La energía dentro de las importaciones se torna una carga difícil de soportar
Este año el déficit comercial por este rubro podría llegar a u$s 1000 millones. Si bien se enciende una luz amarilla, el panorama está muy lejos de lo que se vivió en 2014, cuando superó los u$s 7700 millones.
Las importaciones de energía pegaron un salto en agosto y el déficit comercial en este rubro llegó a u$s 672 millones en los últimos 12 meses.
Por ahora esta cifra no implica una señal de alerta, ya que se está muy lejos de los más de u$s 7700 millones de déficit al que se llegó durante el segundo gobierno de Cristina Kirchner, pero la tendencia despierta advertencias.
En enero de 2014 el entonces ministro de Economía, Axel Kicillof, se vio obligado a convalidar un salto discreto del tipo de cambio, pese al cepo, y gran parte de la explicación se puede atribuir a los dólares que le costaban a la Argentina sostener un alto consumo energético subsidiado.
Según el balance cambiario que publica el Banco Central, en agosto de este año las importaciones de petróleo, gas y electricidad totalizaron u$s 892 millones y más que duplicaron el valor de agosto de 2020 (se habían situado en u$s 363 millones, aunque en un contexto de parate económico).
Poniendo la lupa en el Intercambio Comercial Argentino que mide el Indec, del total de lo que importó Argentina en agosto en todos los conceptos, el 13,8% correspondió a combustibles y lubricantes, muy por encima del promedio de los últimos 5 años (8,5%) y aún más del promedio desde enero de 2020 (7,4 por ciento).
Según un informe de Econviews las importaciones más altas del mes pasado en nuestro país corresponden al gas natural licuado (u$s 340 millones) y al gasoil (u$s 237 millones).
«Una parte de este impresionante salto en las importaciones energéticas responde a la suba del precio internacional del petróleo, pero también responde a la política de mantener las tarifas planchadas: con un precio artificialmente bajo, la demanda supera ampliamente a la oferta y se debe cubrir el exceso con importaciones», dice el documento.
«El déficit de energía de los últimos 12 meses llega a u$s 672 millones, el peor en 25 meses. No debería tardar en llegar a u$s 1000 millones. Está lejos de los u$s 7700 millones de déficit del 2014, pero es un número que empieza a pesar en la macroeconomía», continua el estudio.
Andrés Borenstein dijo: «Teníamos un pequeño superávit y empezamos a tener un pequeño déficit: lo marcamos porque es un cambio de tendencia».
Martín Polo, jefe de estrategia de Cohen Aliados Financieros, agregó que en agosto pudo haber un impacto de la cuestión estacional, ya que en el tercer trimestre suelen ser más altas las importaciones energéticas.»El Mercado Único y Libre de Cambios (MULC) muestra una dinámica preocupante: un sector agropecuario muy superavitario y el resto de los sectores muy deficitarios. Entonces, cuando el agro afloja, el resto se queda sin dólares».
«No le echaría la culpa a la energía de lo que sucede en el MULC. Pero hay que seguir la dinámica a ver qué pasa», dijo para cerrar Polo.