Oportunidad inédita para eliminar la coparticipación
El hecho de que cada gobernador, con los intendentes de sus municipios, ahora tengan que ser artífices de su propio destino -asumiendo que con el presidente Milei no recibirán más “ayuditas” nacionales- supone que está la oportunidad de crear un federalismo en serio.
Es la primera vez en la historia argentina que el Presidente de la Nación no es amigo, ni compañero, ni correligionario de ningún gobernador. A la inversa, no hay gobernador que tenga el alivio de sentirse protegido por el Presidente. Ahora, los gobernadores, con sus municipios, van a tener que ponerse la camiseta de la austeridad administrativa y la calidad de la gestión pública. Hecho inédito.
Se abre un gran interrogante sobre cómo saldrá el experimento y también una gran oportunidad para la Argentina.
El interrogante se materializó en la primera reunión que tuvieron los gobernadores con el presidente Javier Milei donde no se sabía qué iba a pasar pero finalmente prevalecieron los formalismos y las declaraciones de buena voluntad de trabajar todos juntos.
La oportunidad se presentó cuando los gobernadores plantearon la queja: quieren ser compensados por la caída en la coparticipación debido a la reducción del impuesto a las ganancias de los asalariados y jubilados.
¿Por qué es oportunidad?
El hecho de que cada gobernador, con los intendentes de sus municipios, ahora tengan que ser artífices de su propio destino -asumiendo que con el presidente Milei no recibirán más “ayuditas” nacionales- supone que está la oportunidad de crear un federalismo en serio.
Federalismo en serio es que las provincias, con sus municipios, tiene que vivir de los recursos tributarios que generan en sus territorios y no recibir dinero de arriba (la coparticipación).
El Estado nacional, por su parte, tiene que vivir de los recursos tributarios que las provincias le delegan para su funcionamiento, que son: los impuestos al comercio exterior, a la seguridad social y deberían delegarle la totalidad del impuesto a las ganancias. Aquí está la oportunidad. Dado que el Estado nacional vive manipulando el impuesto a las ganancias, que las provincias le deleguen el Estado nacional la totalidad del impuesto a las ganancias.
Las provincias, entonces, deberían financiarse con los impuestos a las ventas que se genera en su territorio. Esto supone que cada provincia debería financiarse con el IVA (unificado con Ingresos Brutos) de su territorio.
Así, se construiría la correspondencia fiscal. Esto es, los contribuyentes pagan los impuestos a su provincia y a su municipio y es a ellos a los que deben exigir buenos servicios de educación, salud, vivienda, urbanismo, seguridad y servicios públicos.
Esta correspondencia fiscal se construye eliminando la coparticipación.
Para mostrarlo nada mejor que un ejemplo.
En Salta hay una empresa pública que se llama REMSa S.A. (Recursos Energéticos y Mineros de Salta S.A.) cuya función es la explotación de minerales e hidrocarburos y la generación de energías renovables y/o alternativas. En declaraciones radiales, el presidente del directorio de REMSA se animó a afirmar que, dentro de tres años, la provincia de Salta puede llegar a tener una autonomía financiera tal que dejaría de depender de la coparticipación.
Suponiendo (¡y ojalá así sea!) que este sueño productivo salteño se hace realidad, la provincia no podrá dejar de depender de la coparticipación porque la coparticipación le chupa todo el IVA que el proyecto productivo produce, para redistribuirlo entre todas las provincias con la arbitraria coparticipación.
Para que Salta se autofinancie, con los propios impuestos que produce, es condición indispensable eliminar la coparticipación y establecer una nueva regla de que cada provincia se financia con los impuestos que genera.
¿Cómo se elimina la coparticipación?
Hay que hacer un nuevo acuerdo de coordinación tributaria y funcional entre una mayoría (no hace falta que sean todas) de provincias productivas, donde seguramente Salta, con esta nueva visión productiva, debería estar adentro.
En este nuevo acuerdo se estipula:
La coordinación tributaria: impuestos específicos para financiar el Estado nacional; todo el IVA unificado con Ingresos Brutos para la respectiva provincia y sus municipios
La coordinación funcional: el Estado nacional se concentra sólo en funciones interprovinciales; las provincias, con sus municipios, son los exclusivos responsables por los servicios sociales y públicos urbanos.
Para las provincias del norte que hoy viven de la coparticipación hay que prever un Fondo de Convergencia para financiar planes de desarrollo así siguen por el camino de Salta.
Ahora que ninguna provincia puede depender del Estado nacional (porque ninguna tiene de amigo al Presidente) es una oportunidad inédita para eliminar la coparticipación. Así, cada provincia será artífice de sus propio desarrollo y la Argentina será la suma de los que desarrollos que cada provincia pueda lograr.
Fuente: El Economista