La ley del GNL pone a prueba a los diputados en el Congreso de la Nación
El oficialismo convocó a un plenario de comisiones para el lunes y también incluyó el proyecto en la sesión prevista para el martes.
El proyecto de ley que establece un régimen de promoción para el gas natural licuado (GNL) tiene un itinerario marcado en el Congreso de la Nación. El texto podría establecer una hoja de ruta para la opción de máxima del shale gas de Vaca Muerta en el mediano-largo plazo.
El lunes desde las 15.30 un plenario de comisiones (Energía y Combustibles-Hacienda y Presupuesto) tratará en primera instancia el proyecto del Ejecutivo Nacional. El oficialismo además fijó una sesión para el martes próximo al mediodía; incluye en su temario el debate del régimen especial. De avanzar, quedaría a un paso de convertirse en ley.
Así lo confirmaron a Mejor Energía fuentes de la Cámara Baja. En Neuquén hubo en paralelo un pronunciamiento de legisladores provinciales. Con una comunicación, solicitaron a sus pares del Congreso avanzar con el incentivo, en función de la importancia que podría tener para la economía argentina.
Como lo adelantó este medio la semana pasada, el ministro de Economía y candidato de Unión por la Patria, Sergio Massa, sostuvo en su paso por Neuquén que el oficialismo tiene “el número” de votos necesarios en Diputados, pero que de todos modos buscaría ampliar la base de sustento con todo el arco político.
En Juntos por el Cambio algunos legisladores estarían dispuestos a dar la discusión. En otros sectores de la coalición afirmaron que hay diputados a los que no les cayó bien “el momento ni las formas”. El momento: la campaña rumbo hacia el 22 de octubre. Las formas: “meten el texto de prepo, a las apuradas, sin espacio para el tratamiento”, describió una de las fuentes consultadas.
La iniciativa podría establecer una serie de beneficios para empresas que apuesten a invertir en el sector del shale gas.
Se necesitan miles de millones de dólares para construir una planta de licuefacción (de tamaño y producción considerables) además de nuevos sistemas de transporte, al margen de la inversión en upstream (producción) para un despegue nunca visto en el país en la producción de gas. Sólo de este modo se avanzaría en un escenario en el que compiten un contado grupo de países, como Qatar, Estados Unidos y Australia.
Es una posibilidad de las que no abundan en Argentina. La metáfora más recurrente a la hora de describir la chance del GNL es la de una segunda Pampa Húmeda, en referencia a una potencial fuente de ingresos que permitiría salir de las recurrentes crisis macroeconómicas.
Una de las garantías que buscan las grandes empresas que podrían invertir es conseguir el giro de dividendos y ganancias en dólares en los próximos años, eje central de los pedidos de la última década del mundo corporativo global, cada vez que fue tentando para traer dólares a la Argentina.
Hubo una serie de pronunciamientos que anteceden el tratamiento en el Congreso. La semana pasada el gobernador Omar Gutiérrez hizo un “llamamiento” a todos los sectores políticos para no dejar pasar el tren de esta enorme oportunidad. Otro tanto viene impulsando su sucesor en el cargo, Rolando Figueroa, que será parte del debate en el Congreso en su actual rol de diputado nacional.
De hecho, también diputados nacionales neuquinos de la oposición, como Francisco Sánchez y Pablo Cervi (ambos de Juntos por el Cambio) se manifestaron en el último año a favor de buscar los consensos que permitan avanzar con la normativa, un viejo plan que comenzó a tomar forma en la última década cuando fue claro que el descomunal potencial del shale gas se hacía realidad con los resultados de los pozos productores del segmento no convencional.
Las evidencias en ese sentido ya están en etapa de concreciones con la ampliación del sistema de gasoductos. El primer tramo del Néstor Kirchner bastó para que la provincia anunciara su récord histórico de producción en el último mes. El país se ahorró cientos de millones de dólares en importaciones; sin esos recursos se podría haber vuelto más cruenta aún la situación económica y el impacto en toda la cadena de precios.
Los crecientes volúmenes proyectados para los próximos años, de acuerdo al plan actual, podrían reemplazar la declinación del gas boliviano que abastece al norte del país, y en una segunda instancia permiten pensar en la chance de alcanzar al complejo industrial paulista, en Brasil, que mira la competitividad del gas de Vaca Muerta como una respuesta al imponderable de precios que podría tallar en el contexto mundial de los próximos años, un factor que a la salida de la pandemia fue una de las variables que provocó un ciclo inflacionario de los más abruptos que se recuerden en la historia económica.
La oportunidad del GNL permitiría pensar en ampliar el rango de exportaciones a través de barcos a otros destinos del mundo, por fuera de Sudamérica. La actualidad exportadora del shale gas solo es posible a través de los ductos ya construidos, en proceso de readecuación (Gasoducto Norte) o en instancia de licitación.
Este contexto de oportunidades tiene lugar en medio de la recta final hacia las elecciones, en un clima acicateado por candidatos que buscan ser parte de la discusión final en las urnas, y que vienen utilizando cualquier escenario para marcar diferencias y polarizar con sus principales contrincantes.
En consecuencia, el avance del proyecto requiere de diputados capaces de construir esos acuerdos, a uno y otro lado de la grieta política, en momentos en los que más del 40% de la población está debajo de la línea de la pobreza. Junto a un puñado de iniciativas, y al margen de los colores políticos que lleguen al gobierno este año, la ley podría sumar una plataforma para el desarrollo como la que nunca tuvo Argentina.
Fuente: Mejor Energía