Qué dicen en Vaca Muerta de las elecciones en Estados Unidos
La industria petrolera y el ámbito político evalúan qué implica para el shale argentino la disputa por la Casa Blanca entre Donald Trump y Joe Biden.
Estados Unidos, el primer productor mundial de crudo, y artífice de la industria shale define hoy a su nuevo presidente. En los meses previos, el debate vinculado al sector petrolero quedó signado por dos posturas contrapuestas: la de Donald Trump, un activo jugador a favor de los desarrollos no convencionales en el tablero de las decisiones globales, y del otro Joe Biden, el demócrata que intentó moderar sus posiciones en torno al fracking en plena campaña y que en la previa luciría como el menos amigable para la industria.
Fiel a su estilo, Trump fue todo lo claro que pudo a la hora de dejar expuesto a su contrincante en los debates públicos. Llegó a decir que Biden “prohibirá el Fracking” días atrás en Pensilvania, uno de los estados con mayor historia en los no convencionales de la potencia norteamericana. Biden, quien plantea un impulso de largo plazo a fuentes renovables de energía, replicó: “Nunca dije que iba a prohibir el fracking” y expuso que su posición es la de restringir nuevas concesiones para este sector petrolero en tierras que sean fiscales. «No estoy prohibiendo el ‘fracking’. No importa cuántas veces Donald Trump mienta sobre mí”, enfatizó en un acto en Pittsburgh.
Impactos de la elección
En una industria de las más globalizadas como la petrolera, el resultado que se forje hoy ofrece ingredientes para el análisis. El mapa de las inversiones de las grandes corporaciones que impulsan los desarrollos no convencionales en Estados Unidos se replica en buena parte del mundo. Las áreas de Vaca Muerta no son la excepción sino más bien todo lo contrario. De hecho, ese tipo de desarrollos que despuntó en las últimas décadas en la potencia norteamericana muestran una suerte de continuidad estratégica en los bloques neuquinos. También junto con Canadá, Argentina es parte de la avanzada tecnológica del shale a nivel mundial.
Ahora bien, ¿hay claves que se desprenden del resultado electoral para el futuro de las inversiones en Vaca Muerta? Si se terminan dando, ¿las mayores regulaciones si se imponen los demócratas implicarían más inversiones en otros países?
Se dice en Vaca Muerta
Fuentes de la industria y del ámbito político trazaron un cuadro de situación de los posibles efectos del resultado.
Para las grandes corporaciones petroleras, al margen del resultado electoral, lo que seguirá mandando en el corto y mediano plazo es el actual ciclo económico mundial.
La pandemia impuso severos recortes económicos, miles de despidos, pérdidas inusitadas y la retracción de los planes de inversión a escala global, no solo en Estados Unidos: la caída de la demanda mundial de combustibles, por caso, puso al borde de la quiebra a centenares de pequeñas empresas de la industria no convencional. Grandes corporaciones anuncian reducciones de su planta de personal y recortes millonarios en sus proyectos. La pérdida de valor de petroleras del segmento shale también propició operaciones y oportunidades para grandes jugadores que tuvieron margen para capitalizarlo.
Cualquiera sea el candidato que se imponga, para las grandes empresas y referentes políticos vinculados a la industria en Argentina, también terminará prevaleciendo “el pragmatismo”. “Otra vez volverá a mandar la realidad: ¿Estaría dispuesto un presidente de Estados Unidos a volver atrás con el rol hegemónico que consiguió en la industria en las últimas décadas? ¿Desdeñaría de ese motor para un despegue económico que necesitará a la salida de la pandemia?”, ofrecen como clave a seguir en los meses que vienen.
En ese punto, las fuentes consultadas, consideran que el contexto mundial y las necesidades económicas de Estados Unidos volverán a mandar por sobre los discursos de campaña, un proceso de decisiones en el que volverán a quedar explicitada, eventualmente, las tensiones entre el poder político y el poder económico de la potencia norteamericana. Al margen de los discursos y las necesidades de campaña.
Se trata de una clave no menor de la geopolítica y la economía estadounidense: su incidencia en el tablero mundial del crudo y el gas , le permitieron un mayor control sobre sus precios internos, al margen de volverse más determinante en el mapa geopolítico.
En ese contexto, las grandes empresas con áreas en Vaca Muerta descreen de las opciones disruptivas (en una industria que se piensa en décadas) desde la política que impliquen una vuelta atrás. En lugar de la incidencia de la política, refieren una y otra vez a los efectos de la contracción de la economía de la pandemia y las pérdidas como una situación más determinante que la próxima política estadounidense.
Las inversiones
Nadie, al mismo tiempo, considera que un triunfo demócrata pudiera impulsar procesos adicionales de inversión en Vaca Muerta. En este punto, sigue tallando la incertidumbre sobre los próximos meses y un proceso de salida de la cuarentena que carece de claridad.
El precio del crudo a la baja por nuevos brotes en el mundo expresan una parte de estas incertidumbres, con vaivenes de diferente tenor de acuerdo al analista internacional que se lea. De pronto el rango de entre 40 y 45 dólares para el Brent que vaticinaban se puede derrumbar hasta los 37 de la última semana, y despertar así alertas y preocupaciones de todos los países productores, que ya proyectaban una posible flexibilización de los recortes de la producción en el primer tramo del 2021.
Por otro lado, leen con un dejo de descreimiento el impacto de los discursos de campaña y su vínculo con el ejercicio del poder político: “Cada uno de los candidatos trató de llegar de un mejor modo a su electorado. Lo que cuentan son las decisiones que se tomen para la recuperación económica, al margen de los colores políticos y la prédica previa”, plantearon desde el ámbito político.
Argentina y Estados Unidos
Por fuera de esto, también está la actual condición del país, a la hora de ponderar la llegada de más inversiones, según lo que suceda en las elecciones de Estados Unidos.
El actual ciclo del sector petrolero se encuentra en modo crucero, con inversiones en buena medida paralizadas desde mediados del 2019.
Las restricciones macroeconómicas actuaron como un primer freno de mano. La larga transición hacia el gobierno de Alberto Fernández, y la extensión de los tiempos para la resolución del frente con los acreedores privados, también hizo su aporte a un escenario que fue agravado por las condiciones de la pandemia, con una caída de la demanda interna histórica, y estímulos a la producción del gas que se empiezan a cerrar pero demandaron largas negociaciones.
Es decir, hay claves de la política interna que son un paso previo a resolver a la hora de ampliar la mirada para considerar el tenor de inversiones que podrían llegar al país, independientemente de la próxima política que prevalezca en el sector en Estados Unidos.
Fuente: Más Energía.