Es sabido que, por sus tiempos y sus urgencias, el desarrollo de la actividad hidrocarburífera siempre va adelante respecto del conocimiento de sus impactos sobre el ambiente (porque la investigación tiene otros tiempos y otros recursos), y también la legislación.

En este sentido, y según publica este diario, la autoridad de aplicación provincial en Medio Ambiente promovió que las empresas operadoras presenten estudios de impacto ambiental del tipo global, que comprenden dos o más actividades, para que el proceso de licencia se apruebe por un agrupamiento de obras y no de manera singular. Se indica también que ya existen 8 estudios ambientales de este tipo presentados que involucran un total de 1309 pozos.

Hasta la fecha, las decisiones sobre el desarrollo de Vaca Muerta se han tomado sin una estrategia reguladora sobre el medio ambiente, que identifique las consecuencias que podemos considerar aceptables sobre el ambiente y las que no.

¿Cómo se evaluarán las particularidades de cada ambiente, si se evalúan cientos de pozos en un solo estudio? El único aspecto que rescato, y que la autoridad de aplicación debería exigir, es la posibilidad de evaluar impactos que no aparecen cuando se evalúa de forma individual, los acumulados a nivel de yacimiento. El medio ambiente es la agenda del futuro, pero también debe ser la del presente. El desarrollo actual y proyectado de la actividad hidrocarburífera en la provincia de Neuquén requiere que tanto las empresas operadoras, las autoridades gubernamentales y los demás actores, entre ellos la Universidad Nacional del Comahue, estén a la altura del desafío que se presenta.

Fuente: Río Negro.