Mar Argentino: la producción de petróleo offshore habilitaría un ingreso de divisas de US$8400 millones al año
Desde los años ‘60 se registraron más de 400.000 kilómetros de exploración sísmica 2D y 3D, y se perforaron más de 400 pozos en la plataforma offshore argentina.
Lejos de llegar a su fin, el debate por la exploración petrolera en el Mar Argentino sigue vigente en medio de una serie de audiencias públicas que convocó el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible para poner a consideración de la ciudadanía en general el avance o no de la actividad y explicar su impacto en materia económica.
El exsecretario de Planeamiento Energético y director de la consultora Ecolatina, Daniel Dreizzen, sostuvo que “la relevancia del sector no se restringe a sus impactos directos, sino que también posee importantes efectos de derrame en el resto de la economía. Así, la producción offshore habilitaría un ingreso de divisas de US$8400 millones al año”.
“Desde los años ‘60 hasta hoy se registraron más de 400.000 kilómetros de exploración sísmica 2D y 3D, y se perforaron más de 400 pozos en la plataforma argentina. Actualmente, el 17% del gas que se produce y consume en el país proviene de 36 pozos operativos principalmente en la cuenca Austral”, expresó Juan José Carbajales, ex subsecretario de Hidrocarburos y director de la consultora Paspartú.
En 2018, se lanzó la Ronda 1 del Concurso Público Internacional por la que se adjudicaron 18 áreas de exploración offshore -por una extensión de 95.000 km2-, que abarca la Cuenca Argentina Norte (7), la Cuenca Malvinas Oeste (9) y la Cuenca Austral (2).
En concreto, las titulares de estos permisos son 13 empresas reunidas en nueve consorcios de compañías nacionales e internacionales como YPF, la noruega Equinor y la angloholandesa Shell, entre las principales.
El impacto económico
De acuerdo al informe “Impacto Económico del Desarrollo Hidrocarburífero Costa Afuera” elaborado por Ecolatina, un descubrimiento de hidrocarburos y su producción significaría exportaciones totales por US$44.708 millones durante su desarrollo promedio de 30 años. Para la explotación de 10 pozos, la cifra escala a los US$250.000 millones.
Así, tomando como referencia un alza promedio histórico del PBI de 2,7%, en el escenario menos favorable, el crecimiento económico se representa en los siguientes números:
El impacto anual en la producción del total de la economía es de 0,2%, (US$2534 millones).
El PBI también aumenta de manera similar en 0,2%.
La recaudación tributaria se incrementa en 0,3%, (US$463 millones).
La balanza comercial mejora en 3,4% (US$849 millones).
El empleo aumenta en 0,1% (27 mil trabajadores empleados durante todo el proyecto).
Mientras tanto, en el escenario óptimo:
El impacto anual en la producción del total de la economía es de 1,8% (US$19.757 millones).
El PBI también aumenta de manera similar en 1,9%.
La recaudación tributaria se incrementa en 2,1% (US$3603 millones).
La balanza comercial mejora en 26,2% (US$6.578 millones).
El empleo aumenta en 1%, (212 mil trabajadores empleados durante todo el proyecto).
Un pozo exploratorio exitoso habilita a declarar un descubrimiento y abre las puertas a una etapa de delineación para estimar su tamaño y las características de su comercialización. Si todo sale bien, el campo comienza a producir. A partir de ahí la producción va aumentando progresivamente hasta alcanzar un nivel que tiende a mantenerse constante por varios años.
Después de un tiempo el reservorio empieza a perder presión y declina de manera natural. El límite económico se alcanza cuando los gastos operativos necesarios para mantener la operación son superiores a los ingresos. En ese momento deja de ser rentable explotar el yacimiento y se abandonan las operaciones.
“El valor geoestratégico de la exploración off shore es doble. Por un lado, ayuda a fortalecer el reclamo nacional en la disputa de soberanía sobre las islas Malvinas, que nuestro país mantiene en foros internacionales desde la usurpación ilegítima del Reino Unido en 1833″, expresó Juan José Carbajales.
“El segundo objetivo geopolítico surge a partir del reconocimiento del nuevo límite exterior de la plataforma continental más allá de las 200 millas. Son 1,7 millones km2 más de territorio (un 35% adicional) para la explotación del lecho y el subsuelo, con recursos minerales y de especies sedentarias, pero también –se presume– de hidrocarburos”, concluyó el especialista.
Con todo, el debate que suscita la producción en el Mar Argentino está en absoluta vigencia y el impacto ambiental es tan importante como el desarrollo económico del país. Dos caras de la misma moneda que deberán abordarse en conjunto para explotar los recursos del planeta en equilibrio.