Neuquén, el blindaje político a Vaca Muerta y la suba de precios luego de las PASO
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Figueroa plantea que la provincia tiene que ser garante de estabilidad en los principales bloques productores de shale ante un escenario político nacional todavía incierto. Massa y la foto con refinadores y productores de crudo.
“Creemos que en la construcción de confianza nosotros tenemos que ser garantes de lo que suceda en Vaca Muerta y en la provincia de Neuquén”.
La frase, pronunciada al fragor del resultado de las PASO, pertenece al gobernador electo Rolando Figueroa (Neuquinizate), que de este modo abrió la semana en una rueda de prensa y anticipó algo así como un cauteloso silencio en el que junto a sus equipos técnicos se abocará a la larga transición en la provincia de Neuquén.
El gobierno nacional había devaluado la moneda un 23 por ciento, los combustibles empezaban a trepar. Y las preguntas sobre el futuro y el nivel de inversiones en pleno cimbronazo político eran de rigor. “Si nosotros garantizamos que Vaca Muerta funcione, también le estamos garantizando al país crecimiento”, enfatizó Figueroa, quien buscó dar señales a las grandes empresas con bloques en Neuquén y a los inversores internacionales que siguen el día a día de la formación no convencional (y los entretelones de la política neuquina), pese a la, sí, incertidumbre acerca del signo político que pueda llegar a la Rosada.
Figueroa también sostuvo entonces que había visto previamente la chance del disrupitivo triunfo de Javier Milei en las PASO. Se cuidó de opinar sobre el resultado: por un lado, referentes políticos que trabajaron para catapultarlo al triunfo en abril pasado fueron colgados de la boleta del referente de Libertad Avanza. (Figueroa basó su llegada a la Gobernación en sumar respaldos en casi todo el arco político que vieron en él una alternativa para modificar el status quo liderado por el MPN orgánico durante décadas).
Y por otro lado, todavía no hay nada definido en una elección que planteó un esquema de tercios cercanos entre sí que podría desencadenar cualquier resultado rumbo a octubre. El propio Figueroa, en su carácter de diputado nacional y electo gobernador, ya es un interlocutor validado, también en la gestión, por el ministro de Economía Sergio Massa, ante quien intercedió para reconducir una posible negociación sobre el futuro de las hidroeléctricas, por caso. Massa y el MPN liderado por Jorge Sapag, es sabido, tienen un vínculo de larga data.
Lo dicho, Figueroa trata llevar algo de calma en medio del tembladeral político tras las PASO. Puso sobre la mesa la extensa tradición neuquina de relacionamiento con algunas de las empresas más grandes del mundo, en ese rol de ofrecerse como garante de un puñado de certezas que, ante los ojos de esas corporaciones, las fuerzas nacionales no suelen dar de un modo indiscutible.
En paralelo, ya en el plano de la gestión, el gobierno provincial expuso otro de esos escenarios que plantean un contraste entre lo local y lo nacional, en una suerte de reedición de la diferenciación Neuquén-administración central de la que echa mano una y otra vez el MPN: el gobierno de Omar Gutiérrez otorgó su concesión no convencional número 47 en Vaca Muerta. Así intenta dejar en claro que la máquina sigue funcionando pese al descalabro macro y los avatares políticos que se cruzan como pocas veces con los vientos huracanados de la indefinición electoral.
Vaca Muerta es ese terreno ambiguo: ya es una solución para la demanda de gas y petróleo argentinos, que complementa con crecientes exportaciones. Pero al mismo tiempo plantea las mismas preguntas que hace una década acerca de un potencial descomunal cuya expansión queda atada a las políticas que se apliquen en los próximos años, aquellos en los que se delimitará el rango final que abarcará su producción. En síntesis: si todo se ciñe a reemplazar importaciones o dará esas respuestas que podría dar al Cono Sur en primera instancia.
Después de todo, esta semana la secretaria de Energía Flavia Royón se encargó de decir que Bolivia estaba pidiendo la finalización del contrato por el cual el vecino país envía gas al norte argentino. Esto ocurre en medio del avance de las obras para revertir un sistema de gasoductos que permitiría más transporte de gas desde Neuquén hasta el norte.
Las PASO y el nuevo capítulo del barril criollo
YPF demoró en aplicar la suba del 12,5% de sus combustibles, algo que Raízen y Axion concretaron apenas devaluó el ministerio de Economía. La principal jugadora del mercado dio una señal en los primeros días de la semana. Era de suponer: se puso del lado de Massa y no quiso erigirse de modo tan abrupto como un factor para que los precios de la mayoría de las mercancías que circulan por Argentina se disparen -fue una postura política, el traslado a precios ya se había concretado luego de la elección-. Finalmente, se acopló al resto de sus competidoras en el mercado, pese a la diferenciación inicial. Después de todo, el 51% de sus acciones pertenecen al Estado.
El jueves Massa tuvo su foto con los principales directivos de la industria petrolera y refinadora. El ministro dice que la campaña quedó en un segundo lugar. Que su objetivo es estabilizar todo lo que puede la economía. Es una foto que plasma un acuerdo hasta el 31 de octubre. (¿Es también una foto de respaldo político? Está por verse en el tan largo como rápido itinerario electoral que resta).
Las refinadoras se comprometen a no aumentar hasta entonces. Habrá controles y canales de denuncias para quienes infrinjan ese acuerdo que establece para las empresas también el pago diferido de retenciones hasta el 2024.
En la convocatoria, así se puso un tope al barril interno de petróleo. El valor quedará en torno a los 58 dólares, algo que las refinadoras no integradas (refinan pero no producen crudo; se proveen en el mercado) venían reclamando para no perder con los límites al traslado de precios a surtidores que les imponen, por un lado, el gobierno a través de YPF (que tiene casi el 60% de la participación del mercado) y por otro, el margen que sí tienen las integradas (producen su propio crudo y lo refinan).
Economía también planteó una foto y un escenario diferentes respecto de lo que ocurrió en el 2019, tras la derrota electoral de Mauricio Macri en las PASO. El ex presidente que había prometido la eliminación del cepo al dólar y que luego de tomar 44 mil millones de dólares en deuda, terminó imponiendo una cotización paralela para el sector petrolero y un límite al precio del barril. En ese entonces, fue por un decreto de necesidad y urgencia, que puso más de un escollo al proceso de inversiones en plena escalada de la crisis macroeconómica que cuatro años más tarde toma la forma de una inflación disparada y un esquema político incierto, con tres tercios bien definidos en las PASO.
Parte de las productoras que también refinan son las que protagonizan la nueva alternativa de un frente exportador, con una porción de ese crudo capitalizando durante los dos últimos años un mejor precio en el escenario mundial. En algunos casos, quizás tengan algo más de espalda que entonces para sobrellevar la imposición de un precio diferencial hasta la definición electoral.
En ese contexto, es realmente significativo que Vaca Muerta exprese hoy indicadores históricos de producción de petróleo. Neuquén superó lo cota de 325 mil barriles diarios en promedio, mayor registro en 104 años. Y se encamina a su mejor producción histórica de gas, tras la apertura del gasoducto Néstor Kirchner. En agosto superará los 100 millones de metros cúbicos diarios por primera vez en su historia, de acuerdo a lo que anticipa el gobierno provincial.
Todo esto habla de un recurso excepcional y del rol sobresaliente que tuvieron un grupo de ingenieros, pymes y miles de trabajadores, que permitieron avances históricos en medio de un momento de una complejidad extrema, signado por la escasez de dólares, una pandemia, una crisis económica y una coalición de gobierno que mostró severas incongruencias e internas durísimas en el área energética, pero también avances en el transporte y su mirada sobre el rol de la producción, parte de esos concensos que también parecen saltearse la grieta de la política nacional.
En pleno debate del poder político en Argentina, es de lo más claro que puede verse una vez más.
Fuente: Mejor Energía