«Sin Vaca Muerta importaríamos miles de millones de dólares»
Jorge Sapag dio su visión del escenario petrolero en el año de la pandemia. Sostuvo que hubo un «vacío» en la política energética que se comienza a encaminar.
Fue un año totalmente cruzado por la pandemia. Tenemos en Neuquén una caída de la producción de gas del 8%, en la variación anual acumulada, y una suba de la producción de crudo del 11,7%. Esto indica que si bien la pandemia impactó de lleno la realidad, la producción nacional se pudo sostener en virtud del desafío de los no convencionales. Hoy el 76% del petróleo neuquino viene del sector no convencional y representa el 32% de la producción nacional, ya competimos con Chubut. Y con el gas, el 70% de la producción no convencional implica casi el 54% de la producción nacional. Sin los no convencionales, ese camino iniciado el 2012, hoy estaríamos importando miles de millones de dólares. El país, desde Neuquén, se fijó el objetivo de la soberanía hidrocarburífera: en petróleo ya se logró y nos queda el desafío de conseguirlo en gas.
– ¿Qué opinión tiene del Plan Gas.Ar?
Es un buen piso, una primera buena etapa. La llegada de Darío Martínez le dio otra dinámica más proactiva a la secretaría de Energía. Ha hablado de presentar un proyecto de ley de inversiones: eso es bueno. Creo que en el Plan Gas hay que hacer una segunda ronda, es poco el volumen ofertado para el invierno, de 4 millones de metros cúbicos. El precio que plantea Nación fija un piso, pero quizás las empresas piensan en un precio mayor y en plazos más largos. Creo que una segunda ronda podrá tratar de mejorar los precios y los plazos. Hay que buscar plazos que saquen de la volatilidad económica a estos proyectos de inversiones millonarias. A Argentina le resultará siempre mucho más económico que importar.
– ¿Cómo ve la alternativa de un gasoducto a Brasil?
Creo que sería muy bueno exportar gas. Pero hoy la realidad nos marca que el primer camino por recorrer es el del abastecimiento del mercado interno; en gas lo que tenemos que hacer es sustituir importaciones; está muy bien hablar del gasoducto a Brasil, pero lo primero que hay que hacer es el gasoducto Tratayén-Salliqueló y de ahí a Rosario, que nos va a permitir reemplazar importaciones. Y luego vendrá el gasoducto a Porto Alegre, pero lo primero es reemplazar las importaciones de barcos, y eso nos permitirá resolver el problema de la balanza energética.
– ¿Qué análisis hace del escenario político nacional y el impacto en el sector?
Hubo un primer momento de vacío en materia energética, por distintas situaciones, se tardo en el aprendizaje. Creo que ahora estamos encaminados y vamos a terminar el año con buenas perspectivas, con una coyuntura que puede favorecer a Argentina.
– ¿Cuál?
El petróleo tiene muchos años por delante. Hay países que pueden canalizar mucha demanda como China, India que van a necesitar crudo y reemplazar el uso que hacen del carbón. Todavía el mundo tiene mucho trabajo por hacer en la sustitución del carbón. Y ahí se abren grandes posibilidades para Neuquén. Soy naturalmente optimista. Pero me permito pensar que el gas tiene una perspectiva en el corto plazo, también, con la generación de gas para el transporte.
– ¿Y el resto del escenario energético?
Creo que con el vencimiento de las concesiones de las represas hidroeléctricas, se viene un tema no menor con la finalización de los contratos. Ahí también se va a poner a prueba el tema del federalismo, para generar condiciones equitativas y establecer regalías más justas por la generación eléctrica.
– ¿Qué se puede esperar para Vaca Muerta en los próximos años?
Creo que es un claro ejemplo de cómo un proyecto provincial de Neuquén terminó dando una alternativa inusitada al país. Un proyecto que no se pensó con egoísmo y permitió el autoabastecimiento de petróleo, integrando empresas de todo el país. Es algo que no tiene tantos antecedentes. Es un proyecto que ha sido una agenda pública, generada por un partido provincial y ha sido adoptada por un gobierno nacional.
– ¿Cómo ve la agenda política con el sector?
Creemos que hay mucho capital ocioso en el mundo. Pero lejos de ponerse en una actitud demagógica, si decimos vengan a ganar dinero, y les salimos con aportes solidarios, no son muy buenas señales. No se puede tomar a un sector y aplicarle un impuesto, a sectores que ya están aportando y contribuyendo. El dinero busca seguridades. Necesitamos que los capitales del mundo inviertan en Argentina, en petróleo y gas y que generen polos productivos, tenemos que hacer ese desarrollo.
Fuente: Más Energía.