La industria petrolera mundial está experimentando una conmoción como ninguna otra en su historia
La Agencia Internacional de la Energía elaboró un crudo informe sobre los impactos que se sentirán en la industria a causa del Coronavirus. Predice el cierre de numerosas refinerías.
“El mundo del petróleo ha sufrido muchas conmociones a lo largo de los años, pero ninguna ha golpeado a la industria con tanta ferocidad como la que estamos presenciando hoy en día”. Así comienza un crudo informe elaborado por la Agencia Internacional de la Energía (IEA sus siglas en inglés) acerca de la situación de la industria durante la pandemia de Coronavirus.
“A medida que los mercados, las empresas y economías enteras se tambalean por los efectos de la crisis mundial causada el avance del COVID-19, los precios del crudo se han derrumbado. Los impactos se sentirán a lo largo de las cadenas de suministro mundial y se extenderán a otras partes del sector energético”, advierte el documento.
Agrega que la presión viene de todos lados: una disminución precipitada de la demanda mundial de petróleo a medida que la pandemia ha reducido drásticamente el consumo de combustible, especialmente en el sector del transporte, agravada por un choque de la oferta debido al fin de las restricciones a la producción por parte de los productores de la OPEP y Rusia (OPEP+).
“Con 3.000 millones de personas en todo el mundo bajo alguna forma de bloqueo debido al coronavirus, falta uno de los estabilizadores tradicionales para el mercado del petróleo”, explica el IEA. Los precios bajos suelen estimular una reacción de los consumidores, pero tal impulso a la demanda es muy poco probable esta vez, al menos mientras dure la emergencia sanitaria mundial. En cambio, la rápida acumulación de reservas de petróleo está empezando a saturar la capacidad de almacenamiento disponible, lo que hace que los precios bajen aún más.
“Este es un momento sin precedentes para quienes se dedican al negocio del suministro de petróleo y para quienes dependen de los ingresos asociados”, alerta la entidad referente a nivel mundial. “En la actualidad hay una amenaza a la que se enfrentan muchos productores, independientemente de sus costos de operación o estrategias. A medida que la demanda se desploma, toda la cadena de suministro de la refinación de petróleo, el transporte y el almacenamiento está empezando a agarrotarse, lo que hace cada vez más difícil introducir nuevos suministros en el sistema”, se observa. Debido a esta razón, las compañías petroleras han respondido al colapso de los precios anunciando grandes recortes en su gasto en nueva producción.
En tiempos normales, los bajos precios del crudo no son necesariamente malas noticias para los refinadores. Sin embargo, la caída de la demanda realmente aprieta los márgenes y volúmenes de las refinerías. “Las grandes petroleras y las refinerías independientes ya están estudiando detenidamente las inversiones y desinversiones previstas. Muchos reevaluarán sus carteras existentes, lo que posiblemente conduzca a otra oleada de cierres”, sugieren en la IEA.
Finalmente el reporte señala que “aunque la demanda se recuperará cuando la crisis disminuya, la dislocación podría acelerar algunos cambios estructurales en la forma en que el mundo consume petróleo. Y los fuertes recortes a la inversión en capacidad de producción afectarán definitivamente a las perspectivas a medio plazo de la oferta. La amenaza de quiebras en un sector de la magnitud y la importancia estratégica del petróleo, junto con su papel crucial en las finanzas y el comercio mundiales, añaden elementos peligrosos a una situación financiera mundial sumamente inestable”, concluye el informe.
Fuente: Surtidores.com