Litio: empieza a producir el mayor proyecto del país y su CEO explica cómo ve el mundo al exitoso modelo argentino
Cauchari-Olaroz tendrá el primer litio en junio. Es el proyecto más grande de la Argentina, cuya producción será mayor a la que tienen juntas, las dos minas que hoy están en actividad.
En solo una semana, entra en producción el tercer proyecto de litio de la Argentina. Se trata de Cauchari-Olaroz, en Jujuy, operado por minera Exar, de la canadiense Lithium Americas Corp en joint venture con la china Gangfeng y Jamse (Jujuy Energía y Minería Sociedad del Estado). Es el proyecto más grande del país, cuya producción será mayor a la que tienen juntas, las dos minas que hoy están en actividad.
Con una inversión de u$s 979 millones, se construyó en Cauchari-Olaroz, una planta de producción de 40.000 toneladas por año de carbonato de litio ‘calidad grado de batería’ y se inició la planificación para una segunda etapa de expansión de unos 20.000 toneladas por año adicionales. Hoy, Allkem y Livent juntos producen en el país cerca de 35.000 toneladas.
Lithium Americas -dueña también del 100% de Pastos Grandes y 65% de Sal de la Puna- apostó hace tiempo a Cauchari-Olaroz, un proyecto con el que su CEO en Latinoamérica, Ignacio Celorrio, asegura que la Argentina se encamina a entrar en el podio de los productores de litio más relevantes del planeta.
¿Cómo es el proyecto que ya entra en producción?
Es el tercero que entra en operación en la Argentina y el más grande, por eso todo el mundo está esperando que arranque. La operación de Cauchari es de 40.000 toneladas al año con una vida de 40 años. A partir de mitad de año vamos a tener primer litio. La mina está prácticamente construida y solo queda alguna parte del proceso de embolsado definitivo que se extenderá hacia fin de año.
¿Qué aporte hace este proyecto al boom del litio argentino?
Hoy la producción total de la Argentina, de los dos proyectos combinados (de Allkem y Livent) es de alrededor de 35.000 toneladas al año. Cauchari Olaroz es de 40.000. Es decir que ahora la capacidad de producción de litio en el país, se duplica. A la vez, Allkem y Livent están expandiendo sus propios proyectos mientras se construyen otro.
¿En qué lugar coloca Cauchari a la Argentina dentro del mapa del litio mundial?
No es suficiente para ser el primer productor del mundo pero acerca bastante. Australia tiene una gran capacidad de producción de litio de roca y es el productor principal, pero es de menor calidad. Chile tiene una producción muy superior a la argentina también, de unas 160.000 toneladas pero con otra proyección. Argentina tuvo un nivel de inversión muy grande en exploración en los últimos años. Si se ve cómo viene la curva ascendente, Argentina tiene todas las posibilidades de sobrepasar a Chile en el corto plazo, quizás en cinco años.
«Sentarse sobre los recursos para ver qué va a pasar, va a hacer que los países que están explorando en este momento, nos tomen la delantera», dijo Ignacio Celorrio, presidente de Lithium Americas Corp Latam.
¿De qué le sirve a la Argentina ese ascenso?
Ser un productor de litio relevante en momentos en los que el mundo está yendo hacia la electromovilidad tiene hasta una importancia geopolítica. Se está poniendo en el mercado un insumo clave. Somos los que picaron en punta en carbonato de litio de salmueras. Eso crea grandes expectativas en la Argentina.
La inversión de General Motors en Lithium Americas ¿incluye a la Argentina?
En realidad está orientado al desarrollo de Thacker Pass, en Estados Unidos. En Cauchari ya estamos financiados y para llevar adelante Pastos Grandes (del cual LAC es dueño) ya vamos a tener cash flow por la producción de Cauchari. Thacker Pass tiene además un componente de geopolítica importante porque Estados Unidos sacó una serie de regulaciones destinadas a tener una cadena de producción dentro de lo que llaman países más amigables.
¿Piensa invertir en otros proyectos en la Argentina?
Siempre tenemos una mirada sobre oportunidades en Argentina. Hoy no es nuestra prioridad pero tenemos equipo y experiencia como para dar apoyo y poder llevar adelante otros proyectos que pueda haber en la zona o quizás alguna oportunidad que no tenga demasiado atención en este momento.
¿Hoy hay una ventana de oportunidad para desarrollar el litio argentino?
Si, de entre cinco y diez años en los que no podés cometer errores. Hay que ir cada vuelta más rápido porque hasta que no se pone el producto en la mesa, nadie va a considerar que somos un jugador. Una cosa es tener recursos y otra tener carbonato de litio que pueda ponerse en la mesa para la electromovilidad.
¿Cómo impacta la situación macro argentina?
Influye en el convencimiento de tomar el riesgo para construir, para poner el capital de entrada. Una vez que estás operando, operas. Décadas de exploración han mostrado que los yacimientos más rápidos para poner en producción están en la Argentina y el régimen jurídico que te permite avanzar para ponerlos en producción continúa vigente y es el mejor. Entonces no es que a las empresas le guste los controles de cambios, o las diferentes trabas que se puede tener a nivel económico coyunturales, pero lo aguantan. Eso explica por qué hay tantos proyectos en construcción al mismo tiempo, algo que -de hecho- es hasta una anomalía desde el punto de vista de recursos naturales. Tener cinco o seis proyectos de distintas compañías en una zona acotada, jamás lo vi.
¿Cómo impacta el debate sobre la nacionalización del litio?
Tiene un efecto detrimental porque uno compite por las inversiones con otros países. Hoy tenemos una ventaja competitiva, pero con la discusión se da lugar a que digan que vamos a perderla. Chile tiene una industria mucho más desarrollada pero decidió no habilitar el desarrollo de sus proyectos sino tratar de centralizarlos. Eso provocó una falta de diversidad de proyectos. Si nos ponemos en la misma posición que Chile, la empresa extranjera va a dejar de ver la ventaja competitiva argentina. En los últimos 20 años Chile no puso ninguna mina en función y en la Argentina, en cinco años van a abrir cinco proyectos.
¿Qué hay que hacer entonces?
Lo importante para la Argentina es mostrar que el país es un productor confiable de carbonato de litio de calidad. Esa es la verdadera importancia geopolítica. Sentarse sobre los recursos para ver qué va a pasar, va a hacer que los países que están explorando en este momento, nos tomen la delantera. Si el interés es concentrar una cadena de valor y se subvenciona, como hace Estados Unidos, es una forma de plantear el tema; y es exactamente lo opuesto de lo que se ve en Chile o en Bolivia. Estados Unidos no pisa los recursos para ver qué hacen sino al revés, pone plata pública para proyectos y los llevan a producción.
«Sentarse sobre los recursos para ver qué va a pasar, va a hacer que los países que están explorando en este momento, nos tomen la delantera».
¿El modelo argentino es diferente a los dos?
Si, y es el que hay que seguir. Argentina va a producir un producto de alta calidad. Australia, que quizás es el más cercano en la competencia, es un concentrado, de menor valor. La preocupación no tiene que ser sentarse sobre los recursos sino tener disponibilidad de producto para el desarrollo de una cadena nacional con toda la producción que Argentina puede dar. Con el contexto de hoy, va a sobrar para el mercado nacional. Si alguien piensa que va a manejar toda la cadena por controlar un solo insumo, cuando todavía no están ni siquiera establecidas las inversiones, lo que va a pasar es que probablemente el desarrollo se frene.
¿Confía en que no va a prosperar la idea?
Creo que no, prima bastante el razonamiento sobre todo en el NOA de que si se hace, se acaba toda capacidad de avanzar en este mercado en la Argentina. Al menos se le pone muchísimo riesgo. Si pasara, el primer perjudicado va a ser Argentina que se va a quedar con el recurso y no con el producto.
¿Qué desafíos encuentra hoy para un mayor desarrollo?
Saber si voy a tener la infraestructura y los recursos humanos para poder desarrollar toda esta industria al mismo tiempo. Todo este ruido de la nacionalización, sin debatirlo seriamente, tiene un efecto perjudicial seguro. Por ahora, el efecto no ayuda pero al mismo tiempo no impide el desarrollo. Luego hay que ver cuál es el mejor método para producir carbonato de litio. Hoy los métodos que se dan implican poner una planta de producción sobre cada salar pero no es sustentable a largo plazo. Va a tener que haber una gran planta en la cual se toma de distintos salares o salmueras, para producir a una escala mayor. Cuando se logre, se podrá ir elevando la sofisticación de producto que se hará o ponerlo en un lugar donde la logística sea mucho más sencilla.
Fuente: Cronista