Locura por empresa GridX, el fondo estrella del petrolero Galuccio
Varios de los líderes empresariales importantes del país, entre ellos el multimillonario del comercio electrónico Marcos Galperin (Mercado Libre) y el magnate farmacéutico Hugo Sigman, se encuentran entre los inversionistas que prometen más capital para el acelerador de biotecnología GridX a medida que las inversiones iniciales comienzan a dar sus frutos.
La familia Sielecki (socios de los Laboratorios Elea), que dirige un negocio farmacéutico, y Gador SA son otros nombres que renuevan su apuesta por GridX. Después de que un primer fondo recaudó US$10 millones, el segundo fondo espera llegar a US$50 millones para el 2023.
Según Miguel Galuccio su fondo genera una plataforma para el éxito. Galuccio, que además forma parte del directorio de Schlumberger, vió en primera persona las dificultades de iniciar un negocio en América Latina después de lanzar su propia perforadora de shale Vista Energy.
La nueva ronda de fondos para GridX, que incluyen el financiamiento del inversionista estadounidense en biotecnología Paul McEwan, y de family offices en México y Argentina, es un guiño a la alta estima que se le tiene al acelerador de startups después de que comenzó a recaudar dinero en 2017. Ya ha reunido la mitad de la meta de US$50 millones y está ampliando sus objetivos de inversión a instituciones.
El papel que están desempeñando los ejecutivos de negocios y las familias adineradas para invertir en capital semilla está ayudando a compensar la menor liquidez de los fondos de capital de riesgo, al tiempo que una caída en el sector de la tecnología y el aumento de las tasas de interés a nivel mundial provocan un retroceso.
GridX conecta a científicos que trabajan en proyectos de biotecnología con emprendedores. Tal es el caso de Beeflow, que potencia la polinización para aumentar el rendimiento de los cultivos; o Stamm, que fabrica maquinaria a pequeña escala en un intento por proliferar el acceso a los biólogos que trabajan en la fabricación sostenible.
Según el director ejecutivo, Matías Peire, Argentina tiene una tradición científica distinguida -haciendo referencia a los tres ganadores del Nobel de medicina y química del país-, pero se necesita este proceso sofisticado de transformar la ciencia en algo tangible.
GridX, que tiene su sede en Buenos Aires y emplea a 11 personas, tiene 42 empresas en su cartera con un valor de alrededor de US$300 millones, señaló Peire.
El segundo fondo, más grande, intentará mantener a las empresas mejor financiadas a medida que crezcan y llegar a más científicos en otros países latinoamericanos.
La expansión de GridX se produce mientras los investigadores de la región prueban soluciones para un mundo que lucha contra el cambio climático y la crisis sanitaria. Pero llevar a buen término los proyectos se está viendo amenazado tanto por la volatilidad del mercado global como por los problemas crediticios más generalizados de Argentina.