Nuevo impuesto a las emisiones de metano hace peligrar 300.000 pozos en EE.UU
La Agencia de Protección Ambiental de los EE.UU. (EPA) publicó su propuesta de regla para la aplicación del Cargo sobre las Emisiones Desperdiciadas de metano. El cargo comenzará a aplicarse en 2025, con un monto inicial de US$ 900 por tonelada equivalente de CO2. Miles de pequeños productores advierten que sus explotaciones se volverán económicamente inviables si el gobierno avanza con la regla. Este nuevo impuesto a las emisiones de metano hace peligrar 300.000 pozos en EE.UU
Cientos de pequeños productores independientes de petróleo y gas en los Estados Unidos advierten que sus explotaciones se volverán económicamente inviables si el gobierno avanza con la regla propuesta para la aplicación del impuesto a las emisiones desperdiciadas de metano. Se trata del primer impuesto o tarifa de alcance federal que se aplicará en EE.UU. sobre emisiones de gases de efecto invernadero. Una estimación indica que hay unos 300.000 los pozos de baja producción en riesgo de cierre permanente debido al impuesto, que comenzará a aplicarse en 2025 sobre las emisiones de 2024.
La Agencia de Protección Ambiental de los EE.UU. (EPA) publicó el viernes su propuesta de regla para la aplicación del Cargo sobre las Emisiones Desperdiciadas de metano. Este impuesto sobre las instalaciones del sector petrolero forma parte de un set de tres iniciativas o regulaciones para la reducción de las emisiones de metano incluido en la Ley de Reducción de la Inflación, aprobada por el Congreso en 2022.
Las nuevas regulaciones en materia de metano establecen un techo máximo de emisiones desperdiciadas por cada instalación petrolera. El cargo se aplicará sobre las emisiones que superen ese límite, con un monto inicial de US$ 900 por cada tonelada de emisiones desperdiciadas en 2024, elevándose a 1200 dólares por las emisiones de 2025 y a 1500 dólares desde 2026.
“Bajo el liderazgo del presidente Biden, la EPA está implementando una estrategia integral para reducir las emisiones residuales de metano que ponen en peligro a las comunidades y alimentan la crisis climática”, dijo el administrador de la EPA, Michael S. Regan. “La propuesta de hoy, cuando esté finalizada, respaldará un conjunto complementario de estándares tecnológicos y recursos históricos de la Ley de Reducción de la Inflación, para incentivar la innovación de la industria y la acción inmediata”, agregó.
Impacto sobre las productoras
Las principales asociaciones de empresas productoras de hidrocarburos en EE.UU. rechazaron la metodología propuesta por la agencia ambiental para la aplicación del recargo. La principal objeción es que alcanza a los pequeños productores, un universo que representa alrededor de un millón de barriles diarios de producción.
La Asociación de Productores de Petróleo Independientes (IPAA) cuestionó que el recargo al metano aprobado por el Congreso en 2022 no fue debatido en audiencias públicas ni se estimó su impacto sobre los precios para los consumidores y sobre la producción doméstica. Sobre este punto, la IPAA advirtió que el impuesto y el resto de las regulaciones llevarán al cierre de 300.000 de los 750.000 pozos de baja producción que existen en EE.UU.
Un reporte de la asociación indica que los pozos de baja producción son aquellos que producen 15 barriles/día (o 90.000 pies cúbicos de gas por día) o menos. El promedio nacional de producción en estos pozos es de aproximadamente 2,5 barriles por día. De los aproximadamente un millón de pozos activos de petróleo y gas natural en Estados Unidos, alrededor de 750.000 son pozos de baja producción, normalmente operados por pequeñas empresas. Sin embargo, estos pozos de baja producción producen alrededor de un millón de barriles diarios de petróleo y representan entre el 8 y el 10% de la producción diaria de gas.
El Instituto Americano del Petróleo (API) también cuestionó las reglas propuestas por la EPA y pidió trabajar con el Congreso para derogar el impuesto. «Si bien apoyamos una regulación federal inteligente del metano, esta propuesta crea un régimen regulatorio incoherente y confuso que sólo sofocará la innovación y socavará nuestra capacidad para satisfacer la creciente demanda de energía”, dijo la API en un comunicado.
El recargo fue impulsado por el gobierno federal para alentar a la industria a adoptar mejores prácticas que reduzcan las emisiones de metano y así evitar pagar. Pero las asociaciones del sector alegan que la industria ya viene implementando medidas para reducir las emisiones y que las nuevas regulaciones no incentivarán las mismas sino que afectarán la producción de hidrocarburos.
Regla definitiva para el metano
El cargo funcionará en tándem con una regla definitiva sobre el metano emitida por la EPA en diciembre que busca reducir las emisiones de metano y otros tipos de contaminación atmosféricas provenientes de operaciones de petróleo y gas, tanto existentes como nuevas, según declaraciones del administrador de la agencia. Esta regla definitiva introduce nuevos estándares para la industria petrolera y otorga un plazo de dos años a los estados para que implementen programas de reducción de sus emisiones de metano.
La regla propuesta por la EPA en lo que respecta al cargo aborda detalles sobre cómo se implementará el mismo, incluido su cálculo y cómo se aplicarán las exenciones. Las instalaciones que cumplan con los estándares de la Ley de Aire Limpio recientemente aprobados para las operaciones de petróleo y gas estarían exentas del impuesto después de que se cumplan ciertos criterios establecidos por el Congreso.
Protocolo internacional para el metano
La Ley de Reducción de la Inflación estableció un Cargo sobre las Emisiones Desperdiciadas de metano para determinas instalaciones de petróleo y gas que reportan emisiones de más de 25.000 toneladas métricas de dióxido de carbono equivalente por año al Programa de Informes de Gases de Efecto Invernadero.
La agencia exige que el cálculo del impuesto al metano este basado en datos empíricos entregados por las productoras para agosto de 2024. La agencia deberá emitir la regla definitiva respecto al cargo antes de que finalice el año.
Las productoras debaten cómo pueden adecuarse a la regla propuesta. Un punto de referencia es el Protocolo para el Metano en Petróleo y Gas de las Naciones Unidas (UN-OGMP), que establece cinco niveles de medición de las emisiones del gas. El nivel cinco o «estándar de oro» implica la medición de las emisiones en las instalaciones en tiempo real.
“Dadas las noticias sobre el impuesto al metano, dada la variedad de conversaciones que estamos observando en el mercado sobre OGMP, existe un alto grado de probabilidad de que (el protocolo) OGMP pueda implementarse como el marco de referencia que los inversores, las (compañías) aseguradoras y otros actores en los mercados de capitales demandarán”, explicaba un analista de la industria en un webinar sobre el tema organizado por el IPAA.
Metano
Las iniciativas para reducir las emisiones de metano ganaron impulso con el lanzamiento en 2021 del Global Methane Pledge, un acuerdo no vinculante entre países que asumieron el compromiso de reducir colectivamente las emisiones de metano en un 30% desde los niveles de 2020 para el 2030. Argentina fue uno de los primeros países en suscribir el acuerdo, que ya cuenta con 149 países participantes. Como punta de lanza para alcanzar el objetivo, la Secretaría de Energía lanzó a través de la resolución 970/2023 el programa nacional para medir y reducir las emisiones fugitivas en la producción de hidrocarburos, una iniciativa adelantada por EconoJournal.
El metano es uno de los gases de efecto invernadero más potentes. Junto al dióxido de carbono y el óxido nitroso son los gases de efecto invernadero más comunes. Hay 200 veces menos metano que dióxido de carbono en la atmósfera, pero el primero es varias veces más potente que el CO2.
Estados Unidos y la Unión Europea consideran que la reducción rápida de las emisiones de metano es complementaria a la acción sobre el dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero. Pero reducir las emisiones de metano es “la estrategia más eficaz para reducir el calentamiento global a corto plazo y mantener el objetivo de limitar el calentamiento a 1,5 grados centígrados al alcance”, según la diplomacia estadounidense y europea.
FUENTE: ECONOJOURNAL