y puso en claro cuál debería ser el camino de la transición hacia el uso de energías limpias.
Terminó la Cumbre sobre Cambio Climático que se desarrolló en Glasgow, Escocia (la COP26) y dejó importantes recomendaciones en torno a qué hacer para frenar el daño al planeta. Argentina estuvo sobre representada: entre este encuentro y el G20 realizado en Roma, sumaron más de 120 los integrantes de la misión oficial, entre los enviados de diferentes poderes.
Pero la tarea estaba aquí, igual que los expertos. Y lo que falta, es un plan concreto, no un viaje de exhibición. Al menos, así lo analizó uno de quienes más saben sobre energía en el país y que preside el Instituto General Mosconi, Roberto Lapeña, exsecretario de Energía de la Nación.
En su diálogo con el programa «Tormenta de Ideas» (sábados a las 8.30 por radio Nihuil), el experto dio cuenta de lo que desde el punto de vista de quienes abordan la producción energética y abordan las alternativas a futuro, representaría un verdadero rol de la Argentina en la materia.
– Un diputado nacional de esta provincia participó de la misión del Congreso en Glasgow y planteó que, lo voy a decir textualmente, hay que morigerar Vaca Muerta. ¿Se puede morigerar? ¿hay que eliminar el proyecto Vaca Muerta?¿ Es una burrada lo que dijo o tiene algo de asidero? Estoy hablando de José Luis Ramón.
– No conozco exactamente las declaraciones del diputado. Lo que hay que morigerar o disminuir es la proporción de las energías carbonosas en la ecuación energética. Es decir vamos hacia una transición energética, una transición energética que tiene un período largo, estamos hablando de 30 años. Los objetivos por alcanzar de neutralidad de misiones se van a alcanzar en el año 2050, de acá a 30 años, posiblemente algo extendido al 2060. Es un proceso largo en el cual tendremos que sustituir la fuente de energía carbonosa. Esto es menos utilización de carbón, menos utilización de combustibles líquidos y derivados del petróleo, menos utilización de gas natural y, en ese contexto, más utilización de energías renovables no productoras de gases de efecto invernadero, más utilización de energía nuclear. más hidráulica. más solar, etcétera. Este es el proceso de transición este energética que nos va a permitir tener una situación planetaria con elevación de la temperatura por sobre los niveles de la era preindustrial en 1,5 grados, qué es el objetivo que se ha planteado en la comunidad internacional en la reunión está de Glasgow.
Ahora, Ramón avisó que sigue en Glasgow
– De todas maneras, me da la impresión que nos toca distraídos el tema. Yo no sé si la Argentina tiene un plan que vaya camino a eso. Lo tuvo durante el gobierno anterior, cuando se promovieron fuertemente las energías alternativas, pero todo ese plan se dio de baja.
– No diría que se dio de baja, pero lo cierto es que la Argentina no tiene un plan estratégico para navegar en ese proceso de transición energética de los próximos 30 años. No tiene una estrategia energética nacional acordada políticamente en el Congreso, no está discutido internamente y en este contexto sobre una situación todavía no dormí nada de la energía en Argentina para transitar ese largo proceso. Entonces hay quienes piensan que, bueno que como el petróleo y el gas van a sufrir una importante reducción de la demanda, hay que hacer una producción acelerada de Vaca Muerta para venderla toda al mundo. Por ejemplo, digamos hay una una parte de la sociedad Argentina que cree en eso, y me parece que bueno que es un momento de construir lo que no tenemos, que es una estrategia energética bien debatida, bien consensuada y que la puedo mantener por 30 años y qué es estrategia no sé contraponga con la estrategia mundial pactada en esta reunión que acaba de terminar en Glasgow, que por otra parte es sucesora de París de 2015 y de otra reunión climática virtual que hubo el 22 de abril de este año, en la cual participaron los principales líderes mundiales. Me parece que la Argentina tiene que protagonizar esa transición en armonía con otros países.
– Frente a este desafío es real y necesario vamos a señalar por pasos. Tener un plan y discutirlo estuve leyendo el plan de Chile donde hay tres ministerios metidos de cabeza. Lo han diseñado paso a paso, inclusive, y está aprobado como política de estado por todos los partidos. En Chile hay grieta y hay discusión como la Argentina, pero estos temas no se tocan. Y por otro lado, Vaca Muerta. Volvemos al principio. ¿hay que morigerarla, frenarla, pararla? ¿Cuál es la señal que tiene que dar una persona que está en la misión oficial? Me pareció sorprendente porque no hay alternativa hoy como para dar por muerta a la Vaca Muerta. Me parece que primero habría que rascar al máximo, aprovecharlos hasta buscar alternativas inclusive de empleo para para toda esa gente.
– Efectivamente, la primera parte de la pregunta. Lo que hay que hacer es lo que está haciendo Chile, de alguna forma es el ejemplo cercano. Hace un plan aprobarlo por ley del Congreso, consensuarlo y ejecutarlo. Esto es lo que nos va a marcar la hoja de ruta. Sin hoja de ruta no llegaremos a ningún lado y vamos a tener problemas serios en el caso de jugar una estrategia individual divorciada del contexto mundial. Hay 200 países en el mundo y la Argentina forma parte de un grupo de 40 países, de eso 200, que contribuyen en mayor medida que los otros a la contaminación y tienen que hacer el esfuerzo en su justa medida. Tiene que participar de ese esfuerzo y no ser un colado o jugar por afuera, porque va a tener represalias comerciales y otro tipo de inconveniente. Entonces, lo primero es tener el plan. Ahora cómo es, cómo son esos 30 años. Son 30 años en el cual va a disminuir la demanda mundial de petróleo, la medida demanda mundial de gas y va a ser sustituida por otras energías que tienen que aumentar. Entonces, Argentina no tiene que cerrar Vaca Muerta, ni ningún yacimiento. Argentina tiene que tenerlos en producción y abastecer sus requerimientos internos y exportar el resto. Ahora, para exportar el resto tiene que ser competitiva a nivel internacional y Argentina no es competitiva a nivel internacional, entonces lo peor que podría decir la Argentina es acelerar Vaca Muerta para consumir toda la Argentina a como de lugar. Me parece que hay un tema. Ni cerrar Vaca Muerta, ni pensar en contra de la transición o apostar en contra de la transición, que sería nefasto. Hay que comprender el fenómeno y este ajustar la propia economía la producción. Es decir, lo peor que podríamos hacer es pensar que todo el mundo va a bajar la demanda y que nosotros no vamos aumentar para poner en producción esos recursos.
– Particularmente con su experiencia y con todo el trabajo que viene haciendo el instituto Mosconi. Cómo vio usted la posición de la Argentina en la cumbre, lo que dijo el presidente. Inclusive apareció una oportunidad de negocios con elaboración de hidrógeno verde, que ni siquiera tenemos claro bien qué es y cómo funciona.
– Lo de la aparición de este negocio por US$8.000 millones por el hidrógeno verde me pareció sorpresiva, no está conocida en la Argentina. El presidente la anunció en ese escenario mundial sin haberla anunciado internamente, lo cual me parece un hecho que no es común. Me parece raro que ese proceso efectivamente se de, porque sino lo hubieran difundido antes en la Argentina para que, por lo menos, tomáramos posición sobre ese tema, lo conociéramos, pudiéramos entender el problema. Entonces desconfío mucho, de una inversión de ese tipo de US$8.000 millones de la cual no habíamos escuchado hasta el momento actual. Así que eso lo pondría como un proyecto que, en principio, hasta que cambie la situación local, lo caracterizaría de inmaduro, no lo conocemos. El gobierno argentino no ha logrado unificar una posición y esto producto de no tener una estrategia acordada internamente, entonces yo he visto diferencias entre, por ejemplo, el pensamiento de la Secretaría de Energía, el Ministerio de Ambiente, etcétera. Veo diferencia dentro del propio gobierno. De hecho, la ley de promoción de los hidrocarburos, que se presentó hace unos 15 días en el Senado de la nación, va en sentido contrario e ignora totalmente el tema de la transición energética, promueve a diestra y siniestra el tema de los hidrocarburos y. pareciera. que el que la redactó, que es el propio presidente de la Nación, que la firmado y su principal ministro, ha ignorado en ese texto la existencia propia de la transición energética mundial. Entonces, veo un cierto divorcio entre lo que se plantea y después lo que se hace internamente. El gobierno tiene que ordenar el funcionamiento de su sector energético a nivel político.
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– Más allá de la promoción del Estado, uno puede ver también otra grieta. Hay una predisposición de empresas, lo vemos acá en Mendoza, de avanzar con energía fotovoltaica, con nuevos emprendimientos de energías alternativas, de trabajar en proyectos hidroeléctricos y que no encuentran el ámbito adecuado, la contención necesaria de parte del Estado para poder multiplicar todo está está vocación de cambio que hay a nivel privado.
– Por eso, el primero que tiene que poner en orden las ideas es el Estado y esa es una función política, el Estado y el gobierno tiene la obligación de poner orden en esa hoja de ruta. Primero, generar primero los consensos políticos y con eso consensos políticos puede aprobar legislación, con la seguridad de que sea legislación no va a ser dejado de lado tan pronto una elección cambié la situación política. Si tenemos que ir hacia la idea de una política de Estado, esa la política de Estado es la guía que permite al inversor inteligente y eficiente, decir «me conviene, voy a hacer tal cosa, porque esto es lo que me conviene como inversor, pero también es lo que le conviene al país». En su plan de largo plazo, mientras eso no exista estamos haciendo salto de mata, corriendo atrás de los acontecimientos y nunca tenemos la claridad suficiente como para imaginarnos el largo plazo, siempre corto plazo. Entonces me parece que el gobierno, ahora cuando termine esta elección, tendría que entrar en una profunda reflexión, y dentro de esa profunda reflexión, supongo que estará en resolver los problemas macroeconómicos que la Argentina tiene, los problemas políticos que son la causal de estas grandes incertidumbres hacia el futuro que nos presenta la Argentina hoy.
– ¿Hay materia gris suficiente en Argentina para generar en 2022 un espacio fuerte de exigencia? Que se lo empuje el gobierno nacional a tener un plan, a construir un plan. Un espacio a nivel técnico político fuerte en dónde se busquen coincidencias y no solamente el choque.
– Materia gris hay, lo que pasa es que esa materia gris no está organizada. La discusión momentánea en la política, siempre en el plano táctico, nunca en el plan estratégico, que ofrece la Argentina desde hace muchos años, dificulta qué es la materia gris este se expresa en forma organizada. Entonces, por eso digo, me parece que después de las elecciones Argentina va a tener que entrar una reflexión profunda. El gobierno también va a tener que entrar en una reflexión profunda respecto a cómo organiza sus últimos dos años de período gubernamental, porque veo muchos problemas de funcionamiento político en el ejecutivo y en el gobierno en general.
Fuente: Memo