Lo que China le ofrece y pide a la Argentina para potenciar su alianza
Una cuarta central nuclear. Un ferrocarril que una a Vaca Muerta con el Atlántico. El acuerdo comercial por los cerdos. Y su incorporación a la plataforma con la que la Pekín consolidará su influencia global.
La integración de la Argentina, como un eslabón estratégico en el Cono Sur, al proyecto insignia de la Ruta y la Franja de la Seda con el que China busca interconectar su nación con gran parte del mapa. Un tren que una a Vaca Muerta con el Atlántico. Respaldo financiero.
El acuerdo para multiplicar las exportaciones de carne porcina, que sigue su curso, pese a los cuestionamientos ambientalistas. Acceso a la vacuna contra la Covid-19. Todo eso y más es lo que quiere y ofrece China y gran parte de ello se conversó entre los presidentes Alberto Fernández y Xi Jinping temprano en Olivos, cuando culminaba el día al otro lado del mundo. Argentina y China comparten una asociación estratégica integral desde 2014, un paraguas bajo el cual ambos países avanzan en diversos niveles de cooperación y en un variado rango de campos que exceden lo comercial. En julio pasado, al cumplirse seis años, el vicecanciller Pablo Tettamanti y su par chino, Zheng Zeguang, convinieron reforzarla a través de la implementación de un Plan de Acción Conjunta.
Elevarla al siguiente nivel. Con un mundo sumido en una pausa pandémica, China sigue tejiendo su influencia global. En julio pasado, al cumplirse seis años, el vicecanciller Pablo Tettamanti y su par chino, Zheng Zeguang, convinieron reforzarla a través de la implementación de un Plan de Acción Conjunta. Parte de esa apuesta es la incorporación de la Argentina a la plataforma geopolítica con la que China piensa consolidar su influencia global a través de rutas terrestres y marítimas que parten del sudeste asiático y la unen a Medio Oriente, África, Europa y América latina.
Lo denomina Una Franja, Una Ruta (One Belt, One Road u OBOR) y consiste, en esencia, en millonarias inversiones en infraestructura. El gobierno argentino tiene interés en sumarse.
Ya se lo manifestaron desde la Cancillería al gobierno de Pekín y Fernández ratificó la voluntad de firmar. Sin urgencia, señalan, pero quieren estar. Hay otros proyectos de envergadura con los que sueñan los chinos y que los recordaron en la bilateral telefónica. Como la construcción de una cuarta central nuclear y un ferrocarril que conecte Vaca Muerta con el puerto de Bahía Blanca. Respecto a lo primero, la negociación contabiliza ya tantos años como resistencias internas porque implica la importación de una tecnología ajena que ataría su funcionamiento al país asiático.
Al contrario, sobre la línea ferroviaria norpatagónica hay más consensos y diálogos concretos entre la firma PowerChina y la provincia de Neuquén con la opción de financiamiento chino para llevarla a cabo, según consignó a Reuters el presidente de la empresa, Tu Shuiping. El gobierno tiene interés en firmar la iniciativa de la Franja y la Ruta de la Seda y Fernández lo ratificó en su comunicación telefónica. Sin urgencia, señalan.
Pero quieren estar. Xi y Fernández no hablaron, sin embargo, sobre otro de los acuerdos que es trascendental para el Gobierno al que le urge hallar los destinos para incrementar exportaciones. La respuesta de China se materializó a través una inversión de 3800 millones de dólares en granjas porcinas. En los planes originales, esperaban firmar el memorándum de entendimiento para darle marco los privados en agosto.
La sonora resistencia ambientalista los obligó a poner en pausa el documento e incorporarle un párrafo específico sobre la vigencia de los estándares de producción argentinos. Así que el texto volvió a China para su revisión y todavía sigue allí. Había cierta expectativa en que todo quedara sellado con la presencia del propio Fernández en China en noviembre, en lo que hubiera sido la primera gira presidencial en pandemia de la actual gestión, a propósito de la realización de la Exposición Internacional de Importaciones de China (CIIE), la mayor feria de esta naturaleza. La misión comercial sigue en agenda, solo que hoy parece poco probable que la encabece el mandatario.
En cambio, siguen firmes, de momento, el canciller Felipe Solá y su Secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Jorge Neme. Xi lo comprometió a Fernández a que vaya a China «cuando lo permita la pandemia». El swap financiero por 18.500 millones de dólares que China se comprometió ya a renovarle al Banco Central en un signo de respaldo internacional así como la reciente aprobación por unanimidad en el Congreso de la adhesión del país al denominado Banco Asiático de Inversión en Infraestructura, una instancia multilateral impulsada por Pekín que puede cobrar mayor trascendencia en los próximos tiempos, también forman parte de la agenda en común.
Es uno de los pocos puntos donde oficialismo y oposición siguen pensando parecido: el proyecto lo envió Mauricio Macri hace dos años y saltó la grieta sin mayores inconvenientes. Por último, el acceso a la vacuna china contra la Covid-19 fue otra de las ofertas que el presidente Xi le ratificó a su par argentino con el compromiso de facilitar la disponibilidad para las poblaciones más vulnerables mediante créditos blandos.
Sumado a los recursos sanitarios —la mayor parte de ellos comprados por el gobierno nacional y los provinciales— que posibilitó la nación asiática en tiempos de sobredemanda, la cooperación sanitaria se resignificó, en el contexto de la emergencia global, como una estrategia más de soft power de Pekín hacia el mundo y dentro de la lógica de la asociación estratégica integral. La adhesión al Banco Asiático de Inversión en Infraestructura es de los pocos puntos donde oficialismo y oposición piensan parecido: lo envió Macri y saltó la grieta sin inconvenientes. A cambio, el Partido Justicialista firmó un documento que avalaba la gestión transparente del gobierno chino frente a la pandemia, contra las acusaciones que bajan desde Washington sobre ocultamiento de información.
Y trascendió que en la conversación entre ambos presidentes, también hubo un compromiso de la Argentina de apoyar el acercamiento de China al Mercosur –donde Paraguay se mantiene en su reconocimiento histórico de Taiwán, pese a cierta disconformidad interna– y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños que cada vez más se proyecta como el foro preferido de la administración del Frente de Todos.
Sin renunciar a un vínculo cordial con Estados Unidos, principal inversor en el país, el gobierno de Fernández apuesta al delicado equilibrio de la equidistancia de las potencias medias frente a la polarización que plantea la Casa Blanca. «Neutralidad activa y mirada argentina», describió Solá al saludar a los diplomáticos en su día. Una estrategia con la que China se siente más a gusto que Estados Unidos en la medida en que sigue expandiendo su influencia por la región.
Fuente: Perfil.