Macachín, la historia del pueblo pampeano que busca 600 trabajadores para el Gasoducto Néstor Kirchner
La localidad, ubicada al este de la provincia, vivirá durante más de un año una «revolución» en su vida cotidiana: la megaobra, clave para el futuro energético de la Argentina, tendrá una de sus bases en ese pequeño lugar. Pero ahora tienen un desafío: dar con toda la gente que necesitan para cubrir la demanda laboral del proyecto.
Como en una película de García Berlanga. Macachín es un típico pueblo del interior pampeano. Una tranquilidad verde que solo se empaña con las clásicas noticias de accidentes que predominan en los portales de noticias locales. Pero esa calma se verá sacudida en poco tiempo, cuando sea protagonista del tercer y último tramo del Gasoducto Néstor Kirchner que le permitirá a la Argentina transportar 10 millones de metros cúbicos de gas, un cuarto de lo que hoy importa, desde Vaca Muerta hasta la localidad bonaerense de Saliquelló. Pero hay un problema: necesitan unos 600 operarios u operarias, más del 10% de toda la población del pueblo, y en Macachín hay pleno empleo. La situación se volvió política de Estado y el Municipio abrió una bolsa de trabajo para recibir postulantes.
El 20 de noviembre Macachín cumplirá 120 años. Ubicado en el departamento de Atreucó, al este de la provincia, cuenta con 5466 habitantes. Unos 7,29 por kilómetro cuadrado. Y su historia es un reflejo de gran número de localidades del centro y la parte superior de la Patagonia. En sus vastos terrenos se asentaron numerosas comunidades indígenas, sobre todo mapuches, y un nombre que debería ser muchísimo más revisitado por la historiografía argentina: Calfucurá. El “Emperador de las Pampas” llegó a formar una federación indígena compuesta por 13.000 personas, desde la Provincia de Buenos Aires hasta el sur de Mendoza y Neuquén. El epicentro era en Salinas Grandes (Vuta Chadihue), a escasos kilómetros. Aún hoy la producción de sal es parte del desarrollo económico del lugar.
Aún hoy se encuentra Hidalgo, un antiguo asentamiento a orillas de una laguna salada. Una estación de ferrocarril yace con el mismo nombre como una estampita de cemento. Ya no pasa el tren. El terreno de las salinas es explotado hace una decena de años por la Compañía Introductora de Buenos Aires (CIBA). Entre otros productos, realiza la línea de sales y condimentos Dos Anclas en las afueras de Macachín. El sector fue declarado “Lugar Histórico” de la provincia en 1985.
En el último cuarto del siglo XIX vino la mal llamada Conquista del Desierto. No había desierto. Había pueblos indígenas. Resistieron. Pero en toda la región la mayoría fue aniquilado o exiliado. Luego de su “fundación”, el pueblo arrancó su perfil agrícola que se profundizó con las décadas: aceites, lácteos, cereales, soja, ganadería. Pero además, o sobre todo, Macachín es sinónimo de inmigración vasca, que marcó la otra gran parte de su identidad, entrecruzada con el ferrocarril y el comercio.
“La estatua de la Libertad, emplazada en la plaza central, es símbolo que nos identifica pero también testigo inclaudicable del progreso alcanzado –relata el Municipio en su página–. Somos hijos de la sal, de la vida mapuche, de los vascos que llegaron en busca de sueños y del trabajo productivo cotidiano que realizamos”.
Estratégica
“En Macachín somos seis mil personas y tenemos trabajo pleno”. Las palabras pertenecen al intendente Jorge Luis Cabak, que se mostró preocupado porque no hay suficientes personas para trabajar en el gasoducto. Desde la Secretaría de Trabajo municipal lanzaron una convocatoria para recibir CVs. El lunes habían recibido 120. Mientras tanto, llamó al resto de los intendentes del sur pampeano para cubrir con gente de la región todo lo que se pueda.
Son conocidas historias de cómo grandes obras cambiaron el día a día de pequeños lugares. Energía Argentina (la ex Enarsa) le adjudicó a BTU la construcción del último tramo del gasoducto Néstor Kirchner por 55.300 millones de pesos: serán 133 kilómetros de cañería, desde el kilómetro 440 de la traza, en La Pampa, hasta Salliqueló. La empresa ya está instalando el obrador en Macachín. Desde la comuna le facilitaron un predio entre el Polideportivo y la Circunvalación. A cambio la firma hará obras de infraestructura como alambrado olímpico, iluminación de galpones y sanitarios. Pero el problema es personal y el alojamiento, para un pueblo que no está acostumbrado a tamaño movimiento.
“Para Macachín significará un microclima económico, especialmente en los servicios”, remarcó el jefe comunal. “Ya hay unas 200 personas en el pueblo que agotaron los lugares de alojamiento, no tienen dónde dormir. Además, no hay mano de obra porque en la localidad hay pleno empleo”.
Otro de los inconvenientes es la capacidad hotelera: “Desde septiembre a diciembre va a haber una serie de eventos y están pensando en traer tres o cuatro conteiner”, anticipó Cabak. El intendente afirmó que, ante las grandes expectativas, ya contrataron 22 combis para salir con la gente desde la localidad al campo, y piensan adquirir un servicio de catering para llevar comida.
“Vamos a abrir una convocatoria a toda la provincia de La Pampa para quien quiera instalarse para trabajar”, aseguró el titular del área de Trabajo, Marcelo Pedehontáa, luego del encuentro en el municipio de Macachín con intendentes pampeanos. “La demanda de mano de obra de este emprendimiento, Macachín por sí sola no la va a poder cubrir. Entonces la opción es juntarnos con todos los intendentes de la región para que, por ejemplo el traslado de los trabajadores, sea menos dificultoso”, agregó.
La gama es amplia. Choferes, plomeras/os, cocineras/os, chapistas, mecánicas/os, soldadoras/es. Los sueldos, bajo convenio de UOCRA, serán un diferencial, porque se regirán con los valores del sector energético. “Hay cuestiones como los traslados, la limpieza que necesita la empresa, que los podemos armar en La Pampa tranquilamente. Esta es una obra estratégica para el país, es avanzar hacia la independencia energética –continuó Pedehontáa–. Tenemos que tratar que la gran mayoría de los 400 o 600 empleados que van a necesitar sean de la provincia de La Pampa, por dos cuestiones: para que el pampeano que está desocupado pueda acceder a trabajo, y también para que la mayor parte de la inversión que se va a hacer durante un año y medio en tierras pampeanas, queden en la provincia”.
Sobre lo que busca (o necesita) la empresa, aseveró: “los más calificados que necesitan son los soldadores, y hoy vos no formas un soldador calificado en tres semanas. Con lo cual, es muy probable que esos equipos vengan directamente con la empresa más alguno que podamos sumar desde acá. Para puestos como chofer con carnet profesional, personal para mantenimiento, tanto hombres como mujeres, son trabajos que podemos cubrir tranquilamente. Se abre un abanico de posibilidades muy interesante para no solamente Macachín sino para todo el conglomerado pampeano, que puede dar respuestas a los trabajos que se necesitan”.
De movimientos y mentiras
La llegada de 200 trabajadores generó que la empresa tenga que salir a alquilar un salón de eventos y remodelarlo para oficinas. “El movimiento es tan grande como la obra –anticipó Cabak–. Por ejemplo alquilaron 22 combis para transportar a los obreros y técnicos hasta la traza del tendido del ducto, intermediación que hizo un transportista local. La empresa ya está previendo instalar su infraestructura funcional. Por ejemplo, tienen previsto instalar algunos containers en el predio que les prestamos como oficinas”.
Pedehontá no se olvidó del cruce con la diputada, y es gobernadora bonaerense de Juntos por el Cambio, María Eugenia Vidal, que durante su visita reciente a la provincia afirmó: “si cada 100 empleados registrados formales hay 121 empleados públicos, la situación es insostenible”. Pedehontá le respondió que ella “miente” porque allí el empleo privado supera a la cantidad de agentes en el Estado: 92.781 contra 40.143: “Hoy no hay mano de obra desocupada en La Pampa, sino no estaríamos en este dilema”.
Fuente: Tiempo Ar