La nueva ronda de licencias para la extracción de petróleo y gas que lanzó el gobierno británico el año pasado fue aceptada este martes por el Tribunal Supremo de Londres, según informó la organización ecologista Greenpeace.

Según Greenpeace, el efecto ambiental de otorgar diez permisos más para perforar en el Océano Atlántico Norte debe evaluarse teniendo en cuenta tanto la contaminación que provocaría el uso de los hidrocarburos como sus emisiones.

Los ecologistas aseguran que la extinción del combustible obtenido será la causa del 80% de las emisiones que resulten de las nuevas licencias.

«Este veredicto es el primer gran revés para la imprudente ronda de concesiones de petróleo y gas del Gobierno», dijo Philip Evans, activista de Greenpeace, en un comunicado.

«Los ministros se verán ahora obligados a justificar ante un juez por qué quieren desatar una nueva fiebre de perforaciones en el Mar del Norte, en contra del consejo de los principales científicos y el jefe de la ONU, sin evaluar el impacto en el clima», añadió.

Al presentar el último informe del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) en marzo, el secretario general de la ONU, António Guterres, afirmó que era necesario «un plan para el abandono global de la producción de combustibles fósiles con el objetivo de lograr cero emisiones netas para 2050». .

Con el fin de disminuir la dependencia del Reino Unido de las fuentes de energía extranjeras, la ex primera ministra británica Liz Truss ordenó el inicio de un proceso para explorar unas 900 nuevas áreas en el Mar del Norte en septiembre del año anterior durante su breve mandato de 45 días como directora de gobierno.