Según el Instituto General Mosconi: se produce menos petróleo y gas, con más importaciones
Argentina extrajo el año pasado apenas el 56% de lo que conseguía en 1998, el año récord.
Argentina produce menos petróleo y gas que hace 10 años, pero paga más subsidios energéticos que hace una década: ese es el panorama de la industria petrolera local, según un estudio del Instituto Argentino de la Energía General Mosconi.
En la última década, el país realizó importaciones de energía por casi US$ 130.000 millones. Es casi el equivalente a tres préstamos del Fondo Monetario Internacional (de US$ 44.000 millones).
“La producción total de petróleo en 2020 fue 27.956 Mm3, esto es 5,3% menor a la registrada el año anterior. La producción se encuentra en niveles muy bajos, siendo 18,3% inferior a la del año 2010 y con niveles de producción similares a los del año 1979, 1984 y 1990”, indica el estudio.
“En la última década hubo sólo dos años de crecimiento de la producción, los años 2018 y 2019, que coinciden con el abandono total de la política de ‘barril criollo’ entendido como precio sostén o precio tope dado el caso”, afirma el Instituto Mosconi.
El barril “criollo” es un precio sostén, especial, para mantener la producción y que las empresas puedan cobrar más allá de los vaivenes internacionales. Despega las cotizaciones locales de las internacionales.
La administración de Mauricio Macri lo discontinuó -provocando mejoras en la producción-, mientras que la actual lo restituyó, aunque ahora no se está cumpliendo.
En casi todos los años de la administración de Cristina Fernández de Kirchner declinó la producción de gas, menos en 2015. Entre 2010 y 2014, disminuyó a una tasa promedio anual de 3,1%. Desde 2015 hasta 2019, la producción aumento un 3,6%. Todos los años de la gestión Macri fueron de mayor cantidad de gas, salvo 2017.
El crecimiento a través de gas no convencional es criticado por Jorge Lapeña, a cargo del Instituto Mosconi: “no es viable sin fuertes subsidios estatales; es falso que pueda ser exportado al mundo. No es posible porque no compite por sus altos costos y además tampoco existe la infraestructura de transporte, licuefacción y puertos para su exportación. El gas no convencional no ha logrado todavía, a pesar de los fuertes subsidios, compensar la caída del gas convencional”, expresa.
Entre 2011 y 2015, en las gestiones de Cristina Kirchner se importó por US$ 22.595 millones más de lo que se exportó. Entre 2016 y 2019 (la gestión de Macri) el saldo negativo fue de US$ 8.501 millones. El 2019, atravesado por recesión e inflación, estuvo casi neutro (rojo de US$ 24 millones).