Qué empresas pujan para entrar en los yacimientos convencionales que deja YPF en Mendoza y la Patagonia
El Proyecto Andes agrupa 55 campos maduros en 13 clusters. Hay más de 60 empresas interesadas. El pago “en especias” avanza como opción.
El cartel de “en venta” ya está puesto en 55 yacimientos de YPF en la Patagonia y Mendoza, repartidos en 13 clusters y con inversores nacionales e internacionales mirándolos con atención. Para la empresa controlada por el Estado nacional, el proceso no está cerrado y podrían ponerse a disposición más bloques y negociar un modelo de pago “en especias”.
YPF confirmó que ya hay al menos 60 compañías que se interesaron en el Proyecto Andes, tal el nombre de este plan de desprendimiento de campos maduros. El número podría crecer. Hay interés genuino de muchas firmas especializadas en el segmento convencional, aunque hay otras gigantes que “se metieron de chismosas”, cuentan por lo bajo en la industria. El proceso lo lleva adelante el banco Santander.
El contexto: YPF quiere dar un salto en productividad y caja, por lo que enfocará sus inversiones en Vaca Muerta, donde tiene sus yacimientos más importantes y el potencial es enorme tanto para el petróleo como para el gas. Es así que busca desprenderse de áreas que son de baja productividad o que quedaron en un segundo plano en los últimos años en distintas provincias, particularmente en Chubut, Santa Cruz y Mendoza.
El Proyecto Andes es, según se describe en el documento de Santander, «uno de los pilares del Plan 4×4 definido por YPF», como parte de su estrategia de crecimiento a futuro para la que avanzará «en un proceso de cesión del 100% de su participación en ciertos grupos de concesiones de explotación convencional».
El caso Chubut
En Chubut, allí donde el petróleo se descubrió en 1907 en el entonces pequeño poblado de Comodoro Rivadavia, hay dos áreas en oferta: El Trébol-Escalante (en 2014 se perforó un pozo horizontal con poco éxito) y Campamento Central-Cañadón Perdido, un extenso bloque que abarca zonas urbanizadas, incluyendo los primeros pozos que iniciaron la historia petrolera de la Argentina.
La primera de las áreas es 100% operada por YPF, en tanto que la segunda tiene una participación del 50% de ENAP Sipetrol, la estatal chilena. Ambas finalizan la concesión en noviembre de 2047, por lo que no se descarta la reversión a la provincia si llega una oferta interesante. La propuesta es lograr un pago inicial y luego fijar un acuerdo para cancelar el resto con producción que YPF pueda comercializar.
En esa cuenca trascendieron los primeros interesados, que son tres conocedores del rubro convencional: Aconcagua, CAPSA y Pecom. El primero es el grupo mendocino que amplió sus operaciones luego de un acuerdo con Vista para operar yacimientos maduros en Río Negro y con presencia en Cuyo; formada por dos ex ‘ypefianos’, Diego Trabucco y Javier Basso. CAPSA, también con su subsidiaria CAPEX, es una histórica de Comodoro Rivadavia que maneja la familia Götz, de muy bajo perfil, que tiene el yacimiento Diadema y opera Pampa del Castillo-La Guitarra desde 2017, cuando Enap Sipetrol dejó caer la concesión. Pecom, una empresa del Grupo Pérez Companc de servicios ligada a operación y mantenimiento conocedora de muchos yacimientos del país y también de la región, tiene fuerte actividad en Brasil.
En YPF consideran que muchas de estas compañías tienen conocimiento preciso de los yacimientos, tanto en su manejo como sobre lo que hace falta para potenciar su productividad, y que eso las convierte en buenas candidatas.
Existe un cuarto actor que lo constituirían pymes de la cuenca del Golfo San Jorge lideradas por Petromark de la familia Twardowski (Gustavo es presidente de la cámara pyme petrolera del Golfo), Vientos del Sur y SGA (del empresario comodorense Pablo Pires, que estuvieron a cargo de llevar arena para el fracking desde Chubut a Vaca Muerta); y se suma Copesa, firma dedicada a la gestión ambiental. Hasta circula un nombre: NCY (Nacimos con YPF), que hace referencia a las cooperativas que se formaron tras la privatización de la gigante estatal en 1992 y que luego se convirtieron en empresas fuertes del sector. Cuentan con el apoyo del jefe sindical petrolero y diputado de Juntos por el Cambio, Jorge Ávila.
Santa Cruz y sus particularidades
Según confirmó Letra P, las negociaciones con Santa Cruz no están encauzadas pese a que el gobernador de esa provincia, Claudio Vidal, había adelantado que eran diez las áreas que YPF podría devolverle, entre ellas el bloque Los Perales, uno de los más importantes en materia petrolera.
No obstante, en el Proyecto Andes figura una nota para Santa Cruz que dice: «Clusters adicionales serán informados próximamente». Jaime Álvarez, ministro de Energía y Minería de Santa Cruz, indicó que esperan que YPF acelere los tiempos para retirarse y darle paso a compañías que puedan reactivar los yacimientos del norte de la provincia. En el sur, mantendrán la alianza de YPF y CGC, la empresa de la familia Eurnekian, para explorar Palermo Aike, un roca shale similar a Vaca Muerta.
El funcionario de Vidal subrayó que hay potenciales operadores de las áreas de YPF que por su volumen más chico tienen costos menores para explotar los bloques convencionales. «Ya tienen una especialización en campos maduros y otras que se irán especializando en este tipo de producción, que requiere mayor producción secundaria (inyección de agua) y terciaria (con polímeros)», explicó.
La venta será por grupos de yacimientos
Los datos sobre las áreas ya están disponibles para aquellos inversores que se anotaron y en las próximas cinco a seis semanas se tendrían novedades. La expectativa en YPF es que podrán llegar a acuerdos para buena parte de los clusters, dado que las provincias quieren aumentar la producción y, por ende, sus regalías. Aquí hay un dato a destacar: no se ofrecen áreas sino clústers completos de entre uno o más yacimientos. Una posibilidad es que dos o más compañías compren un grupo de bloques y luego se los dividan.
Habrá casos en donde YPF continuará presente hasta el final de la concesión, dado que hay vencimientos entre 2026 o 2027, pero cederá la operación; y siempre que la provincia en cuestión apruebe una extensión y el plan de inversiones de la nueva operadora. Por su parte, YPF propone un pago inicial y el resto “en especias”: las cuotas se cancelará con un porcentaje de la producción de la nueva era del bloque.
¿Cuál es el perfil inversor ideal? Más allá de que pueden presentarse todos los que quieran para mirar el data room, lo cierto es que la palabra final la tiene YPF, eventualmente con conversaciones con las provincias. Esa empresa tiene que demostrar robustez, experiencia y tener los papeles en regla.
El factor gremial también está presente. Los sindicatos activaron la alerta cuando consideraron que el traspaso de áreas también implicaría una reingeniería en las operaciones y una consecuente pérdida de puestos de trabajo. YPF ha mantenido reuniones con todos los gremios para bajar la ansiedad y explicar que las nuevas operadoras tendrán que asumir al personal como parte del acuerdo.
Mendoza y la cuenca neuquina
En Mendoza, hay tres clústers: Mendoza Norte (Barrancas, Río Tunuyán, Ceferino, Mesa Verde, La Ventana y Vizcacheras), Mendoza Sur (El Portón, Chihuido de la Salina, Altiplanicie del Payún, Caladón Amarillo, Chihuido de la Saluda Sur y Confluencia Sur) y Llancanelo (compuesto por Llancanelo y Llancanelo R). Si bien todavía no trascendieron empresas, hay interés local e internacional por la cercanía a la refinería de Luján de Cuyo y su poliducto.
La provincia cuyana tiene un programa de incentivos fiscales que podrían utilizar los nuevos operadores para sus planes de inversión, dado que Mendoza está buscando hace algunos años fortalecer su industria hidrocarburífera. De hecho, YPF está perforando pozos con objetivo en Vaca Muerta, la parte de la roca que llega al sur de esa provincia.
Neuquén y Río Negro tienen dos clústers cada una. En el primer caso, Neuquén Norte (Señal Cerro Bayo, Volcán Auca Mahuida, Don Ruiz y Las Manadas) y Neuquén Sur (al norte de la Dorsal, Octógono y Dadín); en el segundo, en Río Negro YPF ofrece el cluster que integra Señal Picada-Punta Barda y otro con Estación Fernández Oro, un yacimiento que tuvo su apogeo con tight gas, un tipo de recurso no convencional.
De acuerdo a las fuentes de la industria consultadas por Letra P, muchas de estas áreas tienen baja productividad pero existen indicios de que pueden levantar su curva con planes de exploración y retomando algunos proyectos que quedaron truncos por el auge de Vaca Muerta.
La cuenca tiene varios exponentes de la producción convencional como la mencionada Aconcagua, Oilstone (encabezada por Diego Garzón Duarte y otros socios con más de 30 años de experiencia en compañía de primer nivel) y President Energy, de capitales británicos.
Volviendo al principio, YPF buscará empresas con espalda financiera y experiencia para transferirle la operación de las concesiones, venderá por clusters (todavía no está cerrado, e incluso podrían ser más de 55 yacimientos) con una transición hasta el fin del contrato o revirtiendo completamente (hay algunas áreas que vencen en 2047) y hay proyectos con alto potencial exploratorio.
Fuente: Letra P