México: Las plataformas petroleras marinas están siendo retiradas por empresas de extracción de hidrocarburos
Por falta de rentabilidad, Repsol, Equinor, British Petroleum, Total y Chevron iniciaron el proceso de terminación anticipada de su contrato de exploración en México.
Cinco de las compañías petroleras más grandes (la española Repsol, la inglesa BP, la estatal noruega Equinor, la francesa Total y la estadounidense Chevron) han abandonado sus planes de buscar oro negro en las cálidas aguas mexicanas. Uno a uno, los contratos gestionados por la Comisión Nacional del Petróleo de México se van cancelando.
Los activos llegaron a territorio mexicano en 2014 gracias a una legislación energética que dio a inversionistas privados la posibilidad de invertir en producción y transporte fuera de las costas.
British Petroleum, Total Energies y Equinor formaron un consorcio que firmó un acuerdo de exploración de 35 años en marzo de 2017 para un área de 2.381 km2 en la Cuenca Salina.
Sin embargo, las comisiones municipales señalaron que estas empresas fueron multadas con 42,2 millones de dólares por no cumplir con un programa mínimo de trabajo en los mares. El mercado mundial del crudo cambió en 2020, cuando la mayor parte de la inversión mundial se agotó como resultado del colapso económico que desató la pandemia.
Debido a esto, la empresa estatal PEMEX continúa operando con una pérdida de más de dos millones de barriles diarios, que fue la meta trazada por el presidente Andrés Manuel López Obrador al inicio de su mandato.
Además, Estados Unidos reprime las penetraciones
Sólo tres autorizaciones han sido concedidas por el presidente estadounidense, Joe Biden, para exploraciones marinas en la última década, en la zona del Golfo de México. Esto provocó descontento entre las empresas del sector porque es la cifra más baja registrada en la historia y viola las promesas hechas por su predecesor republicano en la Casa Blanca, Donald Trump, un vociferante partidario de la extracción de recursos sumergidos.
Luego de recibir duras críticas por autorizar proyectos en Alaska, Biden dio marcha atrás y estipuló permisos futuros para actividades en las gélidas y casi vírgenes aguas de esa región.