Los combustibles fósiles todavía resisten
Las energías renovables se expanden, pero la demanda de combustibles fósiles sigue siendo lo suficientemente fuerte como para frustrar los objetivos de contención del calentamiento global.
El mundo prepara otra Cumbre sobre Cambio Climático (COP28) en diciembre, en Dubai, respaldada por el avance de las energías limpias, pero a su vez asumiendo que en la situación actual, la demanda de combustibles fósiles seguirá siendo demasiado alta para mantener el objetivo más ambicioso del Acuerdo de París de 2015, de limitar el calentamiento global a 1,5 °C respecto a la era preindustrial.
«Conseguir la inflexión de la curva de emisiones» para contener el calentamiento del planeta a +1,5 °C es todavía «posible», pero el camino se anuncia «muy difícil», dijo dos meses antes de la COP 28 la Agencia Internacional de Energía (AIE), en un completo reporte de 354 páginas.
«A pesar del crecimiento impresionante de las energías limpias», las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) seguirán siendo «suficientemente importantes» para incrementar la temperatura media mundial al 2,4 °C en el Siglo XXI.
Delegados de la 28 Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático o COP 28, que deliberará en Emiratos Árabes Unidos del 30 de noviembre al 12 de diciembre, debaten los documentos previos que tendrán que ser aprobados en Dubai.
Según la AIE, en 2030 habrá circulando diez veces más coches eléctricos en todo el planeta y las energías renovables -en las que se invirtió 40% más desde 2020- contribuirán casi con el 50% de la generación eléctrica mundial, que hoy es de 30%.
Pero la AIE insiste en que se debe multiplicar por tres la capacidad de energías renovables de ahora a 2030, en sólo siete años, una meta difícil de alcanzar ya, cuando la demanda de gas, petróleo y carbón alcanzará un pico en la década.
Los combustibles fósiles están aportando en el abastecimiento global de energía caerá hasta no menos de 73% hacia 2030, estima la AIE.
Ejemplos sorprendentes
El sector energético, según la AIE, es la principal causa del aire contaminado que más del 90% de la población mundial se ve obligada a respirar, relacionado a su vez con más de 6 millones de muertes prematuras al año.
En ese sentido, las tendencias positivas en la mejora del acceso a la electricidad y a la cocina limpia se han ralentizado o incluso invertido en algunos países.
Sin embargo, aunque no todas las tecnologías limpias prosperan y algunas cadenas de suministro, sobre todo la eólica, están bajo presión, hay ejemplos sorprendentes de un ritmo de cambio acelerado.
En 2020, uno de cada 25 coches vendidos era eléctrico, pero en 2023 ya es uno de cada cinco. En 2023 se añadirán más de 500 gigavatios (GW) de capacidad de generación de energías renovables, un nuevo récord. También se gasta más de 1.000 millones de dólares al día en el despliegue de la energía solar.
«Uno de los legados de la crisis energética mundial puede ser el inicio del fin de la era de los combustibles fósiles: el impulso de las transiciones hacia energías limpias es ahora suficiente para que la demanda mundial de carbón, petróleo y gas natural alcance un punto máximo antes de 2030», afirma la agencia.
La cuota del carbón, el petróleo y el gas natural en el suministro energético mundial, estancada durante décadas en torno al 80%, empieza a descender y alcanza el 73% en la previsión para 2030.
«Se trata de un cambio importante. Sin embargo, si la demanda de estos combustibles fósiles se mantiene a un nivel alto, como ha sido el caso del carbón en los últimos años, y como es el caso en las proyecciones para el petróleo y el gas, está lejos de ser suficiente para alcanzar los objetivos climáticos globales».
Medio Oriente
La tensa situación en Oriente Medio, hace notar la AIE, recuerda los peligros de los mercados del petróleo un año después de que Rusia cortara el suministro de gas a Europa, tras la invasión rusa a Ucrania, en febrero de 2022.
«La vigilancia de la seguridad del petróleo y el gas sigue siendo esencial a lo largo de las transiciones hacia energías limpias, y nuestras proyecciones ponen de relieve cómo la balanza comercial y las vulnerabilidades potenciales cambian con el tiempo», dice la agencia.
En las proyecciones, la parte del comercio marítimo de petróleo crudo desde Medio Oriente a Asia pasa del 40% actual al 50% en 2050. Asia es también el destino final de casi todo el suministro adicional de Gas Natural Licuado de Medio Oriente.
«La crisis energética mundial no fue una crisis de energía limpia, pero ha centrado la atención en la importancia de garantizar transiciones rápidas, ordenadas y centradas en las personas», explica la AIE.
Anota entonces tres cuestiones interrelacionadas: los riesgos para la asequibilidad, la seguridad eléctrica y la resistencia de las cadenas de suministro de energía limpia. Proteger a los consumidores de la volatilidad de los precios del combustible en 2022 costó a los gobiernos 900 mil millones de dólares en ayudas de emergencia.
Para limitar estos gastos en el futuro, hay que desplegar tecnologías limpias y rentables a gran escala, especialmente en los hogares, comunidades y países más pobres que tienen dificultades para financiar las inversiones iniciales necesarias.
A medida que el mundo avanza hacia un sistema más electrificado y basado en las energías renovables, la seguridad del suministro eléctrico también resulta clave.
La agencia recomienda una mayor inversión en redes robustas y digitalizadas, un mayor rol de las baterías y mayor flexibilidad en la respuesta a las demandas, con tecnologías de bajas emisiones.
Fuente: El Economista