La transición energética desde ANCAP
La matriz energética a nivel global ha ido creciendo constantemente de la mano del incremento de la población y del crecimiento de la actividad económica. Asimismo, ha evolucionado ya sea por cuestiones tecnológicas o de la aplicación de las fuentes de energía, por disponibilidad de recursos, por políticas o para reducir el impacto ambiental.
Asimismo, ha evolucionado ya sea por cuestiones tecnológicos o de la aplicación de las fuentes de energía, por disponibilidad de recursos, por políticas o para reducir el impacto ambiental.
Por lo tanto, la matriz energética a nivel global ha estado desde siempre en constante cambio. Las tecnologías o aplicaciones de las fuentes de energía también se modifican con el paso del tiempo.
A modo de ejemplo, en los últimos 100 años, se consumía sólo leña y carbón y después se comenzó a agregar el petróleo y el gas natural, empezó a aparecer la energía nuclear y la hidroeléctrica, y en los últimos 15 años cobraron más importancia otras energías renovables: la eólica, solar y geotérmica, evolucionando hacia fuentes energéticas con menor densidad de carbono.
Ahora bien, todas las formas de energía tienen importantes impactos sobre el ambiente, ninguna fuente de energía es perfecta. Además, cada vez hay más población que accede a bienes y al confort de la vida moderna. Por lo tanto, las soluciones que se busquen para reducir el impacto de la energía tienen que ser viables a una escala global.
Y también hay un desafío de tiempo, no se decreta un cambio de la matriz energética de un día para el otro. Una transición responsable llevará décadas para poder alcanzar los compromisos de neutralidad en carbono y todas las formas de energía (con las reducciones de intensidad de carbono que corresponda) serán requeridas para abastecer esa demanda creciente.
Es bien conocido el concepto de trilema energético: las fuentes de energía deben ser asequibles y de acceso universal, ser confiables 24/7 sin disrupciones del sistema, y deben ser sustentables, o sea con impactos ambientales y de cambio climático mínimos. Las tres dimensiones son muy importantes y cualquier transición energética exitosa y duradera debe abordar los tres elementos del trilema.
En conclusión, la transición energética responsable implica que se disponga de energía accesible y confiable, que sustente una economía creciente y el cuidado del ambiente, así como también implica necesariamente una coexistencia y competencia de todas las formas de energía.
Objetivos
En ANCAP, cuentan con una nueva gerencia de Transición Energética que tiene como propósito impulsar dentro de la empresa el desarrollo de energías de baja intensidad de carbono, alineado con una transición energética responsable, que no es instantánea e insumirá al menos un par de décadas, articulando los negocios del Hidrógeno Verde y el Desarrollo de Energías Renovables con los de Exploración y Producción de hidrocarburos, maximizando las sinergias entre ellos.
Los objetivos apuntan a promover el desarrollo de recursos energéticos en Uruguay, a través de:
– la concreción de contratos para la para la evaluación de factibilidad y potencial producción de hidrógeno (H2) y/o derivados, a partir de energías renovables generadas en áreas costa afuera (offshore) de la República Oriental del Uruguay, con empresas líderes del sector energético.
– reactivar la actividad de exploración de hidrocarburos de toda el offshore, a entero costo y riesgo de empresas energéticas privadas, a través de la firma de los contratos por las áreas offshore que ya recibieron ofertas, que permita volver a tener un nivel importante de inversión y participación de empresas.
– generar conocimiento para la producción de combustibles sustentables, biocombustibles y otros proyectos u operaciones relacionadas con transición energética, por ej. almacenamiento subterráneo de CO2 (y otros fluidos).
¿Cómo liderará ANCAP la transición?
Uruguay ha descarbonizado prácticamente la totalidad de su generación eléctrica, tiene abundantes recursos renovables y es un excelente destino para la inversión extranjera, por lo que tiene todas las condiciones para ser un pilar en la economía global del H2 verde. De esta forma, nuestro país podrá cumplir sus compromisos de “carbono neutralidad” para 2050 y exportar energía renovable en forma de H2 verde y/o sus derivados.
El MIEM define la política energética y en consecuencia la estrategia del hidrógeno verde. ANCAP es el ente autónomo con experiencia y capacidades para promover y fiscalizar la operación de proyectos de energía en el offshore, en particular porque el producto final de estos contratos son moléculas (H2 y/o sus derivados) y no es energía eléctrica.
ANCAP ha logrado atraer más de 1200 millones de US$ de inversión a riesgo y costo de las petroleras internacionales en la exploración de hidrocarburos, a través de los proyectos Ronda Uruguay, tenemos un capital humano altamente calificado, experiencia en las operaciones y la base de datos del offshore. Todos estos activos se están adaptando a los nuevos proyectos energéticos de baja intensidad de carbono. Por lo tanto, ANCAP está siguiendo el camino que ya están recorriendo las empresas petroleras a nivel global, transformándose en empresas energéticas.