El gigante de las energías renovables desarrolló una tecnología para obtener hidrógeno, un combustible que se puede almacenar, a partir de energía eólica.
Calificado como el “combustible del futuro” por basarse en el elemento más abundante de la naturaleza y porque se puede almacenar y transportar, el hidrógeno está llamado a jugar un rol central en el enfrentamiento del cambio climático y la descarbonización de la economía.
El problema es que, hasta hoy, el proceso para separar esta molécula del agua (H2O) mediante electrólisis, requiere el uso de combustibles fósiles, con lo cual genera emisiones de gases de invernadero.
Sin embargo, luego de varios años de desarrollo y experimentación, dos firmas pertenecientes al grupo Siemens anunciaron que comenzarán a industrializar y producir a escala “Hidrógeno Verde”, a partir de energías renovables.
Se trata de un acuerdo entre Siemens Energy (división focalizada en energías renovables del gigante tecnológico alemán) y Siemens Gamesa (surgida en 2017 tras la fusión con la firma española productora de turbinas eólicas).
A través de esta colaboración, se desarrollará una solución innovadora que integra un electrolizador en un aerogenerador eólico marino, a través de un sistema sincronizado, para producir hidrógeno verde. Ambas empresas esperan tener en marcha un prototipo entre 2025 y 2026.
La inversión prevista para este desarrollo será de 120 millones de euros durante los próximos cinco años.
Combustible verde y multifunción
El hidrógeno permite almacenar y distribuir energía hacia diferentes usos finales. “Se puede usar directamente en vehículos alimentados por celdas de combustible, es ideal para transporte de carga pesada y de larga distancia, tanto terrestre como fluvial y marítimo, por su densidad energética y autonomía”, explica Javier Pastorino, Managing Director de Siemens Energy para Argentina, Chile y Uruguay.
También se puede usar para convertir la energía eléctrica en calor. Además, el Hidrógeno (H2) verde y el dióxido de carbono (CO2), a través de un proceso de síntesis, forman hidrocarburos. Estos e-fuels, potencialmente utilizables en motores de combustión interna, no generarían CO2 adicional, por lo que serán fundamentales en la transición energética.
“Estamos en los comienzos de una etapa de industrialización a gran escala del hidrógeno verde, luego de muchos años de experimentación y proyectos de pequeña escala”, apunta Pastorino.
El potencial argentino
El fuerte interés actual en torno al hidrógeno verde surge a partir de su enorme potencial para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, particularmente en sectores como el transporte y la industria, en los que la mitigación es difícil.
Para el ejecutivo de Siemens Energy, Argentina está entre los países del mundo con mayor potencial para producir hidrógeno verde, lo que va de la mano con su disponibilidad de energías renovables. “Tenemos una oportunidad única para desarrollar una industria competitiva de hidrógeno verde, tanto para su uso local como de exportación”, afirma.
“Si el mundo quiere frenar el calentamiento global, será preciso llevar la transición energética al próximo nivel y alcanzar una descarbonización profunda. El desarrollo de Hidrógeno Verde será esencial para cumplir con los compromisos del Acuerdo de París y mantener el aumento de la temperatura global por bajo los 2°C”, destaca.
Uno de los obstáculos para el desarrollo a gran escala del Hidrógeno Verde es el económico. Pero “todo indica que los costos se reducirán a la mitad en menos de 10 años”, indica Pastorino y agrega: “En la próxima década, su desarrollo a partir de fuentes renovables será altamente competitivo y surgirá una nueva economía del hidrógeno con múltiples beneficios”.