El sector ha apoyado el régimen de grandes inversiones y no les gusta que dependa de la fortuna de la Ley Ómnibus.

Más allá de todas las promesas hechas por el gobierno de Javier Milei a la industria petrolera en términos de precio, una de las iniciativas más apoyadas por la industria es el RIGI, o Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones, que superaría el proyecto de promoción del GNL de Sergio Massa.

“Tiene beneficios impositivos y cambiarios mucho mejores que los del proyecto de Massa. Es mucho más amplio y da la garantía de arbitraje internacional que soluciona la falta de credibilidad del país”,mantiene una fuente de la industria con un enfoque en las regulaciones.

En relación con la Ley Ómnibus, que contiene varios artículos que provocan rechazo en gran parte del ámbito político, el problema es que podría caer junto con esto o, a lo máximo, experimentar una larga demora en su aprobación.

Desde entonces, debido a la exigencia en los proyectos GNL con una ventana temporal limitada, numerosos se enfrentan para presentarse como una iniciativa paralela. “Deberían presentarlo aparte, es lo más importante de la Ley Ómnibus en materia energética”, dijeron.

Así, aquellos que también tienen una opinión favorable sobre el nuevo sistema, mantienen que, concurrentemente, se lograría aprobar la normativa de Massa, que posee media sanción en Diputados, con el propósito de que YPF y Petronas vayan avanzando hasta la sanción definitiva.

“El proyecto está muy bueno. Es el régimen que venían hablando para no ir a una ley especial sino incentivar a todos los proyectos de la industria. Puede entrar el GNL, el hidrógeno, el offshore y Vaca Muerta. Lo que tiene la ley de Massa es que es más expeditiva y está pensada para que salga cuanto antes el proyecto de YPF y Petronas. Entonces sería bueno que se sancione más allá de esta ley que, entre que se discute en el Congreso, podemos perder la ventana de oportunidad”, agregaron desde otra empresa.

Durante treinta años, el RIGI proporciona la disponibilidad de divisas libres, la estabilidad aduanera, tributaria y cambiaria. Reduce el impuesto a las ganancias al 25%, elimina retenciones, impuestos de importación y de dividendos, y permite deducir otros impuestos como el IVA y los bienes muebles.

Las compañías están planeadas para lanzar proyectos con perfil exportador y tienen dos años para generar ingreso. Es crucial que se determine el monto mínimo de inversión, que podría variar dependiendo de la industria. En la industria del petróleo y el gas, la infraestructura y la minería serían ligeramente más altas, mientras que otras industrias como la tecnología, la silvicultura, la agricultura y las energías renovables serían más bajas.