Matías Kulfas: «Hay un montón de inversores internacionales que están mirando a Argentina con interés»
En medio de la polémica por los préstamos a través del unicornio Ualá, el ministro de Desarrollo Productivo confirma que el Plan Argentina 2030 es el sendero a seguir para darle continuidad al crecimiento económico del país durante la próxima década, sin dejar de lado el necesario consenso con todos los sectores sociales, productivos, sindicales y de la oposición.
¿Cuál es tu pronóstico de cómo va a ser la evolución de la economía este año?
Yendo al grano, vemos una economía que está en un buen momento, no sin dificultades. Si hace dos años nos hubiesen dicho que en 2022 íbamos a estar creciendo, generando empleo, sacando argentinos y argentinas de la pobreza, mejorando la desigualdad, reduciendo la desigualdad con la industria, creciendo con la energía de Vaca Muerta, produciendo récord con la inversión productiva, creciendo 30% respecto a 2019 y con las exportaciones en alza, realmente hubiese dicho que lo veía difícil o imposible, o me tengo que pellizcar para pensar que esto es cierto y es lo que está ocurriendo.
Esto no es color de rosa, tenemos una inflación alta que tiene dos componentes, el nuestro propio de una inflación que ya lleva 15 años en dos dígitos, que se aceleró durante el último gobierno de Mauricio Macri y que se agravó ahora por la crisis internacional, o mejor dicho, primero por la pandemia y después por el impacto de la crisis en Ucrania. Hay que verlo todo. La mitad medio llena del vaso es una economía creciendo, impulsada por la inversión, por las exportaciones, mejorando el consumo, sacando gente de la pobreza.
Por supuesto, necesitamos bajar la inflación para que el efecto de todo este crecimiento se vea mucho más en los hogares. Pero para ser concreto, respondiendo a tu pregunta, veo un año bueno, no sin dificultades. Aspiramos a crecer por segundo año consecutivo, y que también el año 2023 podamos volver a crecer, porque esto lo que nos va a permitir realmente es construir otro sendero que nos permita crecer a largo plazo y no andar siempre a los sobresaltos.
Cuando uno les pregunta a los distintos actores económicos cuál es su proyección de lo que va a suceder en la economía de este año, todos dicen “depende cuánto dure la guerra”. La guerra, para un país como la Argentina, independientemente de que moral o éticamente sea una pregunta incómoda, ¿trae más oportunidades que amenazas o amenazas que oportunidades?
A nuestro país le trajo las dos cosas, por un lado mejoró los precios de exportación, la soja, el trigo, el maíz, valen mucho más que lo que valían a principio de año, pero también vale mucho más la energía. Argentina hoy es un país productor de energía, gracias al plan Gas que implementamos en 2020.
Vaca Muerta está en récord de producción y tenemos un abastecimiento muy importante, pero no todo. Nos falta durante períodos del año un 10% o un 15% del abastecimiento de gas para poder tener seguridad respecto a los hogares y las industrias, eso hoy hay que importarlo. También el precio del gas se fue por las nubes. Con lo cual, el resultado es ambiguo y obviamente estos efectos también se traducen en más inflación, que se ve en todo el mundo. Lo hemos visto en estos días, en el mes de marzo, inflación del 3% en España, 2,5 en Alemania, Turquía arriba de 6, cosas que no se veían hace décadas. Insisto, esto es un efecto ambiguo, tenemos cosas que nos favorecen y otras que generan tensiones.
Pero en el balance, ¿las amenazas son menores que las oportunidades o al revés?
En el corto plazo es equilibrado, porque insisto, tenemos más inflación, pero tenemos más divisa de exportación por el lado del complejo alimentario. Y en el mediano a largo plazo soy muy optimista. Estoy viendo un escenario donde Argentina se está recuperando, por un lado hemos puesto las políticas industriales productivas en el sendero correcto, y al mismo tiempo el mundo está demandando mucho de lo que Argentina provee.
Todas las semanas estoy recibiendo inversores en litio, por ejemplo, desde que estamos en el gobierno 4.200 millones de dólares de inversión fueron al litio y esto sigue creciendo. Lo que veníamos viendo de la electromovilidad donde aparte tenemos un proyecto de ley, tenemos una política justamente para toda la cadena del litio. Eso que veíamos incipientemente hace unos años se ha acelerado después de la pandemia, y hoy Estados Unidos habla de llegar a 2030 con la mitad de sus vehículos eléctricos, el mundo va en esa dirección. Autos eléctricos significa más litio, Argentina es una de las principales reservas del mundo, más cobre, donde estamos con proyectos muy concretos. Está arrancando en estos días el proyecto de cobre José María en la provincia de San Juan, 4.100 millones de dólares que se van a invertir en este proyecto.
El mundo demanda más alimentos y Argentina es un gran productor de alimentos. Si queremos agregarle más valor, producir carne, producir para exportación, a otros productos. El mundo demanda energías renovables y la Argentina tiene hidrógeno verde, la inversión más grande que se anunció en el siglo XXI, lo hemos trabajado con la empresa Fortescue, una empresa australiana, que se hace en la provincia de Río Negro, el combustible del futuro, que es el hidrógeno verde. Energía, el gas, como combustible de transición, con el gasoducto Néstor Kirchner vamos a tener abastecimiento asegurado y empieza una etapa de exportación en escala de gas y de petróleo.
Es decir, por el lado de la minería, por el lado de la energía, de los alimentos y de las industrias que se están recreando por los procesos de salida de Asia, y vuelta a América, Argentina tiene todo para ser campeón en esta década.
Fuente: Ambito