La balanza energética argentina cerró cerca del equilibrio
La disminución de las importaciones, en especial de gas natural licuado, y un leve incremento de las exportaciones llevaron al cierre del 2019 a un déficit de sólo 72 millones de dólares.
La balanza comercial energética de Argentina ha sido todo un dolor de cabeza en la última década. Luego de años de prosperidad, como los ocurridos entre 2004 y 2008, desde el 2011 el saldo ha sido deficitario.
Pero el 2019 marcó un nuevo cambio en la tendencia, y si bien no logró salir del renglón del déficit, el balance final del año mostró que estuvo muy cerca del equilibrio con apenas un saldo negativo de unos 70 millones de dólares.
De acuerdo al último informe de Tendencias Energéticas elaborado por el Instituto Argentino de Energía, Enrique Mosconi, el 2019 cerró con un rojo de apenas 72 millones de dólares en la balanza entre importaciones y exportaciones.
Este resultado representa una diferencia del 96,9% con respecto a los 2.282 millones de dólares de pasivo que dejó el 2018 a su cierre y marca una luz de esperanza de la mano de las exportaciones, en especial de gas.
Esta notable diferencia en el saldo se debe en gran medida a una disminución en la incidencia de las importaciones. En el caso del gas, no sólo se logró reducir la cantidad de cargamentos de gas natural licuados (GNL) que se adquirieron para hacer frente a la alta demanda del invierno, sino que además fueron adquiridos a valor mucho más bajos que en los años anteriores.
En un efecto de tenaza, la mejora de la balanza comercial energética del país también respondió a otro factor, que es el incremento de las exportaciones.
En este caso, el gas es también el hidrocarburo que movió la aguja. A las crecientes exportaciones de gas natural a los países limítrofes se sumaron también durante el 2019 los primeros envíos de GNL elaborados por YPF en la barcaza amarrada en el muelle de Compañía Mega, en Bahía Blanca.
La imagen es posiblemente el mejor resumen del cambio de rumbo del sector, dado que en el mismo puerto en donde hasta el 2018 Argentina importaba GNL, desde mediados del 2019 se dejó de importar para pasar a exportar.
En números
- 116
- millones de dólares fue el saldo positivo que marcó la balanza durante diciembre de 2019. El año cerró en -72 millones.
El repaso por los últimos años de la balanza, marca que mientras en 2006 se dio el mayor pico positivo, con un saldo de 6.100 millones de dólares a favor, el 2013 marcó el peor guarismo, con un déficit de 6.900 millones de dólares, dado que ese año las importaciones sumaron 12.500 millones de dólares.
Es que en el balance anual del país sucedió en esos años también un efecto de pinza, pues mientras las exportaciones se desplomaron hasta un mínimo de 2.000 millones de dólares en 2016, las importaciones se multiplicaron. De hecho el año pasado, a pesar del escenario de casi equilibrio alcanzado, las importaciones sumaron 5.000 millones de dólares.
El dato
- 18,8
- millones de metros cúbicos por día sumaron las importaciones de gas y GNL.
Buena parte de ese monto corresponde al contrato de importación de gas firmado con Bolivia en 2006 y vigente hasta el 2026. De hecho, durante el año pasado, el gas boliviano superó en varias oportunidades el valor por millón de BTU (la unidad de medida británica empleada para el gas) al precio que se pagó por el GNL, más su regasificación y transporte.
De mantenerse la tendencia, en la que además se destaca un incremento del 8,6% en la exportación de crudo Escalante, el 2020 podría ser definitivamente el año en el que la balanza energética deje de dar saldos en rojo, para pasar a ser superavitaria.
Fuente: Río Negro.