Sánchez inicia gira por Latinoamérica para intentar que las empresas españolas recuperen terreno en la región
El presidente empieza una gira económica por Colombia, Ecuador y Honduras. Lo acompañan la ministra de Industria y una docena de poderosos empresarios. Explotar nuevos negocios, el eje del viaje.
Para Pedro Sánchez, Latinoamérica es hoy un gran «patio delantero». Tanto en términos políticos como económicos. El líder socialista quiere recuperar terreno en esa región con una cumbre en 2023 entre la Unión Europea y la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), que preside su amigo, el presidente argentino Alberto Fernández, para afianzar las resquebrajadas relaciones comerciales entre ambos bloques.
A la par de esa cruzada internacional, el jefe de gobierno, preocupado por la ferocidad de una crisis europea que no tiene horizonte claro de salida (primer ministro belga, Alexander De Croo, reconoció este lunes que Europa va a sufrir «penuria energética» durante los próximos diez inviernos), pretende que América Latina se convierta en una nueva pata económica para el empresariado español.
Con ese objetivo, emprenderá este martes una gira al otro lado del océano. Lo recibirán en Colombia, Ecuador y Honduras. La comitiva española la conforman la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, y un nutrido grupo de empresarios. Sánchez se lleva en el avión a representantes de muchos «peces gordos»: Indra, OHL, Red Eléctrica, Navantia y Airbus, entre otros, además de dirigentes de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) y la Cámara de Comercio.
En Bogotá y en Quito, Sánchez presidirá dos foros económicos, mientras que en Tegucigalpa encabezará una reunión con empresarios españoles radicados en Honduras.
En Moncloa entienden que el contexto es «ideal» para que España extienda sus tentáculos por Latinoamérica. Por el «giro a la izquierda» de la región tras la asunción de Gustavo Petro y Gabriel Boric -al que puede sumarse Lula Da Silva en octubre- y por las «oportunidades» que ofrece esta zona geográfica en el contexto de guerra.
Un ejemplo: aprovechando su afinidad con el nuevo mandatario colombiano, Sánchez quiere «sacar tajada» de los proyectos que va a lanzar la Casa de Nariño: energías renovables (España es pionera en Europa en este rubro) y modernización de grandes infraestructuras.
Preocupado por la ferocidad de una crisis europea que no tiene horizonte claro de salida (primer ministro belga, Alexander De Croo, reconoció este lunes que Europa va a sufrir «penuria energética» durante los próximos diez inviernos), Sánchez pretende que América Latina se convierta en una nueva pata económica para el empresariado español
No solo eso: el conflicto bélico en Ucrania y la crisis en las cadenas de suministros (energéticas y agroalimentarias) de Europa han vuelto a colocar a Latinoamérica como proveedor de cereales y de gas natural. La idea del ejecutivo español es cerrar acuerdos similares a los que firmó con Argentina meses atrás: Alberto Fernández se comprometió a enviar más barcos con maíz y a entregar gas una vez finalizado el gasoducto que unirá Vaca Muerta con Buenos Aires.
Sánchez también pretende enfriar la tensa relación con Caracas. Por la crisis energética, Moncloa analiza volver a importar petróleo de Venezuela, en sintonía con la decisión de la Casa Blanca de suavizar el enfrentamiento con Nicolás Maduro. Según fuentes del Gobierno, el líder del PSOE aprovechará su encuentro con Petro para «alinearse» a su postura conciliadora con el chavismo.
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Semanas atrás, Petro y Maduro anunciaron el nombramiento de embajadores en sus respectivos países en una primera señal de acercamiento político. «España se siente cómodo en esta nueva relación de diálogo con Venezuela», resumen en Moncloa.
La cumbre UE-CELAC
Sánchez también utilizará su gira para «darle forma» a una iniciativa que lo desvela: que Madrid sea la sede de una cumbre entre la UE y la CELAC que no se celebra desde 2015.
¿Cuál es la fortaleza de España para fomentar esta cita? La presidencia de la UE, que asumirá en el segundo semestre de 2023. El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, inició meses atrás las primeras gestiones a ambos lados del Atlántico. Tanteó al primer ministro alemán, Olaf Scholz, y los presidentes progresistas latinoamericanos, Fernández, Boric y Petro. Todos los interlocutores dieron el visto bueno.
Sánchez, según pudo averiguar LPO, sacará el tema de la cumbre en sus reuniones bilaterales con Petro, Guillermo Lazo (Ecuador) y Xiomara Castro (Honduras) para sumar más apoyos a su idea
La intención de Sánchez es reunir a más de 60 jefes de Estados de ambos continentes. La cumbre tendría un objetivo velado: morderle a China parte de su fuerte injerencia económica en Latinoamérica.
La última cumbre de este tipo se celebró hace siete años, en 2015 en Bélgica. La UE y la CELAC acordaron en aquella reunión volverse a juntar tras rubricar lo que allí empezó tímidamente a gestarse: un mercado de 800 millones de consumidores a ambos lados del Atlántico.
Ese pacto se firmó en junio de 2019, pero nunca se terminó de materializar por el bloqueo de algunos países -con Francia a la cabeza- bajo el argumento de cuestiones medioambientales. El gobierno de Emmanuel Macron se negó a suprimir las barreras arancelarias que protegen a agricultores y ganaderos europeos.
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El contexto cambió de forma radical y, crisis energética mediante, España entiende que ambos bloques pueden sacar tajada en caso de reflotarse aquellos acuerdos y que aquellas trabas ya no serían un impedimento.
En los últimos años, China desplazó a Europa a la segunda posición en el listado de socios comerciales de América Latina. Un dato lo confirma: una decena de países latinoamericanos (incluidos México o Brasil) se incorporaron a la Nueva Ruta de la Seda impulsada por Pekín.
Vale recordar que China aparece como una de las «amenazas» en el nuevo concepto estratégico que la OTAN firmó en Madrid. Es la segunda preocupación -después de Rusia- a tener en cuenta en el futuro inmediato, según la Alianza, que incluyó al régimen de Xi Jinping por primera vez en su historia en un documento oficial.
La complejidad que plantea la irrupción de China en Latinoamérica y la deriva de esto en la relación del subcontinente con Estados Unidos y la tradicional esfera de influencia de Iberoamérica, fue tratada en profundidad en un seminario organizado por LPO, con actores políticos y analistas de México, Argentina, España y la propia China.
La intención de España es reunir a más de 60 jefes de Estados de ambos continentes. La cumbre tendría un objetivo velado: morderle a China parte de su fuerte injerencia económica en Latinoamérica
Sánchez ya recopiló varios «guiños» para su meta. El director para las Américas del Servicio Europeo de Acción Exterior, Javier Niño, afirmó en junio durante su visita a Buenos Aires que «hay acercarse más hacia el que es nuestro socio más «eurocompatible».
Una declaración similar hizo Josep Borrell, Alto Representante de la Política Exterior y Defensa de la UE, quien reconoció la importancia de que América Latina y el Caribe se transformen en nuevos «aliados geoestratégicos» para Europa.
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«Está claro que China está desempeñando un papel cada vez más importante en la región. Es el principal socio comercial de la mayor parte de los países de América Latina y el Caribe», advirtió. Y pidió: «Hay que adaptar el acuerdo al que se llegó en 2019 incorporando preocupaciones de tipo ambiental para lo que hace falta un trabajo técnico muy importante».
Sánchez, según pudo averiguar LPO, sacará el tema de la cumbre en sus reuniones bilaterales con Petro, Guillermo Lazo (Ecuador) y Xiomara Castro (Honduras) para sumar más apoyos a su idea.
El objetivo es llegar a la XXVIII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, que se se llevará a cabo en República Dominicana, en marzo de 2023, con la organización de la cumbre cerrada. Sánchez y el Rey Felipe VI asistirán a ese evento.
Fuente: La Politica Online