Los puertos de Río Gallegos
Lo que hoy se erige como grandes estructuras en algunos casos inactivos, sirven y sirvieron como una entrada clave para el desarrollo de la ciudad capital.
Río Gallegos logró proyectarse y expandirse gracias a sus puertos operativos. Se trata de grandes estructuras construidas a las orillas del agua, principalmente con el objetivo de embarcar y desembarcar toneladas de minerales y materiales de construcción que llegaban y partían, desde la hoy ciudad capital de Santa Cruz. Sirvieron muchas décadas atrás, por ejemplo, para hacer la conexión entre las carnes vendidas por el frigorífico de la Swift, empezando a trabajar los productos mineros como el carbón en conjunto con Río Turbio. Sin duda, los muelles y puertos de la ciudad se han ganado su merecido espacio en este suplemento, tanto por la relevancia en el crecimiento de la capital como por su aporte a la estructura y paisaje que hoy representan. Si bien son cuatro los muelles que quedan, solamente 2 de ellos siguen activos y uno tendrá vital importancia a futuro, cuando se logre el cruce por aguas argentinas entre Santa Cruz y Tierra del Fuego, ya que será usado para las embarcaciones. En este último caso, se trata del muelle Presidente Arturo Illia, ubicado sobre Punta Loyola.
Tal como sucedió con el número donde hablamos acerca de accidentes aéreos ocurridos en la ciudad, hay una vasta información en internet, aunque la gran mayoría se encuentra en inglés, con varias páginas de nichos dedicados a los muelles y con especial énfasis en la capital.
Se trata de grandes obras que deben ser comprendidas no solamente por su valor histórico (ya que siguen operativas en algunos casos), sino también por su desarrollo a futuro. El muelle Fiscal, del que hablaremos más adelante, si bien está fuera de actividad, buscará ser un punto turístico y de recreación para la capital santacruceña, reconvirtiéndose de su idea original y adecuándose a la realidad actual.
Presidente Arturo illia
Este puerto se encuentra ubicado en Punta Loyola, cercano al ramal ferroviario. El objetivo fue poder conectar el puerto con la mina de carbón de Río Turbio, en toda una estrategia productiva y de desarrollo para ambas localidades. Si bien el puerto quedó habilitado en 1983, se tuvo que esperar hasta la mitad de la década de los 90 para que tenga al ramal funcionando.
La terminal marítima cumple un rol estratégico en el fortalecimiento de dos productos primarios que integran el complejo productivo provincial: hidrocarburos y carbón.
El Estado santacruceño acentuó las prevenciones con la misión de minimizar los potenciales riesgos intrínsecos en la actividad industrial y la puesta a punto de los aspectos de “higiene” y “medio ambiente”, además de fortalecer el rol del organismo como ente de contralor.
El muelle de Punta Loyola “Presidente Arturo Illia” es el único punto de carga y descarga de hidrocarburos de la Patagonia y el Estado santacruceño acompaña la puesta en valor de esta terminal, hoy bajo la responsabilidad de la Compañía General de Combustible (CGC) y Yacimientos Carboníferos Río Turbio (YCRT).
Luego de que Nación anunciara avances concretos para iniciar los estudios de las implantaciones de las terminales portuarias funcionarios y legisladores de Tierra del Fuego y Santa Cruz se pusieron de acuerdo para apoya el corredor que evitará pasar por Chile para conectar la isla al continente.
Muelle fiscal
Uno de los muelles que se encuentra actualmente dentro del radio de Río Gallegos es el conocido Muelle Fiscal. Está construido sobre la costanera, siendo una enorme estructura de hormigón que pueden apreciar los vecinos. El Municipio este año decidió, luego de un acuerdo con el Gobierno Provincial, poner manos a la obra y hacer del mismo un lugar turístico para el disfrute de los ciudadanos. Este muelle dedicado otrora a las operaciones de cargas de combustibles, era operado por UNEPOSC. EN mayo de 2004 se firmó un acuerdo entre la Unidad Ejecutora Portuaria con YPF para esto. Ya por aquel entonces veían la “necesidad de reparar y adecuar estructuralmente el muelle” debido al “estado avanzado de deterioro progresivo, que presentan pilotes, vigas y losas de hormigón del muelle”.
Durante el tiempo que estaban en el puerto los remolcadores, realizaron tareas operativas de carga y descarga de combustibles. En aquel entonces ya se hablaba de la necesidad de hacer todo lo posible para evitar incidentes que pongan en riesgo las vidas humanas.
En bajamar los buques quedan totalmente en seco, apoyando sobre el fondo de pedregullo en una cama de varadura. Dicha cama, mediante solicitud previa en ese sentido, puede ser asentada uniformemente en bajamar mediante el empleo de una topadora y una rastra apropiada. Los buques refuerzan sus amarras con 6 cabos, 3 a cada lado del muelle, de aproximadamente 100 m de longitud cada uno, vinculados a tierra a través de muertos de anclaje de HºAº.
Según se pudo saber habrá colocación de estructuras sobre el muelle, como así también alumbrado y equipamientos para el disfrute de los vecinos. La idea es que los ciudadanos que se encuentren en Río Gallegos puedan recorrer la zona costera de la capital, similar a lo que se puede ver en otras localidades como Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Otra de las obras que se realizará sobre la costanera local es el Nuevo Mercado Gastronómico. El mismo se ubica en parte del precio que cedió en comodato la empresa YCRT a finales de 2020. Allí las estructuras de hierro se transformarán en un centro de desarrollo productivo, cultural y social. El objetivo es poner en valor esas estructuras preexistentes, mejorando el paisaje urbanístico.
La remodelación y construcción del edificio del nuevo Mercado Gastronómico tendrá un presupuesto de 56.962.631 de pesos, con un plazo de obra de ocho meses.
Muelle El Turbio
El Muelle el Turbio se encuentra ubicado sobre el Galpón Costero. Actualmente es utilizado como una cuestión de recreación, ya que las personas que visitan este lugar suelen quedar paseando sobre el mismo. Años atrás, fue clave en el desarrollo debido a las tareas que realizaban YPF e YCF en el lugar.
Es una construcción de madera, en forma de T, situado 200 m al SE de baliza Reducción, propiedad de Y.C.F., con un frente de atraque de 66 m y vinculado a la costa a través de una pasarela de 90 m de longitud, que permite el tránsito vehicular y conlleva los conductos de combustible desde el muelle hasta la planta de almacenamiento de YPF S.A. Admite un calado de 6,1 m en pleamar. Debido a los desniveles del fondo, al efecto de la marea y al ángulo de aproximadamente 15º que forman el frente del muelle y las isobatas, los buques deben abrir la proa hacia el Este con la popa tomando muelle. Tiene tomas para provisión de energía eléctrica mono y trifásica, agua potable y servicios de incendio.
Existen dos duques de alba situados aproximadamente a 100 m de los extremos del muelle, utilizados para tomar adecuadamente las amarras de los buques por imperio de la gran fuerza de la corriente de marea, que tira desfasada 15° con respecto a la línea de atraque.
Este muelle permite la operación de buques tanque que abastecen la planta de Y.P.F. situada a aproximadamente 1.500 m al Oeste del muelle.
La explotación minera
La explotación se organiza cuando el General Juan Domingo Perón, dictó el Decreto N° 17.371 de 18 de agosto de 1950, y creó así la Empresa Nacional de Energía (ENDE), organismo dentro del cual conservó su individualidad como empresa nacional de energía, al solo efecto de su gestión económica.
Actuaba en sus relaciones con el Poder Ejecutivo por intermedio de la Secretaría de Estado de Energía y Combustible. En un primer momento, el transporte desde Río Turbio a Río Gallegos se efectuaba mediante camiones a vapor, lo que resultaba muy ineficiente debido a que estos consumían 2/3 del carbón que transportaban en el trayecto. Es por eso que se decidió la construcción de un tendido ferroviario desde el yacimiento hasta el puerto de embarque. El 24 de mayo de 1951, se procedió a la inauguración provisional del ferrocarril, y se construyó un muelle de madera provisorio con sus instalaciones mecánicas, que fue ampliado y mejorado. Las obras concluyeron en 1956.
Desde la inauguración del ferrocarril, la producción fue en aumento hasta 1979, cuando se dio el punto máximo de producción, con 1.400.000 t de producción bruta y 700.000 t de producción depurada, gracias a la incorporación de última tecnología en extracción.
Fuente: Tiempo Sur