Los mendocinos y el petróleo
La importancia del desarrollo petrolero fue, es y será muy importante para la economía mendocina.
Mendoza no es una provincia petrolera sino una provincia con petróleo. Y esta diferencia viene desde que era la segunda en producción. Los mendocinos no tenemos conciencia de la importancia del petróleo para la economía provincial, a pesar de haber sido la primera en la que apareció el hidrocarburo, en los últimos años del siglo XIX.
Durante mucho tiempo, las regalías petroleras tenían la misma importancia en los ingresos provinciales que la recaudación propia y los fondos de coparticipación. Una decadencia de los yacimientos por el declive natural cuando son maduros, sumados a políticas erradas que desestimularon la inversión en investigación, generaron una caída muy fuerte de la producción local, haciendo que la importancia relativa de las regalías se redujera en forma notable.
Pero la importancia del petróleo no se circunscribe a las reservas y los yacimientos sino que se amplía a una gran cantidad de empresas especializadas en mantenimiento, perforación y provisión de materiales. Una importante cantidad de empresas del sector metalmecánico se han especializado en servicios petroleros y contribuyen a la trama económica provincial.
A esto hay que agregar la refinería de Luján de Cuyo, la segunda más importante del país y la más importante del Oeste argentino, con una gran inversión tecnológica. El valor de la producción de la refinería hace que represente el 50% del Producto Bruto industrial de Mendoza. Entre estos datos, más las regalías, no hay dudas de que la actividad petrolera es una de las más importantes de la economía mendocina, aunque sea de capital intensivo y ocupe menos mano de obra que otras actividades.
Pero no hay que desconocer que los yacimientos mendocinos son muy viejos, aunque existe una alternativa, válida para varias cuencas: recurrir a las técnicas de la fractura hidráulica, que consiste en perforar la roca madre con inyección de agua a presión. Esta es la técnica que se aplica en Vaca Muerta, en Neuquén y que ya se anticipa se ejecutará en la lengua norte de esta formación geológica, que se localiza en Malargüe.
Con esta misma técnica se podría hacer prospección en algunos yacimientos muy maduros que podrían contener reservas en la roca madre, aunque todo depende de la viabilidad económica de su explotación.
A pesar de todo esto, los mendocinos no tenemos conciencia de ser una provincia petrolera. Seguimos creyendo que nuestra riqueza proviene del sector agroindustrial, que tiene mucha historia y mucha prensa.
Quizás haya faltado una mayor integración y comunicación de las autoridades y las empresas con los ciudadanos para que estas convicciones vayan más allá de algunos sectores dirigentes.
Además, no hay que olvidar que las regalías petrolíferas también han beneficiado a varios departamentos de la provincia, aunque muchas veces no se vean las bombas trabajando, entre ellas en Luján, Maipú, Rivadavia, San Carlos, Tupungato, General Alvear y Malargüe, entre los más destacados.
Sería importante, además, dadas las prevenciones que los ciudadanos toman respecto al cuidado del medio ambiente, que las mismas empresas y hasta el gobierno, encaren campañas didácticas permanentes para enseñarle a los mendocinos las ventajas de estas explotaciones y las formas y seguridades que se toma para el cuidado del ambiente y de las personas que trabajan en ellos y de las familias que viven en la zona.
Todas las actividades económicas deben manejarse con transparencia ante la comunidad y el Estado debe velar por que exista la mayor cantidad de información a fin de evitar la aparición de falsos profetas que aprovechan el desconocimiento de muchos ciudadanos para inventar riesgos que no son reales con el solo objeto de obtener una ventaja personal o sectorial.
Fuente: Los Andes.