La Unión Europea dejará de comprarle petróleo a Rusia: por qué la Argentina deja pasar otra oportunidad
Son entre 3 y 4 millones de barriles de petróleo por día, lo que equivale al 30% del total de crudo que consume y refina el Viejo Continente.
La invasión de Rusia en Ucrania impactó de lleno en los precios de la energía y alteró la planificación del Gobierno sobre la importación de gas para este invierno. A más de dos meses del comienzo de la guerra, la Unión Europea (UE) volvió a endurecer hoy su postura con la administración de Vladimir Putin y anunció que bloqueará en forma gradual sus importaciones de petróleo.
”Vamos a renunciar progresivamente a las entregas rusas de petróleo en un período de seis meses y a las de productos derivados del crudo de aquí a finales de año. Algunos estados miembros [de la UE] dependen en gran medida del petróleo ruso. Pero tenemos que trabajar en esto”, dijo la titular de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que admitió que la tarea “no será fácil”, como informó la agencia francesa AFP.
El paquete debe ser aprobado por unanimidad de los Estados miembros para que pueda ser implementado y, Alemania dio su visto bueno para avanzar con el boicot.
La UE le compra a Rusia entre 3 y 4 millones de barriles de petróleo por día, lo que equivale al 30% del total de crudo que consume y refina, según datos del analista y exsecretario de Energía, Daniel Montamat. Rusia produce 10 millones de barriles, de los cuales exporta entre 7 y 8 millones. La mitad de ese total tiene como destino Europa. El embargo de la UE será un golpe directo a las finanzas del tesoro ruso.
La Argentina, por su parte, produce 580.000 barriles diarios. La producción de petróleo crece cada mes gracias a la mayor productividad de Vaca Muerta, aunque todavía la oferta total está lejos de los 830.000 barriles diarios que se llegó a producir en el país en 1998.
Sin embargo, con los niveles actuales, la Argentina exporta alrededor del 20% del total producido. Las empresas prefieren vender el barril de crudo al exterior, donde cotiza a una precio promedio superior a los US$100, que venderlo en el mercado doméstico, donde el surtidor refleja un valor menor a los US$65. Las mayores petroleras exportadoras son Pan American Energy (PAE) -de la familia Bulgheroni, Cnooc y BP- y Vista -fundada por Miguel Galuccio-. El país, además, se beneficia con el ingreso de dólares y la recaudación por las retenciones del 8% sobre el precio del barril de petróleo.
Por otro lado, junto con el aumento del precio del crudo, también subieron los valores de todos los hidrocarburos derivados del crudo. Este es el caso del gasoil, donde la Argentina importa alrededor del 20% de lo que consume. Las empresas refinadoras (Trafigura, dueña de Puma Energy, y Raízen, licenciataria de las estaciones de Shell) pierden alrededor de US$100 millones al mes por la diferencia entre el valor de importación y el precio al cual venden el litro de diesel en el mercado.
“El embargo a Rusia no tendrá un impacto en grandes cantidades, porque las compras de la UE se redireccionarán a otros proveedores mundiales importantes, como Medio Oriente, África y Estados Unidos. Los excedentes argentinos son muy pequeños y hay que cuidarlos porque hubo un exceso de exportaciones a principio de año y fines de 2021 que terminaron perjudicaron el abastecimiento de gasoil de la Argentina. Las cantidades que podría tomar la Argentina por este cambio en el mercado son mínimas”, indicó Jorge Lapeña, exsecretario de Energía y presidente del Instituto Argentino de la Energía “General Mosconi”.
Al Estado también le perjudica la suba del precio del gasoil, porque la compañía con control estatal Cammesa importa para abastecer las centrales térmicas. El gasoil sirve como un sustituto del gas, aunque contamina más y es más dañino para las máquinas de los generadores eléctricos.
Al momento, la Unión Europea no detuvo la compra de gas de Rusia, por dos razones principalmente: las cantidades que se importan son mayores (alrededor del 40% de lo que se consume) y el hidrocarburo es más difícil de reemplazar por otros oferentes. A diferencia del petróleo, el gas solo se puede transportar por gasoductos. Para adquirir el gas por buque es necesario pasarlo a estado líquido en un proceso que se llama licuefacción, del cual se obtiene el gas natural licuado (GNL). Luego se necesita otra planta de regasificación para volver a pasar el GNL a gas natural. Las plantas de licuefacción y regasificación son caras y no todos los países cuentan con esa infraestructura.
“Rusia exporta 653 millones de metros cúbicos por día (m3/d), de los cuales 450 millones de m3/d van a Europa. Esto equivale al 70% de las exportaciones rusas y el 40% del consumo de gas de Europa. Lo único de lo que se habló era que Rusia cortaría el suministro de gas a Polonia y Bulgaria, a quienes les exporta 25 millones y 10 millones de m3/d, respectivamente. Son 35 millones de m3/d, menos del 10% de lo que Rusia vende a Europa”, explicó Montamant.
“En total, Rusia le exporta a Europa el equivalente a 400 millones de euros diarios. Como la mayoría de los países de occidente le bloqueó gran parte de las reservas del banco central, las exportaciones de gas a Europa son fundamentales para que Rusia siga sosteniendo el esfuerzo bélico y financiando su economía. Por lo tanto, es difícil que ese envío se corte: por el lado de Rusia, significa financiamiento indispensable; y por el lado de Europa, porque no es fácil suplantar el suministro de gas. La sustitución de gas por otros fósiles requiere su tiempo”, agregó.
En caso de que las exportaciones de gas de Rusia a Europa se corten, tendría un efecto muy duro en la Argentina, que en invierno tiene que importar GNL para abastecer los picos de consumo por las bajas temperaturas. Al momento, la empresa estatal Ieasa, encargada de las importaciones de gas, compró 20 buques de GNL: en la primera licitación, adquirió 8 barcos por valores de entre US$35 y US$45 el millón de BTU (medida inglesa que se utiliza en el sector); mientras que los siguientes buques los adquirió a US$30 en promedio, un valor más bajo, pero muy por arriba de los 56 cargos que compró en 2021 a un valor promedio de US$8,33. Con el nivel actual de reservas del Banco Central, los analistas ven poco probable que la Argentina compre todos los buques de GNL que necesita (alrededor de 70).
Fuente: La Nación