La historia de las áreas petroleras que YPF descarta y buscan reactivar en Mendoza
YPF anunció que no tiene interés en invertir en áreas no rentables y acuerdan con Mendoza para que las operen empresas más chicas. No habrá reversión, sino «asociación o venta». Las condiciones.
La relación entre la petrolera YPF y el Estado mendocino ha recorrido un camino sinuoso y condicionado por la relación de dependencia que tiene Mendoza de esa empresa.
Ahora hay una confluencia forzosa: la petrolera estatal blanqueó la intención de desinvertir en áreas que no son rentables y el Gobierno transita el mismo camino para que haya otros operadores que se hagan cargo de al menos 14 áreas que están en manos de YPF.
Ese camino es irreversible y ahora negocian el modelo: si YPF queda como “propietario” de las áreas y se asocia con los nuevos operadores o si, como también analizan en la empresa, las vende. En ambos casos se ratifica otra decisión del Ejecutivo liderado por Alfredo Cornejo: no habrá reversión de áreas, ni sanciones.
En el horizonte hay un tema que puede mantener la tensión entre las partes: el precio que paga YPF por el petróleo que se extrae y que compra para refinar. Hay una histórica disputa porque la petrolera tiene toda la cadena de valor en Mendoza y se “autocompra” el petróleo para industrializar en la refinería.
De ese valor depende lo que se paga, por ejemplo, de regalías. El precio ha sido motivo de controversia muchas veces porque desde el Gobierno sospechan que se subvalúa el petróleo. La intención de Cornejo es que una vez que se cambie de operador, haya auditorías en esas transacciones para que se hagan a un valor de mercado.
El camino
La intención del Gobierno es que las áreas petroleras vuelvan a producir o, al menos, haya inversión para revertir el declive que tienen. La máxima de la que parten es que si bien a YPF no le interesan por una cuestión de escala, sí sean atractivas para empresas pequeñas a las que les sea rentable explotar áreas maduras. Los activos petroleros en cuestión tienen una larga historia en la que también está involucrada la política y el sinuoso camino que tuvo YPF, particularmente antes de la estatización.
En 2011 el entonces gobernador Celso Jaque prorrogó las áreas antes de su vencimiento en un mega acuerdo firmado con Sebastián Eskenazi, que oficiaba de principal directivo de la empresa.
Eskenazi ya había ingresado a esa empresa con la particular maniobra de pagar su participación con “futuros dividendos”, en una operatoria que sería cuestionada a futuro. Un año después de la prórroga y las gestiones del empresario como jefe de YPF; el gobierno nacional expropió la empresa para que vuelva al control estatal. La “nueva” YPF heredó todos los contratos y compromisos y ahora se vuelven a negociar las condiciones, con el sinceramiento de la empresa ahora conducida bajo los lineamientos del presidente Javier Milei.
Las áreas que fueron prorrogadas en su momento y vuelven a estar cerca de su caducidad son El Portón, Barrancas, Cerro Fortunoso, El Manzano, La Brea (ya revertida), Llancanelo, Llancanelo R, Puntilla del Huincán, Río Tunuyán, Valle del Río Grande, Vizcacheras, Cañadón Amarillo, Altiplanicie del Payún, Chihuido de la Sierra Negra, Puesto Hernández y La Ventana.
Aún no ha sido oficializado el listado de las áreas que YPF quiere desestimar, pues solo buscarían quedarse con las que son rentables. Igual, desde la empresa aseguran que no habrá decisiones intempestivas y que no habrá cambios que generen alteraciones en la “paz social”.
Fuente: Mdzol