¿Por qué es una muy mala idea cubrir al desierto de Sahara de paneles solares?
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¿Es posible que la implementación de paneles solares en el Sahara sea una solución al problema del cambio climático? Un análisis evaluó los resultados de avanzar con este proyecto y no fue positivo.
Cada día, la Tierra recibe 15.000 veces más energía del Sol. Por lo tanto, la opción de utilizar energías renovables en lugar de energías fósiles no se debe a la falta de recursos, sino a la capacidad tecnológica para maximizar su uso.
En estas últimas décadas, los paneles solares han avanzado significativamente en términos de almacenamiento térmico. Las baterías modernas pueden almacenar energía durante 24 horas, lo que significa que puede usarla durante la noche y durante las horas nubladas. Entonces, ¿qué nos impide rodear una extensa zona soleada e inhóspita, similar a un desierto, con una enorme red de paneles que generan energía para todo el planeta? Los efectos secundarios son la respuesta obvia.
Un aumento del impacto del cambio climático
Los expertos contemplan la posibilidad de convertir el desierto más grande del planeta, el Sahara, en una gran reserva de energía solar capaz de cubrir hasta cuatro veces la necesidad de energía actual del mundo. En Túnez y Marruecos se están planificando proyectos para proveer energía eléctrica a millones de hogares en Europa.
Sin embargo, llevarlo a cabo a una escala tan grande puede generar importantes problemas. Incluso en lugares muy lejanos del desierto, el despliegue masivo de paneles solares puede alterar la circulación de vientos del planeta y el clima, según un nuevo estudio publicado en Nature.
Los investigadores simularon enormes granjas solares en el norte de África, que representan el 5%, el 20% y el 50% de esa región, y evaluaron sus efectos. Primero notaron que los paneles eran mucho más oscuros que la arena, lo que los hace absorber más calor y reducir la energía reflejada hacia el espacio. Esto provoca un calentamiento ambiental adicional tanto a nivel local como global.
Según el modelo, un ciclo de retroalimentación ocurre cuando el parque solar ocupa el 20% de la superficie total del Sahara. El calor producido por los paneles solares provoca una notable variación de la temperatura entre la tierra y los océanos cercanos. A su vez, esto reduce la presión del aire en la superficie, lo que hace que el aire húmedo caiga y se condense en gotas de lluvia.
Si se instalan granjas solares en el 20% del Sahara, esto aumenta las temperaturas locales en el desierto en 1,5 °C. Con una cobertura del 50%, la temperatura aumenta 2,5 °C. La temperatura promedio para una cobertura del 20% sería de 0,16 °C y la cobertura del 50% sería de 0,39 °C.
Dado que las plantas absorben mejor la luz que la arena y el suelo, con el aumento de las lluvias monzónicas, la vegetación crece y el desierto refleja menos energía solar. A medida que se expande la vegetación, se evapora más agua, lo que hace que el ambiente sea más húmedo, lo que ayuda aún más al crecimiento de las plantas.
Una cadena imparable de cambios
Parezca extraño, pero muchos de los ecosistemas más grandes y complejos dependen del desierto del Sahara, que es árido. Por ejemplo, el polvo que viaja a través del Atlántico desde el Sahara fertiliza el Amazonas, y el calor del Sáhara influye en los patrones de lluvia. Se podría tener un impacto significativo en el Amazonas si se elimina el polvo del aire y se enfría el Sahara.
En las proyecciones, la región tropical que recibe más del 30% de la precipitación mundial y sostiene las selvas tropicales del Amazonas y el Congo se mueve hacia el norte. Dado que menos humedad llega del océano, esto causa sequías en la región amazónica.
Además, el modelo prevé una mayor frecuencia de ciclones tropicales que afectarían las costas de América del Norte y Asia Oriental, mientras que se prevé una menor cantidad de nubosidad en América Central, América del Sur, Sudáfrica, el centro y este de los Estados Unidos, Asia central y el noroeste de China, especialmente durante el verano. En otras áreas, como el desierto de Sahara, la nubosidad aumentará, lo que reducirá la producción de energía por parte de los paneles.
El polvo del desierto del Sahara también contribuye al fertilizante del océano Atlántico. La proliferación del fitoplancton es alimentada por su arena rica en nutrientes. Como estos eventos de floración producen una gran parte del oxígeno de la Tierra, es posible que también veamos una disminución de los niveles de oxígeno.
Además de todas estas consecuencias, que ya nos hacen reconsiderar la idea de construir un parque solar en un desierto, es importante tener en cuenta que las temperaturas superiores a los 45 °C reducen la eficiencia de los paneles solares.