Santa Cruz: El gobierno nacional evalúa utilizar fondos del Tesoro para reactivar las represas.
Según fuentes cercanas a Electroingeniería, empresa integrante del consorcio que tiene a cargo la construcción, la decisión está tomada y de ese modo se evitaría la paralización de las obras. Desde el gobierno dicen que están evaluando la posibilidad, pero todavía no confirman la información.
El gobierno evalúa aportar fondos del Tesoro para continuar con la construcción de las represas de Santa Cruz mientras se negocia con China una adenda financiera al contrato original. Explora distintas alternativas y una posibilidad es poner los fondos del Tesoro para continuar con las obras y cobrarlos una vez que se firme la adenda y los bancos chinos giren el dinero restante.
China había cortado el envío de fondos hasta que se sume una adenda financiera al contrato original, pues si eso no ocurre debería empezar a cobrar ahora los desembolsos que ha venido haciendo, más allá de cuanto haya avanzado la obra avance de la obra. Hasta ahora desembolsó unos 1500 millones de dólares sobre los 4714 millones comprometidos por contrato.
En julio de 2014, durante la visita del presidente chino Xi Jinping al país, se firmó el contrato de financiamiento con un grupo de bancos chinos. China Development Bank Corporation (CDB), Industrial and Commercial Bank of China (ICBC) y Bank of China Limited (BOC) se comprometieron entonces a aportar 4714 millones de dólares para financiar la obra a una tasa de interés Libor + 3,8 por ciento. El crédito fue por quince años y contempló cinco años y medio de gracia para el capital, justo el plazo que se preveía para la construcción de las represas. Se suponía que el Estado recién iba a comenzar a pagar el préstamo una vez que las centrales estuvieran operando. De ese modo, los fondos para hacerlo provendrían del contrato de venta de energía.
Por cuestiones judiciales y políticas la construcción se pospuso una y otra vez, como la renegociación que impulsó el gobierno de Mauricio Macri, y problemas técnicos, como la aparición de rajaduras en el terreno durante la construcción de la obra civil. De este modo, los 66 meses del plazo de gracia se cumplieron y los bancos ahora reclaman el comienzo de los pagos a pesar de que las represas aún no están terminadas.
El problema surge porque el contrato de financiamiento original se firmó de país a país y no contempla el avance de obra de la construcción. Por lo tanto, la devolución del préstamo chino no está sujeto a que la construcción de las represas avance o se termine. La intención de ambas partes es adecuar las condiciones financieras al nuevo proyecto ejecutivo negociado durante el macrismo, pero mientras esa negociación no esté concluida, los bancos chinos dejaron de girar fondos y reclaman su derecho a cobrar.