La crisis energética mundial pone presión al dólar en invierno
Las importaciones de energía crecerán en cantidades y precios este año. Economía y el BCRA tendrán que diseñar la estrategia para tener dólares y no cortar la recuperación de la actividad.
La crisis energética mundial puede poner en peligro la estrategia cambiaria y fiscal del Gobierno en los próximos meses.
Con los precios internacionales del gas licuado por las nubes (u$s 20 por millón de BTU en los mercados a futuro, un 150% más que en 2021), Martín Guzmán y Miguel Pesce tendrán que ajustar medidas, de forma de contar con los dólares suficientes para importaciones y reducir los subsidios, como pide el Fondo Monetario Internacional (FMI).
En el Frente de Todos están confiados en bajar los subsidios hasta el equivalente a 1,5% del Producto Bruto Interno (PBI) este año, como presupuestó el Ministerio de Economía.
Las premisas fueron segmentación de las tarifas y fin de la Resolución 46/2017 -que terminó efectivamente el 31 de diciembre pasado-.
No obstante, los consultores especializados en la materia calculan que las subvenciones estatales a la energía podrían trepar hasta el equivalente en pesos a entre u$s 12.000 y u$s 15.500 millones.
Estos son los números que manejan en el Instituto Argentino de la Energía (IAE) General Mosconi, Economía & Energía y G&G Energy Consultants, tal cual contó El Cronista el 4 de enero; lo mismo admiten algunas fuentes oficiales.
La situación es acuciante por dos motivos: el endógeno, ligado a la política de tarifas y subsidios; y el exógeno, por el aumento de los precios internacionales que golpea sobre los dólares del BCRA. Más allá del impacto fiscal, que es endógeno (dependiente de la política tarifaria), la variable exógena que no puede controlar el Gobierno es lo comercial.
Es que en 2022 se dispararán las importaciones de gas licuado, tanto en cantidades como en precios, hasta rondar los u$s 7500 millones, estiman los expertos.
Por lo tanto, en Economía y el Banco Central (BCRA) ajustarán las tuercas para contar con dólares y provisión de energía.
Si no están las divisas para abonar los barcos con gas licuado, las autoridades se verán en la obligación de cortar el suministro a industrias y comercios, lo que detendrá la recuperación de la actividad económica. La famosa restricción externa, recargada.
O, en cambio, el Gobierno tendrá la necesidad de restringir aún el acceso al mercado cambiario (endurecer el cepo al dólar).
Fuentes oficiales aseguran que «el mercado de la energía estuvo muy volátil en los últimos meses, pero tiende a estabilizarse y acomodar precios a la baja a partir de la decisión de China de dejar de estoquear gas».
«El complejo de Vaca Muerta debería influir positivamente por las dos vías, tanto por la sustitución de importaciones como por la generación de exportaciones», afirman.
MOTIVOS
Esto está motivado por la falta de oferta de energía, debido a la sequía en Brasil y el Comahue -que restan generación hidroeléctrica en Yacyretá, Salto Grande y otras represas- y las demoras en licitar la construcción del Gasoducto Néstor Kirchner desde Vaca Muerta.
El sistema de transporte de gas no tiene capacidad disponible para hacer frente al aumento en la producción de gas que respondió a los incentivos del Plan Gas.
La garantía oficial de precios, demanda local y exportaciones en condiciones firmes funcionaron para la industria petrolera en 2021.
La Argentina quedó parcialmente aislada de la crisis energética internacional, aunque en invierno quedará al descubierto cuánta de esa protección alcanza para cuidar la caja.
Fuente: Cronista