Rusia acepta vender su gas a China en yuanes y le da un duro golpe al dólar
El acuerdo le permite al Kremlin romper el aislamiento de las sanciones. Para EEUU puede ser un problema a mediano plazo.
Vladimir Putin acaba de dar otro paso para que la economía rusa sea menos dependiente del dólar y el euro: Gazprom y la Corporación Nacional de Petróleo de China acordaron usar el rublo y el yuan en sus intercambios. Pero Putin no podría haber avanzado en este sentido sin el respaldo político de Beijing que, más allá de pagar los hidrocarburos rusos con descuento, parece estar apostando por el giro de Moscú hacia el Este, todo un desafío a Estados Unidos.
Las sanciones occidentales implican el congelamiento de las reservas del Banco Central de Rusia y la exclusión de buena parte de sus entidades bancarias del sistema Swift, por lo que Putin viene cerrando acuerdos con distintos países para emplear sus propias monedas en el comercio bilateral. En junio, el mandatario ruso propuso a los socios del BRICS -Brasil, India, China y Sudáfrica- crear una «divisa internacional de reserva» alternativa al dólar, en base a una canasta de monedas propias.
El reemplazo del dólar tendrá un impacto en el mediano o largo plazo «porque los niveles de comercio entre Rusia y China, si bien son grandes, no equivalen a los que Moscú tenía con Europa», dice a LPO el economista Alejandro Marcó del Pont. Pero el acuerdo rublo-yuan le «quita importancia al dólar en el sistema financiero internacional». «Los acuerdos yuan-rublo o rupia-rublo impactan en EEUU porque el déficit norteamericano es financiado por todo el mundo a través de la compra de dólares para la comercialización», agrega.
Además, el director ejecutivo del sitio El Tábano Economista señala que «China va a ocupar el lugar de las empresas norteamericanas y europeas en Rusia». «Turquía lo está haciendo. Ahora la sustitución de importaciones tecnológicas no tendrá que ver con Occidente, se va a desintegrar la relación con Occidente. China está haciendo semiconductores para Huawei y ya no para Apple», explica.
Un informe interno de funcionarios y expertos rusos revelado esta semana por Bloomberg alertaba sobre la preocupación en el Kremlin por la falta de acceso a importaciones críticas, la caída en la producción y la desinversión de empresas occidentales. Hasta el momento, Rusia logró que las operaciones comerciales y bancarias con India e Irán se hicieran en sus monedas nacionales y Turquía aceptó pagar el gas ruso en rublos. Para la Unión Europea fue una exigencia de Putin que ayudó a apreciar su moneda.
Gracias a los precios internacionales del gas y el petróleo, Rusia alcanzó un superávit comercial récord, aunque los problemas más serios a los que se enfrenta la economía rusa son estructurales. Y China jugará un papel central. Está previsto que Putin y el presidente chino Xi Jinping se reúnan la semana que viene en Uzbekistán en el marco de la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), el primer cara a cara entre ambos líderes desde la invasión a Ucrania y una escenificación del giro geoestratégico ruso.
Pero Marcó del Pont subraya un detalle: «Es mentira que Rusia dejó de venderle petróleo y gas a Europa y también es mentira que todo lo que ya no se vende a Europa va a China e India. Es solo una parte. Lleva tiempo». Gazprom proyecta la construcción del Poder de Siberia 2, un gasoducto que abastecerá a China a través de Mongolia, después de la inauguración del Poder de Siberia en 2019. No todo el hidrocarburo con destino a Europa pudo reorientarse a China, India y otros países asiáticos.
«Los indios están haciendo un gran negocio porque venden diésel a Europa, más caro, después de comprarle a Rusia el petróleo más barato y refinarlo», indica el analista económico, si bien plantea que Moscú también saca rédito de su estrategia monetaria. «El convenio entre Rusia e India estipula que el superávit ruso se traduzca en más rublos en el banco central indio y, por lo tanto, India puede tratar de seducir a Rusia para que reinvierta esos rublos en el país. Rusia necesita que su superávit se derive hacia otros lugares que no sean Occidente. Antes los metía en oro y en bonos del Tesoro norteamericano», apunta.
Los países depositan su superávit en bonos del Tesoro. Arabia Saudita dijo que el 20 % de sus exportaciones serán en yuanes por temor a que puedan congelar sus reservas. Esto es, lo países buscan nuevas alternativas en otras monedas
Lo mismo hacia China respecto a EEUU cuando «compraba bonos del Tesoro norteamericano para que este le siguiera comprando sus bienes». El sistema de pago bilateral también aumenta el comercio, sostiene Marcó del Pont, ya que por el acuerdo rupia-rublo «India intentará equilibrar la balanza vendiéndole más bienes a Rusia». Y más países pueden estar dispuestos a seguir los pasos de Rusia.
«Los países depositan su superávit en bonos del Tesoro. Arabia Saudita dijo que el 20 % de sus exportaciones serán en yuanes por temor a que puedan congelar sus reservas. Esto es, lo países buscan nuevas alternativas en otras monedas», afirma el economista. En Washington comienzan a ver que no se trata solo de Rusia o China. Las monarquías del Golfo e India, aliadas a EEUU, y rivales como Irán están aprovechando el impulso de «desdolarización» de Putin.
La guerra desatada por Putin y las restricciones impuestas por Occidente precipitaron la alianza estratégica que empezaban a edificar Moscú y Beijing. El Kremlin capeó mejor de lo que se esperaba la respuesta de EEUU y Europa, y pese a la incertidumbre por la invasión y la acumulación de problemas, ensayó un sistema de intercambio bilateral que genera curiosidad en otros países y abre la puerta para desafiar la primacía del dólar.
Fuente: La Política Online